21: Beso.
Inés le dedicó una sonrisa tan cálida que sus verdaderas intenciones permanecieron ocultas.

—Los doctores dijeron que se encuentra estable, mi amor.

Los ojos de Emiliano cayeron sobre los de su padre, que lucía demacrado. Un suspiro lo había separado de la muerte. El hombre sintió un fuerte escalofrío al pensar en aquello.

—¿Puedes explicarme como fue que sucedió todo esto? —Inés sonrió para sus adentros al ver la angustia en los ojos de Emiliano, se merecía aquello y mucho más por intentar abandonarla—. ¿Cómo fue que te enteraste de que mi padre estaba hospitalizado antes que yo?

—Lo llamé, por eso ocurrió todo. —Él no consiguió comprender en absoluto—. Le dije que me sentía muy agradecida por todo lo que había hecho por mí, pero que habías decidido romper conmigo, así que la boda se cancelaba.

—¿Por qué hiciste eso? ¡No era tu responsabilidad, yo soy su hijo, era yo quien tenía que decírselo, Inés! —gritó el hombre, con sus ojos calados de cólera, una sensación en su pecho le de
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