Capítulo 39

Edward seguía apoyando su peso en los brazos para no presionar el cuerpo de Rebecca. La rubia tenía el pelo revuelto y jadeaba.

- Estás perfecta. - Dijo Edward, pasando la nariz por el cuello de Rebeca.

- Qué tonta. - Rebecca rio, sintiendo cosquillas. - Es tarde, mañana tienes que trabajar.

Con esa frase, Edward cedió y dejó que el peso de su cuerpo cayera perezosamente sobre el de Rebecca. Rebecca le rodeó con sus brazos y le besó en el hombro. Con sus cuerpos desnudos bajo la sábana, durmieron abrazados, disfrutando del calor de sus cuerpos juntos.

Cuando Rebecca se despertó, sintió la cama vacía y fría, se estiró perezosamente y salió de la cama. Se dirigió al cuarto de baño, se dio una ducha rápida y se puso ropa cómoda para salir y llevar a Tom al centro comercial.

Al salir del dormitorio, sus fosas nasales fueron invadidas por el olor a bacon y huevos. En la cocina sonaban las risas de Tom y Edward, haciendo que el pecho de Rebecca se sintiera cómodo y más tranquilo.

- ¿Qué hac
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