Valentina tomo los labios de Salvatore con desespero, la oscuridad de sus ojos la llamaban, y ella quería dejarse llevar, una pequeña parte de su mente le decía que debía acabar con ellos, con todos, pero otra… esa que estaba conectada a su corazón, le pedía que esperara, un poco más, aunque no comprendía por qué.
En todo el tiempo que llevaba conviviendo con ellos se sentía segura, aunque no creía estar en peligro alguno, pero al menos sentía paz, si bien continuaba bebiendo uno que otro trago, ya nada era como antes de conocerlos, ya no desayunaba vodka, ni despertaba a mitad de la noche buscando algo que beber, al igual que ya no buscaba la forma más fácil y menos dolorosa de acabar con su vida o quizás era porque sabía que al final todos morirían.
— No puedo, perdona, pero no puedo. — dijo Salvatore poniéndose de pie y aco
Valentina se mantuvo el resto de la noche lejos de sus socios, interactuando con los hermanos Zabet, algo que Ezzio agradeció ya que pudo hablar con sus primos y hermanos, los cuales comenzaron a sacar diferentes conclusiones, Salvatore explico lo que Valentina le había contado de la auto hipnosis, que no era mucho, pero por lo menos serviría para que Ezzio comenzara su investigación, Ángelo también hizo su aporte, al contar que Tina no recordaba donde había vivido con Eliot, Lupo estaba seguro que su mujer estaba sintiendo cosas por ellos que iban más allá de una simple atracción física, ya que le había pedido a Stefano que lo ayudara a manejar su temperamento, pero además había defendido a Rocco, solo dos cosas quedaban para aclarar, ¿Quién era Valkiria? Y ¿Quién mato a Eliot?— Si ella fue capaz de llegar a nosotros para ve
Valentina.No puedo dormir, me gustaría decir que es la emoción de que la inauguración de la reina saliera más que bien, pero estaría mintiendo y no quiero, no quiero mentir más, no deseo imaginar cosas que no son, ya no quiero escapar de esta realidad, la correcta, la única que puede existir, y por lo menos me voy a permitir ser honesta conmigo misma, una honestidad brutal que está gritando cada célula de mi ser y es que me enamore de Rocco. Suspiro derrotada y vuelvo a girar en la cama maldiciendo que sea tan estúpida, pero en mi defensa… Rocco es tan inocente, podrá ser una montaña de músculos que estoy segura podría matar a quien sea con sus manos, pero cuando está conmigo es tan dulce, sincero, tan… Rocco.Camino al balcón y veo a Valkiria, esta como loca, sabe que estoy aquí, no me ha olvidado y yo tampoco, nunca podr&
Valentina.— Caimancito, tu hijo es una belleza, pero poco hablador. — el moreno sonríe de lado por mi comentario.— Su madre dijo que siempre fue así y Felipe dice que solo hay que dejarlo, que no tiene nada de malo que hable poco.— ¿No será porque mi príncipe habla demasiado? — las carcajadas de Carlos inundan la camioneta, pero Donato continua serio, ajeno a mi platica sin sentido.— ¿Me dirás que te pasa? — Don me ve y muerde su labio, aquí pasa algo grande. — ¿Desde cuándo no me tienes confianza? — Carlos nos ve por el espejo retrovisor de la camioneta, en silencio, nunca le gusta vernos discutir.— No es eso… sé que te molestaras cuando te diga.— Si lo sabes solo dilo y mi enojo pasara más ráp
Lupo vio a Leonzio, el fuego en los ojos de ambos era más que obvio, su mujer no solo estaba molesta, sino que su almuerzo casual estaba arruinado y sin detenerse a pensar en nada, Lupo fue por Ezzio y Leonzio tomo a Ángelo, mientras Salvatore y Rocco abrían la puerta del patio trasero.— ¿Qué haces? — la pregunta de Ángelo no fue respondida, y tampoco pudo decir nada más, ya que Salvatore le dio el primer golpe en la boca del estómago.— ¡Se volvieron locos! — Ezzio grito con asombro, pero también fue silenciado, pero este por Rocco.— ¿Es lo único que sabes hacer? — dijo el de ojos grises, golpeando una vez más el abdomen de su primo. — ¡¿Decir que todos estamos locos?! — un golpe más fue dado. — ¿Cómo te atreviste a decir que ella está loca? — el tercer golpe se lo dio en
Leonzio.La lluvia caía golpeando el cristal, el día estaba gris, como haciendo eco de la larga noche que habíamos pasado, aun así, para mí, era el mejor de los días, porque mi mujer estaba con vida.Deje de ver por el cristal, para tomar mi lugar como el mayor, el líder, o por lo menos lo seria mientras nuestra mujer se recupera, porque debo admitir que ella es la única que nos puede liderar, ella es la reina, pero ahora venia lo más difícil, debía convencer a todos de que se marchen a descansar y eso incluía al mellizo de Valentina, Donato Constantini al fin se había ganado mi confianza, demostrándome una vez más que ellos estaban criados con viejas leyes, normas que eran más justas que las que se establecen en el libro sagrado, pensar que esperaba que llegara apuntando con su arma a todos y culpándonos por el hecho de que su herm
Valentina.Las manos me tiemblan al colocarme la chaqueta, fuera las gotas de agua siguen cayendo, el sol se está ocultando y las penumbras comienzan a devorar todo a su paso, es cuando mi mente me lleva a ese día, uno tan parecido a este que cuesta diferenciarlo.— Mamá, ¡Eliot no está!— Tranquila hija, ¿de qué hablas? ¿A dónde fue ese bueno para nada ahora?— Ese es el problema mama, no lo sé, no sé a dónde se fue ¡pero se llevó a Dulce!— ¿Dónde estás? ¿Qué paso?— Estoy en mi casa, le exigí que se fuera, seguí tu consejo mamá, ya no lo quero, discutimos, y él solo se encerró en la habitación de huéspedes, entonces bañe a Dulce para tranquilizarme y luego la
Rocco.Estoy en el puto infierno, claro que lo estoy, no podía ser de otra manera teniendo a Valentina a mi lado, mejor dicho, a nuestro lado, sé que necesitaba a ese demonio que tiene de hija en su vida para sentirse completa, pero me lleva el mismo diablo, pequeña ratita ¿Cómo pudo atreverse a poner a mi reina en mi contra?— ¿En qué piensas? — Salvatore es el único que muestra un poco de misericordia, esperando por mí, ya que Tina y los demás no solo no han dicho ni media palabra en todo el viaje, sino que apenas hemos llegado a nuestro hogar, ellos solo se fueron a dentro, dejándome atrás.— ¿Tú que crees hermanito?— Maldecir a la princesa en tu mente no te salvara, mejor dile lo que paso y todo estará claro para ella, te perdonara, estoy seguro de que eres su debilidad.— ¿A qué te
Yo soy la reina de Chicago, eso es lo que había dicho Valentina y era lo que se repetía en la cabeza de seis hombres, que ya casi no dormían, no importaba que hicieran, a quien amenazaran o la recompensa que ofrecieran, nadie traicionaba a Valentina Constantini, la joven tenía a Chicago bajo su poder y tarde los De Luca comprendieron que su mujer decía la verdad, ella no los necesitaba, porque ella reinaba esas tierras desde siempre.— Hola princesa. — Rocco había optado por vigilar la mansión de Prieto, estaba seguro de que Valentina estaba allí, pero luego de tres días sin ver o tener noticias de su mujer decidió ir tras Dulce.— ¿Cómo rayos entraste? No, mejor dime ¿cómo hiciste para que Tina no te ataque? — la pequeña se encontraba en el sector oeste del inmenso jardín, aquel sitio estaba sin vigilancia, solo la familia podí