Capítulo 30

Espera! ¿Tienes el gotero? — Susurró Eun-Ji detrás de mí haciéndome saltar del susto.

—Sí, lo tengo — dije nerviosa porque el amo Seung-Yi podía abrir la puerta en cualquier momento.

Saqué el gotero de mi delantal y Eun- Ji me lo arrebató, sin dudarlo un segundo vertió unas gotas dentro del té y yo estuve a punto de tirar la charola al piso cuando la puerta se abrió de golpe.

Entré en la habitación, pero apenas pude ver al hombre de espaldas caminando delante de mí colocando una bata de seda sobre su espalda.

—Su cena señor — dije y coloqué la bandeja sobre la mesa cerca de la ventana.

Lamenté no verlo de frente, en todo momento estuvo de pie dándome la espalda. Comencé a caminar hacia la puerta y estaba a punto de salir cuando me detuvo.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo fue que me encontraste? ¿Viniste a chantajearme?

Desde la primera pregunta reconocí su voz, me quedé paralizada porque no sabía qué hacer, no sabía que contestar. ¡Era él! Era el mismo Seung-Yi que había conocido en Shanghái.
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