Que chocaran contra el poste sobre la acera no había sido el plan, sin embargo, tuvieron que enfrentarse a ese gran choque el cual le produjo un leve corte a Emma a un lado de la frente.―¡Emma! ¿Estás bien? ―Féodal que estaba a su lado la había tomado del rostro altamente preocupado. La chica siseaba mientras se llevaba la mano a la cabeza.Antes de que pudieran hacer nada, los tipos que los seguían y les habían dado por detrás se habían bajado del auto y estaban abriendo sus puertas, especialmente la del lado donde se sentaba ella.―Hola princesa, a que también te esperabas este momento―decía el ex guardaespaldas con una sonrisa maliciosa en el rostro.―¡No la toquen! ―decía Féodal quitándose rápido el cinturón para poder protegerla.A causa del golpe y el mareo, Emma perdió control de sí misma y se quedó inconsciente.Cuando se despertó, se encontraba tendida en la camilla de un hospital mientras estaba siendo atendida por un médico.―¡Emma, estás despierta! ―Féodal que se encontra
Después de que Féodal decidiera acompañar al médico fuera del cuarto, Emma pensó en Henry, recordó lo mucho que se había esforzado para mantenerla a salvo de aquellos que procuraban hacerle mal. Se imaginaba cómo actuaría si se enteraba de lo que la había sucedido, tenía que contárselo, sabía que estaría a su lado y eso era precisamente lo que quería y necesitaba ella, un motivo para tenerlo cerca, aunque fuese solo por un rato. Todavía tendida en obediencia al médico, tomó su celular y le marcó a Henry.Verlo entrar por aquella puerta, hizo que se le saltara el corazón, por un instante se había olvidado por todo lo que estaban pasando y se aventuró a abrazarlo, volver a respirar su perfume había sido suficiente como para devolverla a la vida.―¿Qué ha dicho el médico? ―preguntó él.―Que está todo bien ¿verdad? ―contestó ella desviando la mirada hacia FéodalEste los miró alternativamente, preguntándose si era el mejor momento para decirles lo que había dicho el doctor sobre su estado
Henry se había llevado a Emma con el coche y le había dicho a su asistente que se fuera a la compañía. Pero antes de que se fueran, Féodal decidió acercarse a él mientras éste abría la puerta del conductor.―Wells ―lo llamó por su apellido y éste se volteó para verlo con poco interés evidente―Lamento todo lo que dije, fue producto de mi ignorancia hacia lo que realmente sucedía, y ha sido una imprudencia de mi parte de la cual me arrepiento. Espero que no influya en nuestra relación laboral. Haré lo que me corresponde con toda profesionalidad y me marcharé, solo me preocupaba por que ella estuviera bien, me importa mucho.Henry no dijo ninguna palabra, sin embargo, dejo ver que lo había escuchado y se había subido al auto.Cuando se fueron, Féodal se ofreció a llevar a Mario a la compañía donde también estaba por irse, tenía algunas cosas que decirle a Félix.―Sabías todo esto ¿cierto? ―le preguntó al joven mientras conducía.―No sé de qué me está hablando. ―contestó con una sonrisa ed
Los besos eran delicados como si él tuviese miedo de lastimarla. Escucharla gemir ante ellos hacía que despertara en él aquello que debía mantener controlado. Intentó apartarse, pero ella lo mantuvo agarrada del cuello suplicándolo con la mirada que no se detuviera, ¿cómo iba a negarse? Retomaron el beso y esta vez fue más intenso.Emma pasó su mano por su pecho e intentó desabrocharle los botones, pero él rápidamente tomó su mano deteniéndola y dejando de besarla.―Por favor―pidió ella.―Has tenido una conmoción, tienes que descansar.―Te prometo que estoy bien, necesito esto, por favor.¿De verdad se estaba negando a algo que realmente deseaba? Además, se lo estaba suplicando ella. “A la m****a todo”, pensó y se lanzó de nuevo a sus besos. La chica tomó la iniciativa y se colocó sobre él mientras con sus dedos desabotonaba su camisa, su chica se había hecho grande y aquello le gustaba de alguna manera, sin embargo, se incorporó permitiendo así que ella se quedara sentada sobre él; si
Su mirada empezaba asustarla, ¿qué estaba pasando? No entendía qué había cambiado tan de repente, hacía poco la trataba como el hombre atento que recordaba, y ahora se veía distinto.―No sé… qué quieres que te diga―se puso algo pensativa intentando recordar en qué había fallado.―Te daré una pista, por si te refresca la memoria, el médico mencionó algo sobre que te tenías que hacer algunas revisiones.―Ah, eso. Supongo que se refería al golpe que me di. ¿Qué tiene eso que ver ahora, es que me pasa algo?―¡¿De verdad piensas ocultarme esto?! ―alzó un poco la voz asustándola aún más.―No te estoy ocultando nada. ¡¿Qué está pasando?!―Sí lo estás haciendo, pero no sé con qué planes, pensé que nos entendíamos, pero parece que sigues tu propia sintonía. ―se puso cuclillas frente a ella algo reflexivo.―Henry, me estas asustando.―Júrame que nuestro repentino encuentro fue un accidente y no planeado.―¿Q…qué? ―ahora empezaba a considerar la gravedad del asunto. ―¿Cómo puedes decir eso? ―sus
―¿Wells? ―lo llamó Féodal, le había hecho una pregunta y parecía estar distraído.―Disculpa, me distraje un rato ¿decías?―No parece estar bien. ―comentó Féodal, era la primera vez que lo notaba tan ausente cuando se trataba de trabajo, aunque tampoco es que lo conociera del todo, pero estaba seguro de que debía haber algo más. ―Puedo pasar en otro momento.Féodal le comprendía después de todo lo que estaba pasando, aunque no dejaba de preguntarse por qué le había dejado sola a Emma si acababan de salir del hospital, debía de estar con ella para asegurarse de que mejoraba, ¿no fue eso lo que le dijo al médico que haría? Ella estaba embarazada, necesitaba cuidados…pero no lo sabían, no podía localizarla y él no quería hablar de nada personal, ¿así era como le mostraba su amor? Ella se merecía mucho más que eso. Soltó aliento y apartó la mirada.―Me ha gustado su presentación, ―habló Henry― confío en que lo hará bien. Todo lo que necesite siéntase libre de pedirlo y se le ofrecerá. Tene
Por primera vez tenía miedo, temía perderla y aún más, que fuera por culpa suya, no solo la perdería a ella, sino al hijo que estaba esperando y ni siquiera lo sabía. Sus ojos estaban cargados de lágrimas, y era por la impotencia, no podía cambiar la situación que había provocado.―¡Hijo!Se volteó a ver a sus padres que corrían a su encuentro por el pasillo del hospital. No recordaba la última vez que había deseado tanto estar con sus padres, pero ahora los necesitaba, quería que alguien le dijera que todo iba a ir bien. Los alcanzó y su madre se lanzó a sus brazos consolándolo y él se lo permitió.―Lo siento cariño.―¿Cómo está la muchacha? ―preguntó su padre.―Todavía no me dicen nada, siguen con ella allí dentro. ―dijo todo quebrado.Le había llamado a su madre mientras llevaban a la chica al hospital y horas después estaban allí, por vez primera desde que los abandonó sentía que podía contar con ellos.―Tienes que llamar a su madre―dijo Shara cuando hubieron tomado asiento.―No
Henry estaba sentado en el pasillo con las manos en la frente. Su padre Tomás se encontraba junto a él intentando animarlo de alguna forma.―Dale tiempo,―le decía―todo se solucionará y todo esto se quedará en el pasado. Por cierto, la madre de la chica nos contó que fuiste su salvador al decidirte casar con ella justo cuando estaba en apuros. Que todos incluido ella le hicieron daño cuando falleció su esposo, pero la salvaste. ―Henry levantó la cara para ver a su padre, apartó luego la mirada y soltó aliento. Tenía los ojos rojos. ―Aquel día que la encontramos en tu casa, se veía tímida, insegura y sencilla, no nos habríamos imaginado que fuera la heredera de una gran compañía. Mucho menos que fuera la misma que diriges.―Ni yo me lo imaginé. ―susurró.―¿Crees que vuestro encuentro fue una casualidad? Yo personalmente creo que fue el destino, estabais destinados a estar juntos.―Habría tenido mejor destino si no se hubiera topado conmigo, solo he sido copartícipe de su sufrimiento, y