Los besos eran delicados como si él tuviese miedo de lastimarla. Escucharla gemir ante ellos hacía que despertara en él aquello que debía mantener controlado. Intentó apartarse, pero ella lo mantuvo agarrada del cuello suplicándolo con la mirada que no se detuviera, ¿cómo iba a negarse? Retomaron el beso y esta vez fue más intenso.Emma pasó su mano por su pecho e intentó desabrocharle los botones, pero él rápidamente tomó su mano deteniéndola y dejando de besarla.―Por favor―pidió ella.―Has tenido una conmoción, tienes que descansar.―Te prometo que estoy bien, necesito esto, por favor.¿De verdad se estaba negando a algo que realmente deseaba? Además, se lo estaba suplicando ella. “A la m****a todo”, pensó y se lanzó de nuevo a sus besos. La chica tomó la iniciativa y se colocó sobre él mientras con sus dedos desabotonaba su camisa, su chica se había hecho grande y aquello le gustaba de alguna manera, sin embargo, se incorporó permitiendo así que ella se quedara sentada sobre él; si
Su mirada empezaba asustarla, ¿qué estaba pasando? No entendía qué había cambiado tan de repente, hacía poco la trataba como el hombre atento que recordaba, y ahora se veía distinto.―No sé… qué quieres que te diga―se puso algo pensativa intentando recordar en qué había fallado.―Te daré una pista, por si te refresca la memoria, el médico mencionó algo sobre que te tenías que hacer algunas revisiones.―Ah, eso. Supongo que se refería al golpe que me di. ¿Qué tiene eso que ver ahora, es que me pasa algo?―¡¿De verdad piensas ocultarme esto?! ―alzó un poco la voz asustándola aún más.―No te estoy ocultando nada. ¡¿Qué está pasando?!―Sí lo estás haciendo, pero no sé con qué planes, pensé que nos entendíamos, pero parece que sigues tu propia sintonía. ―se puso cuclillas frente a ella algo reflexivo.―Henry, me estas asustando.―Júrame que nuestro repentino encuentro fue un accidente y no planeado.―¿Q…qué? ―ahora empezaba a considerar la gravedad del asunto. ―¿Cómo puedes decir eso? ―sus
―¿Wells? ―lo llamó Féodal, le había hecho una pregunta y parecía estar distraído.―Disculpa, me distraje un rato ¿decías?―No parece estar bien. ―comentó Féodal, era la primera vez que lo notaba tan ausente cuando se trataba de trabajo, aunque tampoco es que lo conociera del todo, pero estaba seguro de que debía haber algo más. ―Puedo pasar en otro momento.Féodal le comprendía después de todo lo que estaba pasando, aunque no dejaba de preguntarse por qué le había dejado sola a Emma si acababan de salir del hospital, debía de estar con ella para asegurarse de que mejoraba, ¿no fue eso lo que le dijo al médico que haría? Ella estaba embarazada, necesitaba cuidados…pero no lo sabían, no podía localizarla y él no quería hablar de nada personal, ¿así era como le mostraba su amor? Ella se merecía mucho más que eso. Soltó aliento y apartó la mirada.―Me ha gustado su presentación, ―habló Henry― confío en que lo hará bien. Todo lo que necesite siéntase libre de pedirlo y se le ofrecerá. Tene
Por primera vez tenía miedo, temía perderla y aún más, que fuera por culpa suya, no solo la perdería a ella, sino al hijo que estaba esperando y ni siquiera lo sabía. Sus ojos estaban cargados de lágrimas, y era por la impotencia, no podía cambiar la situación que había provocado.―¡Hijo!Se volteó a ver a sus padres que corrían a su encuentro por el pasillo del hospital. No recordaba la última vez que había deseado tanto estar con sus padres, pero ahora los necesitaba, quería que alguien le dijera que todo iba a ir bien. Los alcanzó y su madre se lanzó a sus brazos consolándolo y él se lo permitió.―Lo siento cariño.―¿Cómo está la muchacha? ―preguntó su padre.―Todavía no me dicen nada, siguen con ella allí dentro. ―dijo todo quebrado.Le había llamado a su madre mientras llevaban a la chica al hospital y horas después estaban allí, por vez primera desde que los abandonó sentía que podía contar con ellos.―Tienes que llamar a su madre―dijo Shara cuando hubieron tomado asiento.―No
Henry estaba sentado en el pasillo con las manos en la frente. Su padre Tomás se encontraba junto a él intentando animarlo de alguna forma.―Dale tiempo,―le decía―todo se solucionará y todo esto se quedará en el pasado. Por cierto, la madre de la chica nos contó que fuiste su salvador al decidirte casar con ella justo cuando estaba en apuros. Que todos incluido ella le hicieron daño cuando falleció su esposo, pero la salvaste. ―Henry levantó la cara para ver a su padre, apartó luego la mirada y soltó aliento. Tenía los ojos rojos. ―Aquel día que la encontramos en tu casa, se veía tímida, insegura y sencilla, no nos habríamos imaginado que fuera la heredera de una gran compañía. Mucho menos que fuera la misma que diriges.―Ni yo me lo imaginé. ―susurró.―¿Crees que vuestro encuentro fue una casualidad? Yo personalmente creo que fue el destino, estabais destinados a estar juntos.―Habría tenido mejor destino si no se hubiera topado conmigo, solo he sido copartícipe de su sufrimiento, y
Henry Wells llevaba aproximadamente quince minutos metido en el auto desde que aparcara éste en el patio de su casa, parecía incrédulo ante lo que había sucedido, Emma había decidido dejarlo e irse con sus padres, se pregunta cómo debía sentirse ante tal situación, ¿frustrado o aliviado? Al menos podía estar tranquilo al saber que estaba con sus padres, pero necesitaba disculparse, ¿cómo podía hacerlo si la única idea que tenía ella era mantenerlo lo más lejos posible?Al final tuvo que bajarse del vehículo y meterse en la casa, se sentía algo agotado, no había comido casi nada en dos días y necesitaba darse una ducha mientras pensaba en cómo debería actuar para solucionar cada problema que tenía entre manos, comenzando con recuperar a su esposa y su fututo hijo, los necesitaba a los dos.Entró en su cuarto desabotonándose la camisa, una vez dentro se la quitó y la lanzó sobre la cama. todo volvía estar limpio, Diana se había encargado de todo mientras no estaban.Después de darse la
Emma no apartaba la mirada del cachorro, era muy pequeño, pero lindo, se había enamorado de primera.―Me alegra que te guste―dijo Mario.―Es lo más lindo que he visto. Todavía no has contestado a mi pregunta. ―levantó la cabeza para verlo al fin.―Eso no importa. ¿Cómo te encuentras? Debí venir a verte hace mucho, pero no pude por el proyecto de la empresa.―No te preocupes, lo entiendo. Yo estoy bien, gracias por preocuparte.―¿De verdad?―Claro, o es que no lo parece. Me enteré de que el lanzamiento en la compañía tuvo mucho éxito.―Así es. Todos trabajaron muy bien.―Y… ¿regresó Féodal?―Sí. Se sintió mejor cuando supo de que habían atrapado a los tipos que te perseguían. Quería despedirse, pero no contestas a las llamadas y no podía llegar aquí sin más.―Ah. ―cortó y regresó su atención al cachorro.―¿No te alivia saber que atraparon a los que querían hacerte daño?―Todos en algún momento tendremos que abandonar esta vida, no importa que sea antes o después.―¡Claro que importa! ―
Estaban los cuatros sentados a la mesa cenando. La pareja joven no hablaba, solo lo hacía la adulta intentando animar el ambiente. Henry observaba a Emma, y ésta solo procuraba como fuera evitar tener contacto con sus ojos.―Mira hija lo que nos ha traído Henry―ahora ella era la hija mientras él era solo y simplemente Henry, ¿debería reírse por la ironía? Sin embargo, aquello le daba complemente igual, al contrario, debería alegrarse, al menos eso la ayudaría a ella sentirse querida, debía entender que sí había gente que la quería.Emma lo miró solo por un instante cuando escuchó que él había llevado los ositos de gominola, saber que los trajo él seguramente la iría perder el interés, pero se sorprendió al ver que ella extendía la mano y tomaba las golosina, hasta los padres se sorprendieron y se miraron entre sí, pero no comentaron nada al respecto y continuaron la cena con normalidad. Tomás estaba hablando del recorrido que habían tenido por el pueblo con Emma y de la aventura con e