Henry se encontraba en la sala de las presentaciones, la verdad es que no podía prestar la suficiente atención que se requería, parecía estar alucinado. El hombre de quien se había enamorado su esposa en el pasado estaba realizando una presentación sobre la publicidad de los productos de su empresa, ¿cómo había pasado aquello? ¿de verdad era real? Observó a Félix, parecía un pez en el agua, todo tranquilo y entusiasmado, de vez en cuando se giraba a verle con una odiosa sonrisa en su rostro, ¿es que había sido plan suyo aquel montaje? Obvio que sí, ¿o de qué otra manera podría estar aquel tipo en su empresa entre tantas las que había en el mundo?“¿Qué iba a hacer yo con tu móvil?” Se acordó de las palabras de Félix cuando Emma insinuó que él tenía su móvil. ¿Será desgraciado? De esa manera logró acceder a sus mensajes y ponerse en contacto con él, a eso venía su sonrisa desagradable y su actitud tranquila, lo tenía todo preparado y había logrado pillarlo desprevenido. La ira empezaba
Henry le había dado tiempo a Emma para que pudiera pensar y tuviera claro lo que quería, parecía insegura y no quería que contestara penando en lo que querría él. Le había hecho ver que no pasaba nada, que todo estaba bien, cuando en el fondo no era así, no le había gustado nada el hecho de que ella dudara de lo que quería, es decir, que no tuviera claro que lo quería a él. Iba a ser un día realmente largo, pensó.Emma se encontraba en su despacho, estaba realmente nerviosa, sabía que Féodal quería hablar con ella, había enviado a su secretaria a pedir que quería verla, pero no se lo había permitido, temía que al hacerlo Henry pensase que seguía sintiendo algo por él y lo malinterpretara todo.No podía mantenerse quieta y la razón era sencilla, los recuerdos con Féodal se hacían presente y ella se forzaba a sí misma a expulsarlos, intentaba pensar en los malos ratos que le hizo pasar, sin embargo, lo mejor de él se hacía presente una y otra vez, ¿qué tenía que hacer? Estaba segura de
Henry se despertó primero al amanecer, la chica seguía pegada a él. Se veía tranquila y estaba hermosa como siempre, era su parte favorita al despertarse, ¿por qué iba a perder aquello por un inoportuno percance? La quería y debía confiar en que ella siempre lo elegiría. ¿Qué le estaba pasando? La acarició el pelo, el brazo, tomó su mano con la suya y la besó. La chica se removió, parpadeó un par de veces y luego abrió los ojos, sonrió al verlo observarla.―Buenos días―saludó.―Buenos días, preciosa. ―ella se elevó para darle un beso rápido en los labios. Él le dedicó una sonrisa y le pegó aún más a él mientras soltaba un suspiro y le acariciaba la espalda. Emma lo abrazó fuerte, ella era todo lo que él necesitaba.―¿Nos preparamos para irnos juntos a la compañía? ―preguntó él mirando la hora en el reloj que había sobre la mesita.―Sobre eso, hoy no me iré a la empresa…al menos no por el resto de la semana. ―dijo sin mirarlo.Hubo silencio por un rato antes de que él hablara.―Quiero
―¡Emma! Has venido―exclamó al percatar su presencia. Se puso en pie y caminó hacia ella. ―No te quedes allí parada, toma asiento. Le acercó una silla y la ayudó a sentarse. Se sentó de nuevo en su silla frente a ella. ―Me alegra que hayas querido hablar conmigo. Empezaba a preocuparme que regresaría sin hacerlo.―Perdón por mi comportamiento, me tomó por sorpresa tu aparición, no me lo esperaba.―Lo entiendo. Tampoco sabía que te encontraría. Por cierto, me han contado lo de tu padre, lo lamento.―Gracias. ―apartó la mirada de él y la puso sobre la mesa.―Come, por favor. ―dijo ofreciéndose a servirle. Ahora recordaba lo atento que podía ser a veces. ―Estás más hermosa de lo que recordaba. ―Soltó él tomándola por sorpresa, cuando ella lo miró él le sonrió…aquella hermosa sonrisa suya que hasta a hombres cautivaba. Se aclaró la garganta y depositó el vaso de jugo de naranja sobre la mesa.―Creo que debía decirlo antes, no he venido a verte para recordar nuestro pasado. ―la sonrisa se e
Llegaron a la compañía. Mario regresó a su puesto mientras Emma buscaba a Henry en su despacho, él no se encontraba allí. Su secretaria la informó de que se encontraba manteniendo una reunión con los del departamento financiero.La chica decidió no interrumpirlo y en su lugar esperarlo junto al escritorio de Mario. Durante la trayectoria éste no le había preguntado cómo le había ido su reunión con Féodal, pero podía notar curiosidad en su rostro.―Fue útil haber hablado con él―dijo ella llamando su atención. ―Me sentí muy bien al dejarle claro lo que quería. ―por el rostro del chico se asomó una sonrisa.―Entonces sí quiere quedarse con Henry.―Sería una tonta si no lo eligiera a él, ¿no crees? Me siento afortunada de haberlo conocido, no puedo perder eso, lo amo. ―la sonrisa de Mario se amplió mucho más.―Estoy feliz de que lo tenga claro. Me alegro por ustedes, estoy seguro de que usted es también todo lo que necesita. Lo ha cambiado mucho. Dígame ¿quiere que le traiga café?―Me ven
―Creo que les han tendido una trampa―decía Mario, Henry estaba inquieto dando vueltas de un lado a otro mientras se llevaba la mano a su pelo. ―Pudo haber sido Félix, los tipos esos del otro día o tal vez el propio Féodal.―No me digas.―Lo que no entiendo es ¿por qué no le dijo a la señorita que usted no había tenido nada que ver? Estoy seguro de que le habría creído.Henry se detuvo y se puso algo pensativo.―¿Para qué? No quería que se sintiera obligada a estar conmigo cuando en realidad su corazón está con otro. ―resopló― Tal vez esa era un buen motivo para ella de tomar la decisión que realmente deseaba.―Usted la quiere―Henry se volteó para mirarlo inquietante―o sea, lo que quiero decir es que ella también lo quiere.―¿Tú qué sabrás de eso?―Ella se fue a la oficina solo para contarle que le había dejado claro a Féodal que lo quería a usted, que no quería nada con él porque lo amaba. Estaba muy emocionada, solo debió haberla visto. Nos dijeron que tenía una reunión con los de fi
Féodal había tomado asiento frente a ella en uno de los sillones y ahora le estaba acariciando la mano.―Siento lo que ha sucedido. ―le decía, la chica ni siquiera podía mantenerle la mirada.―No sabes qué fue lo que sucedió. ―dijo simplemente.―Ha sido culpa mía ¿no es así? ―ella lo miró confusa―Te peleaste con tu esposo porque fuiste a verme a mi hotel.―Por supuesto que no… es algo más complicado que eso. ―dijo apartando la mano.―¿A no? Pensé que esa era la razón, viniste aquí justo después de eso.Emma se puso en pie mientras se secaba las lágrimas con las manos y le daba la espalda.―No deberías estar aquí, ya tengo bastante y no quiero malos entendidos. Agradezco mucho que te preocupes por mí, pero por favor, vete.Él se puso en pie igualmente y se acercó a una distancia prudente de ella.―Lo que menos deseo es causarte algún tipo de problema. Pero estás mal, y no puedo dejarte en este estado sola.Ella se lo quedó mirando mientras se preguntaba desde cuándo se había mostrado t
Félix se había reunido con sus antiguos empleados en el patio de la mansión, a los cuales había despedido en su día por no haber sido capaces de llevar al altar a su incentivo para adueñarse de la compañía G-Hale.Tres días atrásEra medio día cuando Félix salía de la compañía, estaba molesto por el trato que había recibido de Henry, cada día lo odiaba más, detestaba la manera en la que lo trataba y su posición le daba ese derecho, necesitaba esa posición para devolverlas todas y la única solución que tenía a mano era a la ingenua de Emma, no le cabía que hubiera perdido aquella gran oportunidad y solo por tratar con gente completamente incompetente. Hasta había pensado en alguna manera de eliminar a su rival, pero no se sentía lo suficientemente valiente como para correr el riesgo de atentar contra la vida de un ser humano, por ahora debía seguir actuando como lo hacía hasta ahora, su plan no iba a fallar. Se había puesto en contacto con el exnovio de Emma después de leer sus mensaje