MAYLALa casa estaba perfecta. Había algunas imperfecciones, como una pared agrietada y una encimera desconchada, pero se podían arreglar fácilmente. En esta casa habían vivido niños, y habría sido poco realista suponer que estaría en perfecto estado.El salón era pequeño, pero pintoresco y acogedor, y entendí por qué la familia quería mudarse después de esperar su cuarto hijo. Sin embargo, tenía el tamaño perfecto para Marcus y para mí, sobre todo si en el futuro teníamos un par de hijos. Las paredes estaban pintadas de un color crema claro, con ascensores beige salpicados por toda la casa. Las cortinas también eran de un amarillo mostaza brillante, un gusto adquirido, pero a mí me gustaba.Añadía carácter.—No tenemos por qué quedarnos con los muebles si no quieres—, me dijo Marcus mientras me agachaba para echar un vistazo a la gran alfombra colocada en el centro de la habitación. —Sólo estamos viendo la casa en sí, y luego podemos encargar lo que queramos para ella.Deduje que la
MAYLALa celebración estaba en pleno apogeo, y al cruzar la puerta de nuestra casa vi que el lugar estaba engalanado con coloridos banderines, globos y luces de fiesta. El salón estaba repleto de lobos bailando y bebiendo, y la vibración del bajo hacía que mi cuerpo zumbara mientras la música sonaba a través de los grandes altavoces.Marcus se aferró a mi mano, apretándola suavemente para que le mirara. Sonreí al hacerlo, pero antes de que pudiera dar un paso dentro de la casa, me levantó por el lateral. Me empujó contra la pared de la casa y los dos nos reímos mientras él acercaba sus labios a los míos. Le rodeé el cuello con los brazos, lo acerqué a mí de un modo imposible y rocé su pecho con el mío, poniéndome de puntillas.—Se acabó—, murmuró Marcus al separarse, sacudiendo la cabeza y riendo. —Por fin se ha acabado, joder.Asentí, soltando un suspiro de satisfacción.Era hora de celebrar, no sólo que habían encontrado el cuerpo de Ofelia, sino que todos los participantes en la pr
MAYLA—¿Desayunamos?— preguntó Marcus mientras se servía una taza de café, ofreciéndome una a mí también.Me froté los ojos, acababa de despertarme de una de las peores noches de sueño que había tenido desde que estaba aquí. Apenas había pegado ojo.—No al café—, le dije, bostezando. —Pero sí, por favor, al desayuno.Mi compañero rió entre dientes y se acercó a mí para darme un suave beso en la cabeza. No podía decir qué había en la olla, pero olía increíble, el dulce aroma me daba en la cara y me subía por las fosas nasales. Estaba salivando.—Toma—, dijo Marcus, pasándome un cuenco grande, lleno hasta el borde con lo que parecían ser gachas de avena, rociando miel por encima para mí. —Necesitas una porción grande para que te dé suficiente energía para hoy.Tenía razón, pero la cantidad de comida que tenía delante me parecía desalentadora, así que le di las gracias a Marcus y me senté en un taburete.—¿Cuántas personas más dijiste que participaban?—Sólo otras dos—, me informó Marcus
MAYLADOS AÑOS DESPUÉS Habían pasado dos años y debo de decir que han sido los mejores años de mi vida, han pasado tantas cosas buenas y cosas malas. Pero hoy, hoy era un día muy especial porque visitaríamos el médico. Los dos estábamos seguros que estaba embarazada y estaba muy emocionada.—¿Nerviosa?— me pregunta Marcus mientras vamos en camino.—No, solo espero que sea una hermosa niña— le digo tomando de su mano.—Por supuesto que no. Será un niño, estoy muy seguro de eso— yo la verdad quería una niña.No se por wue, pero ya me hacía la imagen mía cuando la estuviera peinando Justo cuando vaya a la escuela.La manada estaba muy atenta a la noticia que decidimos dar el comunicado por la noche en una reunión muy importante.Mi mente estaba pensando en las personas que no volví a ver, como por ejemplo Caspian.A pesar de la condición la cual tuvimos que pasar, yo lo consideré un buen amigo y aunque yo trataba de hacerle entender a Marcus los motivos de él, siempre decía que era trai
MAYLAYa eran aproximadamente las siete de la noche, las personas acá sabían todo acerca de la fiesta que organizaríamos, así que se hizo un evento en donde llegarían muchas personas y la verdad a mí no me gustan muchos esos eventos, no me gustaba estar frente a tantas personas y mucho menos hablar en público, por eso le había dicho a Marcos que no quería hablar, no quería decir ningún discurso, pero si lo quería decir yo no tenía ningún problema con eso.Tampoco tenía ropa que digamos, cuando uno está en la etapa de embarazo no podía ponerse cualquier cosa, todo me queda muy espantoso y cuando me miraba frente a un espejo me daba pánico, pues la enorme panza que tenía sobresalía en mi cuerpo y sentía que me hacía ver fea.—No, No, no…— Martina había llegado a mi habitación, ella si estaba muy hermosa, llevaba un vestido negro de encaje esa es la verdad la hacía ver más hermosa de lo que era, pelo estaba esponjado, sus labios rojos y muy bien maquillada, tenía mucha envidia, pero tení
MAYLACaminé entre las personas por la desesperación que podía sentir en este momento cuando pude ver el cuerpo de Marcus en ese círculo.—Cariño, por favor reacciona— toque sus mejillas pero no podía despertar— por favor no me dejes, aún tenemos a nuestros bebés que vienen en camino— se me hizo un poco difícil poder agacharme por mi panza, pero quería hacer algo para poder ayudarlo. En ese momento habían llegado Lilian y Martina.—¿Qué ha pasado?— preguntó Lilian ayudándome con Marcus.—No lo se, solo se que de pronto apareció entre estas personas, pero pareciera que le han hecho algo— dije, estaba segura que algo raro había— hace un instante él y yo estábamos platicando y cuando miré que estaba acá.—Vamos a darle oxígeno— dijo Martina. Ella sabía muy bien lo que hacía.Las demás personas den la manada solo estaba. Viendo todo el espectáculo. Martina le empezó a hacer alguno ejercicios de respiración hasta que de pronto Marcus había reaccionado. Sentí que mi corazón habi vuelto a la
MARCUS—¿Pasa algo?— me preguntó Mayla y yo me puse rápidamente la mano en el pecho.—No, Cariño, solo no puedo dormir— apago la luz del baño y nos regresamos a la cama.— por favor, yo no quiero que de verdad tengas que estarte preocupando por cada cosa que pase. Yo quiero tener hijos sanos y que puedas dar a luz con toda tranquilidad, ¿Entendido?Le contraía sobre esta mancha, pero sólo sería hasta el día de mañana.—No me pidas eso y menos cuando sabes que tengo a seres muy queridos— me abrazó refugiándose en mi.—Yo sé, pero me refiero a que no lo hagas tanto— estuve acariciando su cabellera hasta que pudo dormirse profundamente.*Me levanté más temprano de lo normal, Martina era la única que estaba despierta y la encontré en la cocina.—Buenos días, Marcus,— me dijo con una taza en la mano.—Buenos días, Martina,— me acerco a ella y me sirvo un poco del café que está haciendo.—¿estas bien?—Si, solo estaba pensando algunas cosas que todavía me parecen un poco extrañas—Esperaba qu
MAYLAMi cabeza me estaba doliendo y estaba empezando a preocuparme por la situación en la cual nos encontrábamos, desde que Marcus me había dicho eso, no iba a tener paz y sabiendo que él iba a ir a esos campos que son muy inseguros, sólo recuerdo la última vez que pudimos ir y todavía sido una emboscada, no quería que se repitiera dos veces la misma historia, ya habíamos tenido suficiente, ya habíamos pasado mucho dolor y quería que esto esta pesadilla se acabará yo una vez por todas.—Por favor dime que te vas a cuidar mucho, recuerda que ahora somos cuatro los integrantes de la familia— Él me dio un fuerte abrazo, confiaba en Marcus.Sé que cuando daba su palabra era irrompible, pero también nos estábamos enfrentando a algo desconocido.—Por supuesto que lo sé, es por eso que estoy haciendo esto, para tratar de evitar otras cosas en el futuro, ya te dije que iré con Martina, ella es muy experimentada y además me voy a llevar a unos cuantos guerreros, los más fuertes— me dio un bes