MAYLAEl día esperado finalmente ha llegado, hice todo lo posible para poder reunir a muchos líderes y de la misma forma a sus ejércitos, no tenía idea cuanto se estaban presente, pero eran demasiados, Lilian estaba a mi lado, ella se encargaría de protegerme a las espaldas, confiaba en ella plenamente tanto así que habíamos dejado en una zona muy segura a mis hijos.—Bueno, les agradezco a todos por haber venido, sabiendo incluso que está peligrando su vida, es un gran gesto y les aseguro que no se arrepentirán— les dije a los cientos de lobos que tenía frente a mí, ellos levantaron la mano en forma de guerra, rescataríamos a nuestro alfa pase lo que pase.Todos se dieron la vuelta, di unos cuantos pasos hacia adelante pues teníamos idea de donde estaba Marcus, pero también Humberto nos estaba ayudando a rastrear, era cierto que la última vez que se adentraron en el bosque era muy lejano, no teníamos idea de esos límites y sabíamos que al meternos en el territorio de ellas, quedaríam
MARCUSJustamente en el momento que cuando me haría cualquier cosa con él, la puerta que estaba al fondo se había destruido por completo, mi corazón más de lo normal, aún mi sentido de la vista estaba bueno, por lo cual estaba divisando a muchos lobos, parecía todo cuento de hadas.No podía distinguir bien lo que estaba frente a mi puesto que estaba demasiado cansado, aparte de eso en mi cuerpo estaba en su límite, ya no podía más, tan sólo era cuestión de minutos o quizás segundo para que yo pudiera morir, pero antes de eso, pude anotar una silueta, de cabello largo frente a mí, era sin duda Mayla.La podido reconocer fácilmente y además su olor no se me podía perder, pero no entendía como vino hasta acá, ni siquiera puedo pensar muy bien las cosas en este momento, lo que sé es que se ha traído a muchos lobos de distintas maneras, Wanda estaba acorralada y sabía que esto tarde o temprano iba a suceder, pero luego pude notar otra silueta detrás de ella, sí, se trataba de Max, intenté
MAYLADOS MESES DESPUÉShabían pasado dos meses el último incidente que tuvo Marcus, desde ese momento sacar todas las cosas a ido mejorando, afortunadamente Las brujas habían desaparecido por completo, también Anastasia había decidido irse muy lejos, de hecho habíamos hecho un pacto, en donde no tendríamos que cruzar unos límites para podernos meter a su territorio ni ellas a nuestros territorios, no puedo quejarme de lo bien que me ha ido, la relación con el se ha intensificado.El día de hoy estamos en un evento bastante especial, no era un evento cualquiera, se trataba del nombramiento del nuevo líder de la manada, si después de tanto tiempo me había hecho caso y estaba entregándole el trono alguien muy especial.De tantas cosas que estuvimos platicando, terminó aceptando que lo mejor sería hacer eso, dado que nuestra familia era lo más sagrado que teníamos y no podíamos estar por ahí metiéndole en problemas, habíamos acordado que tomaríamos unas grandes vacaciones, finalmente que
MAYLAfinalmente después de tanto esfuerzo en no vomitar porque la verdad tenía muchas náuseas, hemos llegado al hotel principal, este hotel era muy hermoso, en sólo la entrada podía notar que había una hermosa cascada de muchos colores, habían muchas personas, para mí todo esto era nuevo, yo no estaba acostumbrada a estar en una ciudad tan grande, pero la verdad no me quejaba, muchas de las personas que nos rodeaban nos quedaban viendo, no sé si porque se notaba que nosotros no éramos de acá o simplemte hacíamos una bonita pareja.—Buenas noches, señor Marcus— Le dijo el recepcionista del hotel.—Si, lo que pasa es que quiero saber si están las reservaciones que hice para el Pen House— El recepcionista empezó a buscar a su computadora, enseguida lo encontró y nos dio las llaves.—Si necesitan cualquier cosa, pueden llamar a recepción, sus habitaciones estarán los números, de la misma forma si van a necesitar algún tipo de comida sólo lo piden, que tengan una estadía muy placentera— s
MAYLAMe llevé las rodillas al pecho mientras apoyaba la cabeza en el cristal, con el pelo rubio dorado mojado por el sudor tras horas de tortura sin fin y el cuerpo agotado.—De acuerdo, ya ha tenido bastante por hoy, podemos continuar mañana—, dijo Cristina desde detrás del cristal frente a mí, garabateando en su portapapeles antes de dejarlo sobre el gran escritorio metálico que tenía delante y guardándose el bolígrafo en el bolsillo de la bata.Jadeando, miré al grupo de científicos que me observaban y analizaban como si fuera un espécimen, pero para ellos lo era.No sabía exactamente cuántos días llevaba atrapada tras el cristal, siendo constantemente pinchada por los humanos, que estaban desesperados por averiguar más cosas sobre mi especie, pero escuchaba atentamente a los científicos, que a veces mencionaban mi edad.—Es una mujer lobo, se curará rápido. Tenemos tiempo para al menos una prueba más—, me animó Gregorio, subiendo los escalones y parándose en la puerta de mi recip
MAYLALiliam se había marchado rápidamente, cerrando la puerta en silencio para no alertar a nadie de su presencia.Me había pasado la mayor parte de la noche en vela, con la mente completamente agotada después de pasarme horas intentando averiguar qué podía haber querido decir Liliam.Comprendía que no se sintiera cómoda después de ver cómo me habían tratado los científicos, pero era humana y los humanos odiaban a los hombres lobo. No podía evitar no confiar en ella, insegura de sus verdaderas intenciones.¿Quién podría venir a acabar con todo esto? ¿Alguien iba a acabar por fin con mi sufrimiento y matarme?Entrecerré los ojos cuando las luces parpadearon sobre mí, indicando que otro día de tortura había comenzado. Miré hacia la gran puerta de metal y mis ojos sin emoción siguieron a Gregorio y Cristina cuando entraron en la habitación.—El desayuno—, resopló Gregorio mientras abría la puerta de un tirón, deslizando rápidamente mi plato de comida hacia mí antes de cerrar la puerta t
MAYLAAunque mi cuerpo se sentía a gusto en los brazos de Marcus, yo seguía nerviosa. No conocía a ese hombre y no tenía ni idea de adónde me llevaba.Me rodeó con sus grandes y musculosos brazos, y mi corazón dio un vuelco.Marcus pareció darse cuenta de ello, y una pequeña sonrisa se dibujó en la comisura de sus labios antes de desaparecer rápidamente tras centrarse de nuevo en mis muñecas, murmurando para sí mismo airadamente en italiano mientras me llevaba hacia un elegante coche gris oscuro.Abrió la puerta del acompañante, me metió dentro con cuidado, cerró rápidamente la puerta y se subió en el lado del conductor, arrancando el coche. Mientras daba marcha atrás y aceleraba el motor para incorporarse a la carretera, me observó jugueteando con los pulgares en el regazo, sin saber qué decir o hacer.—¿Cómo te llamas? —, preguntó Marcus, sacándome de mi ensoñación.—Mayla—, respondí en voz baja, observando cómo Marcus se removía en su asiento al oírme hablar, lo que me hizo fruncir
MAYLAMarcus me miró con tristeza mientras me sacaba del hospital, con la mano apoyada en la parte baja de mi espalda mientras caminábamos, observándome atentamente mientras me balanceaba un par de veces, casi perdiendo el equilibrio.—Te llevaré a la casa de la manada y te prepararemos una habitación—, sugirió Marcus, alzando sus gruesas cejas, esperando una respuesta. Sin embargo, no le di ninguna. No estaba segura de por qué quería que me quedara con él, mi corazón palpitaba ante la idea de que Marcus realmente quisiera que lo hiciera.Mis padres nunca habían sido del tipo cariñoso y, aunque no eran crueles ni desagradables, luchaban con sus emociones, nunca me hablaban realmente ni me explicaban cosas que los hombres lobo necesitaban saber.Sabía que los lobos encontraban a sus almas gemelas, pero nunca se daban detalles, y a menudo pensaba que el concepto de almas gemelas era una fantasía inventada para mantener a la gente aferrada a la esperanza de que algún día encontrarían a a