Abro los ojos para encontrarme con una nueva sorpresa. Estoy en la cama, atada con una cadena corta que va de la cabecera a mi muñeca derecha.
—Por fin despiertas, querida.
Erick Covarrubias está sentado en una silla no muy lejos de mí.
—¿No dijiste que no ibas a volver hasta que suplicara?
Mi mente no había medido el problema en el que me comenzaba a meter.
—Rogaste de una manera que no esperabas, rogaste porque te controlara, porque al parecer Nicole, te gusta estar atada.
—¿Qué te hice yo? —le pregunté acerca de la situación a la que me estaba llevando, ¿porque me había escogido a mí? ¿Porque era así?
—Tiraste la comida que se te estaba brindando, gritaste ofensas contra mí... —yo lo interrumpí.
—¿Y lo que tú me estás haciendo? ¿No es una ofensa? ¿Crees que esto es muy placentero?
—Es muy diferente, el que manda aquí soy yo.
Me siento en la cama para tratar de pararme.
—¿Porque? No tienes poder sobre mí, me voy a escapar... —él ríe.
—¿Eso crees? Recuerdo que viste lo que hay en tu muñeca ¿no? —yo le asiento viéndola temerosa—, es un localizador, puedo saber tu ubicación exacta en el momento que yo quiera, no se quita a menos que yo la desactive, y tiene un truco —lo miro extrañada—, cuando te alejas de un margen que yo creo pertinente, soltará un gas, que hará que te duermas, pero no te preocupes, sabrás donde, una pequeña descarga o electroshock como quieras llamarlo, será el aviso de que has llegado al límite, después solo te desmayas. Y de nuevo estarás bajo mi control.
—¡Eres un desgraciado! —le grito en el tono más fuerte que puedo hacer, tratando de levantarme nuevamente de la cama.
—Cuida tus palabras, Nicole, recuerda quien puede darte libertad o castigo. Además yo no vengo amenazar, vengo a decirte que mientras no cambies de actitud, estarás ahí, en esa cama. Y ya que te niegas a un acuerdo, no te sorprendas lo que vaya a hacer, atente a las consecuencias.
Se levanta y se va dejándome completamente desarmada. No puedo creerlo cada que este hombre se aparece, la situación se pone peor que la anterior, mis opciones se acababa. Me miro la muñeca, observo bien la pulsera, ¿cómo me la quito? ¿Con esto puedo saber cuál es mi límite, hasta donde puedo llegar? No quiero ni una cosa u otra, ni el electroshock, ni el gas que me pondría a su poder de nuevo. Mi cabeza entiende la situación, solo puedo alargar el proceso, y en ese punto es mi única opción, no voy a dejar que me venza tan pronto. Claramente, soy su prisionera.
* * * * *
Las luces se apagan una vez más, pero esta vez por un periodo mucho más largo, luego de unos minutos y el tener todo en oscuridad y el hecho de haberme dormido me afecta y vuelvo a dormir otro rato más, Erick no aparece después que me despierto, recuerdo sus palabras, me sorprenderé con las consecuencias, odio estar aquí, lo odio a él, odio que se haya fijado en mí, ¿qué le puede interesar?
Me bajo de la cama y me siento en el piso, por alguna extraña razón siento cierto grado de confianza al estar aquí abajo, tal vez del piso no saldrá nada, o eso cree mi cerebro, aunque estar sin luz y tenerlo a él de captor, hace que todo sea incierto.
Después de un rato de estar en el piso tratando de idear algo para poder salir de aquí, comienzo a sentir algo de frío. Estoy en ropa interior y la temperatura me penetra por completo, me estoy comenzando a congelar en cuestión de segundos, me subo a la cama y me abrazo, o por lo menos lo intento, dado que la cadena no me deja. El aire aumenta a cada minuto y con abrazarme ya no es suficiente, estoy tiritando.
Cuando los labios me comienzan a doler por el frío, reconozco que ignoro el tiempo que llevo en este suplicio, pero se me está haciendo eterno y el frío aumenta cada vez más. Me pego lo más que puedo hacia la pared para recibir aunque sea un poco de calor, cierro los ojos y me balanceo para intentar entrar en calor, el frío no cederá. Mi piel está a este punto helada, pero tengo que aguantar, me lo repito una y otra vez a especie de mantra.
—Aguanta Nicole, aguanta, no le permitas ganar, no ahora, resiste un poco más.
Luego de un rato mi cuerpo no aguanta tanto como quisiera y me colapso en la cama. Todo se pone negro, me siento ya muy cansada y que estoy a punto de perder una batalla. Los sentimientos llegan a mí, estoy demasiado triste, pero sobre todo comprendo una cosa en específico. Estoy sola en esta guerra.
Se acerca la fecha de entregar mis últimos reportes para el semestre que va a iniciar, la realidad es que, al ser tan perfeccionista, el hecho de que tenga que planear un semestre completo, me ayuda a controlar esa tendencia al orden que tengo, que, en realidad, solo es un control hacia mi trabajo, mi misión siempre es que mis alumnos se lleven los mayores conocimientos posibles y yo necesito estar preparada para eso. Entro al despacho de Frank, mi jefe y mejor maestro de doctorado, él siempre me ayuda y me dice que puedo agregar o quitar a mi planeación, a pesar de llevar 5 años en eso, aún tengo algunas dudas y Frank siempre está dispuesto a ayudarme. —Tengo mi planeación, ¿está Frank, Olivia? —Está ocupado, está el vicerrector con él. —Supongo que lo está capacitando ¿no? Frank me comentó algo así —ella me asintió—. Créeme Olivia que lamento que Frank se vaya, es el mejor jefe que pudimos tener. —Lo sé, dímelo a mí q
Han pasado días, de eso estoy segura, porque la comida se presenta puntual sin que yo pueda comer, solo olerla y saber que no la puedo tener, ya que estoy encadenada a esta maldita cama.Estar sin comer no es lo único que me mantiene despierta. Las temperaturas extremas me están llevando al límite, el frío regresa 3 veces al día por al parecer media hora y el calor exagerado el mismo tiempo. Mis piernas tienen ya moretones, mis manos por supuesto que comienzan a adelgazarse, recuerdo que la única vez que entraron fue para ajustarme la esposa al tamaño de la muñeca. Claro, estaba sedada, pero en esa ocasión logrado por el estúpido gas que Erick me dijo que se iba a activar. No tardé ni 2 minutos en sufrir sus efectos y después la esposa se encontraba más firme y la cadena medio metro más larga.A este punto es lo único que ha pasado. Él no ha venido a v
Despierto, para mi sorpresa en un lugar distinto, es una nueva habitación. Estoy en una cama, me toco rápidamente, tengo ropa otra vez, un pijama, ya no tengo esposas, ni estoy amarrada.Me siento en la cama y observo todo a mi alrededor. Esta habitación es por completo diferente, hay un vestidor, un tocador, un escritorio y librero, igual que dos mesas de noche, todos en color blanco de roble macizo, la cama tiene dosel y toda la ropa de cama igualmente es blanca. El vestidor no tiene puerta, pero el baño sí, aunque no tengo la intención de entrar, sólo me paro a observar, tengo un cuarto amplio, mucho, la cama está situada justo en medio de la habitación, la puerta principal se encuentra justo frente a la cama, igual que el tocador, y del lado izquierdo baño y vestidor y del lado derecho está el pequeño librero con apenas y decoraciones y un escritorio con casi nada más que una libret
"Contrato de Paternidad"1.-El sujeto "A" denominado como "El Aportador" será el que determine la validez o invalidez de este contrato, así como los puntos siguientes que se deben de cumplir en el momento que Él lo disponga.2.-El sujeto "B" denominado como "La Beneficiada" será la que reciba los beneficios de "El Aportador" por medio del cumplimiento de este contrato, al no hacerlo "El aportador" puede utilizar cualquier medida de castigo anexadas en el apéndice de castigos.3.-PRIVILEGIOS; La beneficiada tiene que ganarse estos privilegios de manera de complacencia hacia "El Aportador", no hay derecho de réplica, ni acuerdo de modificación de estos puntos.3.1. Deberá ser obediente
No puedo creer lo que acabo de leer, esto es una completa burla hacia mi persona, hacía mi identidad, este hombre no sólo quiere, a sus criterios, un hijo de mí, sino una maldita esclava mental y sexual, ¿por quién carajos me ha tomado? ¿Cómo es que creyó que soy de ese tipo de mujeres? ¿Lo doy a aparentar? Hace años que no he tenido relaciones con alguien, probablemente más de 2, ¿cómo es que piensa que yo soy complaciente y que tengo iniciativa en estas cosas? No lo entiendo, sus puntos me asustan, y para colmo de mis males, me quedan apenas 15 minutos para que esa puerta se abra y yo pueda bajar a "discutir" esto con él. Pero ¿qué tenemos que discutir? Solamente tengo que acatar su maldita voluntad y escrúpulos tan... enfermos.No puedo permitirle que vea que su contrato me está volviendo loca y que es un completo absurdo, tengo que ser más i
La noche ha pasado tranquila. Erick no entró a mi habitación para nada, es un día más en el que no me tiene.Miro el reloj, son casi las 9 de la mañana, desconozco de qué día, solo que es Julio. Me quiero quedar en la cama, pero sé que no es posible, esto es el inicio de mi gran mentira.Me voy al vestidor, primera regla, "estar arreglada en todo momento para él", tengo que hacerlo, espero que verme un poco más vestida también ayude con mi ánimo. Lo primero que busco es ropa interior ya que no hay orden de no usarla. Finalmente me cambio esta ropa que ya llevo por semanas, la dejo en un cesto que al parecer está destinado para la ropa sucia. Busco que ponerme, pero me veo abrumada por todas las opciones. Sin quererlo me quedo viendo por todas partes por un minuto, hay demasiada ropa en este lugar: jeans, camisas, blusas, faldas y vestidos, todo perfectamente ordenado, ha
—No tienes por qué explicármelo Frank.—Quiero que ambas sepan, no solo Olivia que será su secretaria mientras Michel toma al cien por ciento esta responsabilidad.—Pero yo te ayudo a ti porque me gusta, no sé si él va a querer mi ayuda.—Justamente por eso quiero que él sepa que tiene un excelente equipo de trabajo y que eres una buena ayuda administrativa y no sólo una de las mejores maestras.—Nicole, el doctor se preocupa por ti, vas a ser jefa de departamento, debes de estar preparada para esto.—No es que no me emocione, ni nada por el estilo, sino que es raro, Frank es como mi padre y que se vaya, es difícil —Olivia ve mi rostro y me pasa un kleenex—. Me contaron que el Doctor es una eminencia y que fue Secretario de Educación por un tiempo, que por eso durará poco en la vicerrectoría.—Así es Nicol
He dormido demasiadas horas, de eso no tengo duda. Luego del dolor y coraje que sentí por las nalgadas que me había proporcionado Erick, dormir ayudó poco, solo un poco. No quiero montar más espectáculos, ahora más que nunca sé que Erick se enoja rápido y no deseo más golpes, a este punto el sentimiento de secuestro lo tengo mucho más presente, me comienzo a dar cuenta que estoy a su completa disposición.Me levanto para revisar la puerta, está cerrada todavía, voy al baño para ver el resultado de su rabia. Está algo rojiza y tengo más de un morado, es horrible ver mi piel ultrajada de esa manera, y eso que en su maldito contrato este es uno de los más leves, uno de los castigos que probablemente yo prefería.Salgo y me encuentro con la puerta medio abierta, tengo que estar lista, pero ni siquiera quiero verlo. Me meto al closet, busco un vestid