He dormido demasiadas horas, de eso no tengo duda. Luego del dolor y coraje que sentí por las nalgadas que me había proporcionado Erick, dormir ayudó poco, solo un poco. No quiero montar más espectáculos, ahora más que nunca sé que Erick se enoja rápido y no deseo más golpes, a este punto el sentimiento de secuestro lo tengo mucho más presente, me comienzo a dar cuenta que estoy a su completa disposición.
Me levanto para revisar la puerta, está cerrada todavía, voy al baño para ver el resultado de su rabia. Está algo rojiza y tengo más de un morado, es horrible ver mi piel ultrajada de esa manera, y eso que en su maldito contrato este es uno de los más leves, uno de los castigos que probablemente yo prefería.
Salgo y me encuentro con la puerta medio abierta, tengo que estar lista, pero ni siquiera quiero verlo. Me meto al closet, busco un vestid
Camino a mi oficina en el departamento, no hay mucho movimiento. Puedo ver al Doctor Covarrubias a lo lejos, mi cuerpo siente escalofríos cuando está cerca y sé que es una señal, es inevitable no voltear y buscarlo. Está hablando por teléfono, parece enojado y que le grita a alguien, pero tengo más prisa de llegar a mi destino que de seguir viendo esta escena.—¡Nicole, hola!—¡Hola Laura! ¿Cómo estás? —la saludo con dos besos evitando verlo.—Bien Nicole, vengo a ti a pedirte un favor.—Dime, ¿en qué te puedo ayudar? —Laura es buena compañera de trabajo y jefa del departamento de Negocios.—Me entregaron este sobre en listas para el vicerrector, tu sabes la junta, pero me acaban de marcar y tengo que salir urgentemente y no sé a qué hora regrese, le pedí a Olivia que avise pero
De nuevo estoy aquí, ahora veo lo que realmente pasa, estoy a su total y completo dominio me guste o no. Ayer lo descubrí y hoy lo he confirmado. No debí de haber escupido lo que me dio, fuera lo que fuera, ahora que puedo pensarlo me es más lógico; estaba en la cocina, recién le había cocinado, ¿por qué pensé que me haría...? Me siento como una estúpida al pensar que no fue comida, sino otra cosa y el dolor en la mejilla no me ayuda, ya que punza, y el de cabeza es aún peor, siento que está por explotarme, el cabello me duele por los jalones y los nuevos moretones por el arrastre sé que no tardarán en aparecer. Estoy sola, en el piso, en ese cuarto oscuro de nuevo. No sé con exactitud cómo debo de proceder ¿tengo de pedir perdón? ¿Debo de suplicar por piedad o que necesito de hacer?Opto por quedarme callada y esperar a que se le
Mi comportamiento ha sido el mejor que puedo en ese encierro, en esta ocasión si me llega comida, y la he ingiero toda dándole las gracias. Al terminar dejo todo donde me lo han puesto, me estoy tomando las pastillas y hasta he hecho un poco de ejercicio a base de sentadillas, lagartijas y estiramientos ayudada de la silla y la cama, quiero que Erick vea a través de sus cámaras de vigilancia, que sé que tiene por toda la habitación, que me he comprometido, que reconozco mi error y que quiero corregirme. Necesito que me saque de aquí, sé perfectamente porque tenerme aquí implica un castigo ya que estoy perdiendo el tiempo y parte de mi vida, de mis sueños, de lo que me ha costado construir. Mi ánimo va en picada, tengo demasiado coraje lo odio cada día más y ni siquiera puedo transmitirlo ya que necesito olvidarlo, debo encerrar mis sentimientos, olvidarme de mi sentido común y hasta de lo que soy como persona. Recuerdo a mis padres, sus palabras, me habían hablado pa
Es el momento de decisiones personales; necesito meditar que es lo que quiero, o mejor planteado, ¿qué necesito que él me dé? Y para ello ¿qué estoy dispuesta a sacrificar? Comprendo que es mucho, sé que será mucho más lo que voy a perder que lo que voy a ganar, pero mi integridad y seguridad valen mucho la pena.Son demasiadas interrogantes en mi cabeza, y no sé por dónde comenzar para poner todo en orden, no sé cuánto tiempo estaré aquí, tanto en este sótano como en su vida y de ahí, de esas dos preguntas parte todo, de ahí desmenuzo prioridades y por primera vez este tiempo necesito que mi encierro dure lo suficiente para poner mis propias reglas, mi propia idea y mi propia misión. No me está siendo fácil el no poder comprender en su totalidad lo que debo o no hacer, pero tengo una base, el contrato...C
Comienzo a pasar más tiempo de lo normal en la Universidad, este semestre me toca organizar un congreso fuera de la ciudad, además que me anexaron una clase más y tutorados para tesis, en conclusión comenzaba a tener cada día más trabajo, pero estoy feliz, aunado a que me preparo para mi nuevo puesto de jefe de departamento para el siguiente semestre. Sé que el cargo también conlleva menos trabajo, o eso me han dicho, y espero que sea cierto, supongo que a medida que las responsabilidades administrativas aumenten las académicas estarán igual o hasta disminuyendo.Llego a mi oficina con algunos papeles y la computadora, Sarahí mi asistente me ayuda y dejamos todo en mi escritorio.—Debería de dejarles que me envíen los ensayos por correo y no en físico —Sarahí sonríe—. ¿Hay novedades?—Todavía no, pero no creo que t
—¡Hola, Nicole! Me alegra verte nuevamente. Me paro en un instante, en silencio y con la cabeza gacha ante su presencia. —¡Hola Señor! —me ha dirigido la palabra, supongo que puedo hablar, sigo con la cabeza gacha esperando nuevas órdenes. Son casi 5 días sin verlo y necesito que corrobore que lo que ve en cámaras es en realidad cierto, y no solo una actuación, así que trato de recordar todas las reglas para poder hacer mi trabajo de la mejor manera. —Bien, muy bien querida, parece que el encierro te ayudó —él se acerca, está en jeans y camisa azul cielo de lino—. He visto tu comportamiento, creo que estas entendiendo cosas y que estas preparada —¿preparada? ¿Para qué? Pienso para mis adentros—. Pídemelo —pronuncia él, ¿qué tengo que pedirle? Me eleva la mirada con su vara y comprendo todo— Pídemelo Nicole, no lo voy a repetir —respiro profundamente antes de hablar. —Entréneme Señor —lo miro, sé que con esas palabras el control está regresando
¿En serio me está preguntando esto? ¿Realmente tengo que contestarle? ¿Me arriesgo por un golpe? Lo miro fijamente, él se pasa la vara de mano en mano, esperando a usarla por si no contesto lo que me pide. No quiero un golpe, así que... Contesto. Al final claudico.—Dos años.Él analiza mi respuesta, lo veo en su mirada, si, tiene razón, es mucho tiempo. Al final habla.—¿Lo has hecho tú sola?¿Le miento? ¿Le cuento que el hecho de masturbarme en ciertas ocasiones es algo que me mostró Anthony? Y que para bien o para mal me gustó y me ha hecho sentir menos sola en ese aspecto.—No, Señor.—¿Por qué será que no me convences Nicole?No quiero que sepa que le miento en la cara así que saco mis pocos dotes de actriz y digo lo más convincente que puedo.—Lo h
Me cambio y entro al vestidor para acomodarme la blusa. Termino y me quedé viendo en el espejo que está de lado izquierdo, junto con todo ese montón de zapatos, los observo y después a mi, parezco otra, mi 1.68cm de altura se hace presente con los tacones, mi tez blanca ea cada vez peor por falta de sol, mi cabello negro luce bien, ya me ha crecido, el largo está por debajo del codo, lo tengo en corte parejo y mi flequillo ha desaparecido, tenía tiempo dejándolo crecer pero estas ultimas semanas han sido el definitivo para que desaparezca. Mis ojos color miel resaltan con la ropa que uso, al igual que mi nueva y esbelta figura, probablemente he bajado más de 5 kilos, y los huesos de las costillas y la clavícula se han enmarcado sobre mi piel. Lo raro es que la ropa es de esta nueva talla, antes no me hubiera quedado bien, tal vez este es su plan y no me va a permitir subir mucho más de peso. Me quedo viendo mis labios, están demasiado resecos, nunca fueron voluminosos y ahora eran m