***La noche cubrió el cielo con su manto oscuro, como un pergamino penumbroso. El bar "Señoritas" estaba abarrotado de hombres adinerados que buscaban una noche de relajo con alguna bella mujer tras una jornada agotadora. ¿Qué mejor manera de descansar que entre los brazos de una hermosa compañía?.
Los ojos de Clodan reflejaban total confusión ante la chica que tenía frente a él; parecía tan avergonzada que ni siquiera se atrevía a levantar la mirada. ¿Acaso sentía pena por encontrarla trabajando en un lugar así? Para él, fue sorpresivo, ya que creía que Holly era la novia de su sobrino, una m
—Si está muy agradecida, entonces hágame caso y regrese a casa. Me encargaré de lo demás por usted.—Está bien —le mostró otra sonrisa de gratitud—. Por favor, espere un momento aquí, iré a recoger mis cosas.—Claro.Clodan aguardó fuera del bar con sus dos hombres, esperando a que ella regresara. ¿
Atenea ascendía las escaleras en dirección a su habitación, inmersa en sus pensamientos mientras planeaba recoger algunas prendas para regresar al apartamento de Lenox. No tenía intenciones de permanecer en la mansión, especialmente al saber que Lirio probablemente estaría bajo el mismo techo mañana
Un silencio envolvente llenaba la habitación, como era costumbre cada mañana cuando todos se reunían para desayunar en el comedor. Sin embargo, esta vez, un aire sepulcral lo permeaba todo. Valentino ocupaba un extremo de la mesa, con la mirada fija en Atenea, quien, en el otro extremo, permanecía a
—¿Valentino? —el rostro de Lirio reflejó total asombro y desconcierto al ver al hombre que la había rechazado el día anterior, parado frente a su puerta con una media sonrisa que parecía más fingida que genuina— ¿Qué haces aquí?.—Vine a ver cómo estabas —mintió casualmente—. Me preocupé por tu esta
La tan esperada noche finalmente había llegado. A medida que los miembros de la familia regresaban uno por uno de sus quehaceres diarios, percibieron un ambiente peculiar, especialmente con los sirvientes que se movían de un lado a otro, llevando platillos y organizándolos en la mesa.—¿Qué está ocu
—Valentino nos invitó porque tiene algo que informar, mi abuela ya lo ha dicho —reiteró la castaña, con su mirada afilada y un tono de voz indiferente y arrogante.—Ya es suficiente —cortó Atenea con calma, dirigiendo la mirada a su esposo—. Diles, amor mío, diles la verdad.—¿Qué quiere decir esta