Desearía no haber ingresado a ese estudio de arte y haber descubierto esos cuadros. Anhelaba no haber compartido la intimidad con él y lamentaba no haber rechazado de manera categórica el matrimonio desde el principio. Soñaba con la posibilidad de que nunca se hubieran reencontrado, que fueran extra
Después de una larga espera en la sala de urgencias, Lenox salió quitándose la mascarilla, escaneando con la mirada en busca de los familiares de Lirio Moretti. El primero en acercarse fue Valentino, seguido por la señora Elsa, su padre, su primo y Holly, quien aún permanecía con ellos.—¿Cómo está
Aquellas palabras quedaron grabadas en su cabeza, pues sabía que había echado por la borda todo lo que había logrado. ¿Por qué tenía que ser justo cuando empezaba de nuevo? ¿Todo era un plan? ¿Estaba equivocado? Muchas preguntas lo atormentaron todo el día hasta que llegó la noche y regresó a la man
—¿Sobrevivió? —preguntó ella en un susurro débil.—Sí, por suerte no fue grave, solo fracturas y contusiones —acarició suavemente su cabello, brindándole la calma que necesitaba—. ¿Tiene eso algo que ver contigo? Explícame lo que pasó.—Ella tendió una trampa y se lanzó por las escaleras; ahora cree
Los párpados de Atenea se abrieron lentamente, acariciados por el resplandor de la hermosa mañana que se colaba por su ventana. Un bostezo perezoso escapó de sus labios mientras se incorporaba, notando de inmediato un firme brazo que rodeaba su cintura con autoridad, impidiéndole abandonar la cama.
Ella se aferró a su cuello, presionándose entre ambos mientras gemían en su liberación. Atenea fue envuelta una vez más por el orgasmo, su centro palpitando y apretándose alrededor de Lenox hasta que este detuvo sus movimientos dentro de ella. Quedaron agitados, y al mirarse a los ojos, rieron, cómp
—Fue inútil esa información, nana, no la necesito —espetó de espaldas, apretando ligeramente la barandilla de la escalera—. ¿Y Layla? ¿Se fue al trabajo?.—Se fue con el señor Dimitri esta mañana temprano, y el señor Clodan, ya sabes, se fue a la fábrica.—¿Layla se fue con Dimitri? ¿Por qué? ¿Hay a
—¿Por qué detienes el auto? —inquirió Layla con mal humor, soportando cada vez menos a ese hombre.—¿Quizás porque la señorita no parece ir contenta conmigo? —sonrió angelicalmente.Layla resopló, frotando sus sienes para mantener la compostura frente a ese hombre descarado y desvergonzado. A pesar