En el comedor, la tensión flotaba en el aire como una fina niebla. Layla, con su mirada penetrante, y Dimitri, sentado a su lado, intercambiaban miradas que parecían más afiladas que cualquier cuchillo en la mesa. Valentino y Atenea, en cambio, compartían un silencio profundo mientras saboreaban su
Atenea abrió la boca para responder, pero Soledad la interrumpió, acercándose con un celular en la mano.—Mi niña, tienes una llamada del señor Lenox —informó, poniendo tenso a Valentino, que permanecía en silencio a su lado —. Dice que es importante, ¿qué le digo?.—¿Lenox? —se mostró confusa, ya q
Valentino la besó, seguramente utilizando ese gesto como una respuesta, la cual ella recibió y correspondió gustosamente. Ambos sabían que era un proceso, pero tendrían paciencia, porque en sus corazones ya brotaban los primeros indicios de un romance oculto durante años.—Ahora tengo que irme —ella
—Por favor, toma asiento —invitó Lenox a la rusa, ofreciéndole una bebida antes de sentarse frente a ella en el escritorio.—¿Qué sucede? —preguntó ella, tomando la bebida y mirándolo con evidente preocupación —Estoy nerviosa, ¿ocurrió algo malo?.—Un amigo mío está en este hospital —confesó, vacila
—Sí... gracias.Aunque planeaba discutir con Lenox sobre su relación con Valentino, dado que, a pesar de estar casados, no se llevaban bien, no era el momento adecuado. No hasta que la sombra de Lirio desapareciera entre ellos, porque, ¿y si Valentino no le creía? Aunque Atenea fue la primera mujer
El corazón de Atenea latía desbocado mientras se dirigía al hospital donde Lirio había sido internada. La ansiedad la invadía, y al llegar, tropezó con la impactante escena de Valentino en la sala de espera, con las manos aferradas a su cabeza. No estaba solo; el señor Clodan recibió la noticia de i
La mansión continuaba sumida en el caos, con el persistente olor a sangre impregnando el aire. Sirvientes se apresuraban de un lado a otro, intentando limpiar los vestigios en las escaleras donde Lirio había caído momentos antes.—Esa mujer la culpó de todo, Soledad. Dijo que Atenea la empujó de las
Desearía no haber ingresado a ese estudio de arte y haber descubierto esos cuadros. Anhelaba no haber compartido la intimidad con él y lamentaba no haber rechazado de manera categórica el matrimonio desde el principio. Soñaba con la posibilidad de que nunca se hubieran reencontrado, que fueran extra