Lirio permanecía en su habitación, deambulando de un lado a otro mientras mordisqueaba la punta de su afilada uña del pulgar, la cual estaba al borde de sangrar debido a las numerosas veces que la había masticado por la ansiedad, la preocupación y el estrés.Echa un vistazo nuevamente al papel sobre
—No seas exagerada, hasta yo quiero contigo, solo que no estás a la altura de mis altos estándares —su amiga la fulminó con la mirada.—Eres una m*****a —le arrojó una tanga a la cara, y ambas rieron.Terminaron sus compras en la tienda de moda más exclusiva de la ciudad. Con solo dos días antes de
Valentino deseó hablar, contradecirla y ordenarle que no saliera, pues no soportaba que celebrara algo falso, un matrimonio que no era auténtico. Sin embargo, se contuvo. Apretó los dientes, sin apartar su mirada gélida, mientras ella mantenía el contacto visual con una sonrisa tranquila y aparentem
Fuera de la mansión, Atenea y su amiga se desplazaron en un lujoso automóvil, optando esta vez por no llevar escoltas, ya que solo planeaban disfrutar de una noche entre chicas. El trayecto transcurrió en silencio hasta que Layla, incapaz de contener la intriga, rompió el mutismo.—Observo a tu futu
—Hola, linda —la voz de un hombre atrajo la atención de Atenea, quien dejó de bailar para mirarlo—. ¿Quieres tomar una copa conmigo?.—Hola —le respondió, forzando una sonrisa, ya que la figura masculina no cumplía con sus gustos, al contrario, se veía considerablemente mayor—. Eh, yo...—Venga, pod
—Debes amarlo mucho, qué desafortunado soy —se lamentó, posando sus ojos en los labios de Atenea—. ¿Qué debería hacer? ¿Robar a la novia?.—Si es que puedes —lo retó seductoramente—, pero te digo, amo tanto a mi prometido que no tengo ojos para nadie más —el hombre esbozó una sonrisa torcida, captan
Valentino estaba furioso en su habitación, tratando de descansar mientras solo miraba el reloj, esperando a Atenea que aún no regresaba. A pesar de no entender por qué la esperaba, la ausencia de ella lo inquietaba, imaginándola en los brazos de otro hombre.Frustrado, decidió salir de su habitación
Todo salió perfecto, ya que Atenea sabía y estaba segura que Valentino, su prometido, no se contendría y la buscaría. El plan no pudo salir mejor ahora que él mismo la estaba viendo con otro en el momento justo, probando de su propio veneno. —¡Atenea! —el grito de Valentino retumbó en todo el pasil