Eva.
–¡Nena! – dice la voz demasiado feliz y un poco chillona de Gigi.
Yo abro los ojos con pesadez, me paso la mano derecha por los parpados y entonces adapto mi vista a la oscuridad que me rodea, la única luz que hay es la de la luna que entra por las ventanas y refleja las maquinas del hospital y por supuesto a Gigi, que acaba de saltar del sofá en el que había estado sentada.
Yo intento mover la otra mano para pasarla por mi ojo izquierdo, pero no puedo mover los dedos y tengo el brazo inmovilizado, intento acomodarme mejor porque siento como si algo me estuviera taladrando la mitad del cuerpo, pero no puedo moverme.
–¿Qué fue lo que pasó? – pregunto con la voz pastosa intentando recordar que demonio sucedió.
–Tuviste un accidente, cariño, fue hace menos de veinticuatro horas – sus ojos me ven con ternura, como si fuera una mu&nti
Aaron. El helicóptero aterriza en el helipuerto del batallón de la FAEA, lo primero que hago es quitarme el informe y encargarle al segundo a mando de que haga un inventario de personal y equipo. Salgo corriendo del helipuerto y voy directo a mi habitación, desde que me avisaron que Eva estaba en el hospital militar no he podido dejar de pensar en ella, una parte de mi se siente culpable porque sé que me he estado comportando como un cerdo con ella y que no es nada justo, pero es que ¡joder! El ministro tiene sus ojos puestos sobre cada una de las decisiones que tomo, y no es nada sencillo trabajar con él a mis espaldas esperando el momento para que yo flaquee, sé que quiere que su hijo ocupe mi lugar, siempre ha pensado que yo no estoy lo suficientemente capacitado, pero entre más tiempo pasa, peor se pone la situación.No he podido pegar el ojo en muchos días, siento que me respira
Aaron. –Todo estará bien – susurro mientras acaricio su frente, ella ha comenzado a quedarse dormida nuevamente, entre las hormonas alborotadas, los medicamentos y el cansancio debe estar muerta. –Hace mucho tiempo que no me hablabas asi – murmura al tiempo en que una sonrisa se aparece en su rostro, a pesar de estar pálida y de tener cicatrices en al frente, se ve jodidamente bella, no sé como no pude haberlo visto antes, no entiendo como pude haberla tratado tan mal, en realidad Eva nunca me ha dado ningun motivo para ser cruel, a veces me saca de quicio y me gustaría que fuera mas sumisa, pero además de eso no hay nada que yo pueda reprocharle a ella.–A partir de ahora eso va a cambiar – le doy un beso en la frente – me encargaré de darles todo el amor que tu y el bebe necesitan, lo prometo, mi amor, los días malos se fueron.Ella apriet
Zoé.Siempre me ha gustado la forma en la que Aaron me folla, no titubea, no se detiene a preguntarme si estoy bien o no, él simplemente me toma, me agarra de las nalgas y me hace suya a su antojo, siempre me ha gustado el sexo rudo, jamás he estado familiarizada ni muy a gusto con eso de los gestos tiernos y las palabras cariñosas, a mi me gustan los hombres como él, que no temen en ir por lo que quieren, Aaron me prende por completo y dudo mucho que haya otra persona en el mundo con la que yo pueda acompasarme de esta forma.Él y yo nacimos para estar juntos, sin importar con quien vaya a casarse él, Aaron siempre me pertenecerá y amará a mí, creo que es algo que ambos supimos desde que nos besamos por primera vez en aquella oficina de trastes en el ejército.–No dejes de moverte asi – gruñe en mi cuello mientras su aliento cálido me eriza ca
Zoé. –¡Aaron! – grito con toda la fuerza de mis pulmones mientras me desplomo contra la pared y me agarro el pecho, joder, he recibido disparos que han dolido menos que esto que siento ahora – no puedes dejarme – le digo, a pesar de que él ya no puede oírme y probablemente para este momento ya está muy lejos.Aun con la vista borrosa por las lagrimas que salen de mis ojos, alcanzo a ver el minibar a un lado de mi sala de estar, siento que necesito doparme, prefiero eso que seguir sintiendo este dolor, asi que me pongo en pie y voy hasta allá, agarro la botella del trago más fuerte que tengo y pongo música a todo volumen.Como si la vida se estuviera encargando de amargarme aun más, suena nuestra canción favorita, amazing de Aerosmith, es la canción que sonaba en la radio vieja en el cuarto donde tuvimos sexo por primera vez.Me bebo la bot
Zoé. Corro a la salida del hospital mientras los enfermeros y doctores me ven como si estuviera completamente loca, ¡Ja! Creo que la única cuerda en esta historia soy yo, soy la que conoce la historia verdadera, el resto no son más que un montón de peones en un juego que ha estado tejiendo Eva durante todo este tiempo.–¡Campbell! ¿Qué crees que vas a hacer? – me grita Gigi alcanzándome.Ella es otra cómplice y no voy a permitir que me detenga, no le debo nada a esta mujer, sus amenazas o reclamos no generan nada en mí, asi que simplemente la ignoro. –¡No te atrevas a cometer una estupidez! Vas a armar una guerra basado en tus suposiciones – sigue hablando tras de mí. Yo niego con la cabeza y me rio de su cinismo – ¡Creo que ambas abemos que no son ningunas suposiciones! – escupo – e
Zoé.–¡Aaron, ábreme la maldita puerta! – le doy un golpe a la madera, pero enseguida escucho el clic que suena desde el otro lado, le ha puesto seguro para que yo no pueda abrir de ninguna forma, y es la oficina de un mayor, prácticamente es como un bunker de máxima seguridad – ¡Algun dia vas a darte cuenta de que todo lo que estoy diciendo es cierto! – vuelvo a golpear, pero algo me dice que él no se va a ablandar por mis esfuerzos, mucho menos por mis lágrimas, me cuesta admitirlo, pero la verdad es que quizá Aaron jamás me ha querido tanto como yo he intentado creer, y eso me jode, porque le he dado lo mejor de mí, he sido fiel a pesar de que yo he tenido que compartirlo con ella. Odio esta situación, detesto sentirme asi por su culpa. Lamento el dia en el que le di tanto poder sobre mi corazón, porque ahora ya no sé que hacer con este d
Eros. Camino por los pasillos del batallón con los documentos que me dio Francine hace unas horas, se supone que debo entregar mi acta de nacimiento y una cantidad de ridículos papeles nada más para que la iglesia católica acepte que nos casemos cuando ninguno de los dos se está muriendo por hacerlo, yo creo que Francine preferiría casarse con cualquier otra persona en este batallón de mierda, por desgracia su padre le eligió la peor persona que podría haber escogido, un hombre que nunca va a quererla y que se encargará de que ella lo sepa cada maldito segundo de cada maldito dia.Suspiro, entro en mi oficina, tiro la carpeta en cualquier lado y entonces me siento en el pequeña sofá al fondo del lugar, el cuero de color café se hunde bajo el peso de mi cuerpo, miro a mi alrededor y recuerdo la primera vez que Eva estuvo aquí, recuerdo la ferocidad y al mi
Eva. –Recuerde que debe tener en cuenta las dos próximas ecografías, en cuanto las tenga en su mano tráigalas para examinarla y remitirla con el mejor medico en temas de fertilidad, su esposo nos la ha recomendado especialmente – me dice el medico que me sonríe y me mira de forma candorosa.–No es su esposo – suelta Gigi rodando los ojos con fastidio al tiempo en que agarra mi maleta y se prepara para ayudarme a salir del hospital.–Todavía – aclaro yo.El medico nos mira sin entender muy bien la situación, pero es mejor de ese modo, en primer lugar, no tengo porque darle explicaciones, y en segundo lugar, esta historia es demasiado enredada como para explicarle.–Recuerde tomar las vitaminas y mantenerse hidratada, tampoco puede saltarse las comidas, de ahora de adelante usted tiene que pensar por dos – señala a mi estomago y yo asien