Gigi.
Me vuelvo loca cuando no me responde, siento que todo el cuerpo se me paraliza, acabo de escuchar un sonido sordo y solo espero que no se trate de lo que creo que es. Dios sabe que no soy una mujer que se altera fácil, yo prefiero mantener la calma y pensar con cabeza fria, pero es que Eva me tiene preocupada, desde hace un par de meses que parece que su vida se ha ido por el caño, no está bien, no es ella misma y yo no sé que demonios hacer para recuperar a la Eva de antes que Eros volviera. Ese hombre se ha convertido en su mayor infierno y ya es momento de ponerle un alto. No me interesa si es el maldito coronel de la FAEA, ella es mi mejor amiga, y me siento en la obligación de protegerla, porque la conozco y sé que cuando se trata de sus sentimientos suele ser muy estúpida.
–¡Eva! – grito a través del teléfono, pero el silencio se prolonga.
Camino de un
Gigi. –Su pulso está acelerado, la encontré en el auto, chocó con un poste del alumbrado público – le explico a los paramédicos mientras la sacan del auto y la ponen en la camilla – su brazo tambien está torcido.Rápidamente la acomodan, aseguran su cuerpo y la meten dentro del hospital militar.–¿Hace cuánto tiempo la encontró?–Alrededor de veinte minutos, pero aproximadamente han pasado cuarenta desde que se estrelló.–La llevaremos a rayos x para asegurarnos de que sus órganos internos estén bien – me dice uno de los hombres.Yo asiento con la cabeza y veo como la meten dentro de una sala, estaciono el auto correctamente y entonces suspiro profundo – ¿Qué estás haciendo con tu vida, Eva? – respiro y cuento hasta diez antes de entrar al hospital. Creo que &u
Eros. El jodido mundo me da vueltas alrededor, comienzo a ver borroso y las palmas de las manos me hormiguean, caigo como una piedra en la silla de la sala de espera del hospital militar y entonces maldigo el dia en el que conocí a Eva Larsson, ¡Demonios! Esa mujer no ha hecho mas que complicarme la existencia. Se supone que ella era nada mas la ficha en mi juego de ajedrez en contra de Sotavento, pero es que este juego se ha empezado a salir de mis manos.Por un lado, comprendo que no hay peor venganza contra Sotavento que haber embarazado a su prometida, pero por el otro, ¡joder! Yo no puedo hacerme cargo de esa criatura, ahora lo único que espero es que Eva sea lo suficientemente inteligente como para que no vaya a tener ese niño. Ese podría ser el peor error de toda su vida.–¿Tú sabias sobre el bebé? Eso fue lo que ella fue a decirte al club, ¿No es cierto? – m
Eva. –¡Nena! – dice la voz demasiado feliz y un poco chillona de Gigi.Yo abro los ojos con pesadez, me paso la mano derecha por los parpados y entonces adapto mi vista a la oscuridad que me rodea, la única luz que hay es la de la luna que entra por las ventanas y refleja las maquinas del hospital y por supuesto a Gigi, que acaba de saltar del sofá en el que había estado sentada.Yo intento mover la otra mano para pasarla por mi ojo izquierdo, pero no puedo mover los dedos y tengo el brazo inmovilizado, intento acomodarme mejor porque siento como si algo me estuviera taladrando la mitad del cuerpo, pero no puedo moverme.–¿Qué fue lo que pasó? – pregunto con la voz pastosa intentando recordar que demonio sucedió.–Tuviste un accidente, cariño, fue hace menos de veinticuatro horas – sus ojos me ven con ternura, como si fuera una mu&nti
Aaron. El helicóptero aterriza en el helipuerto del batallón de la FAEA, lo primero que hago es quitarme el informe y encargarle al segundo a mando de que haga un inventario de personal y equipo. Salgo corriendo del helipuerto y voy directo a mi habitación, desde que me avisaron que Eva estaba en el hospital militar no he podido dejar de pensar en ella, una parte de mi se siente culpable porque sé que me he estado comportando como un cerdo con ella y que no es nada justo, pero es que ¡joder! El ministro tiene sus ojos puestos sobre cada una de las decisiones que tomo, y no es nada sencillo trabajar con él a mis espaldas esperando el momento para que yo flaquee, sé que quiere que su hijo ocupe mi lugar, siempre ha pensado que yo no estoy lo suficientemente capacitado, pero entre más tiempo pasa, peor se pone la situación.No he podido pegar el ojo en muchos días, siento que me respira
Aaron. –Todo estará bien – susurro mientras acaricio su frente, ella ha comenzado a quedarse dormida nuevamente, entre las hormonas alborotadas, los medicamentos y el cansancio debe estar muerta. –Hace mucho tiempo que no me hablabas asi – murmura al tiempo en que una sonrisa se aparece en su rostro, a pesar de estar pálida y de tener cicatrices en al frente, se ve jodidamente bella, no sé como no pude haberlo visto antes, no entiendo como pude haberla tratado tan mal, en realidad Eva nunca me ha dado ningun motivo para ser cruel, a veces me saca de quicio y me gustaría que fuera mas sumisa, pero además de eso no hay nada que yo pueda reprocharle a ella.–A partir de ahora eso va a cambiar – le doy un beso en la frente – me encargaré de darles todo el amor que tu y el bebe necesitan, lo prometo, mi amor, los días malos se fueron.Ella apriet
Zoé.Siempre me ha gustado la forma en la que Aaron me folla, no titubea, no se detiene a preguntarme si estoy bien o no, él simplemente me toma, me agarra de las nalgas y me hace suya a su antojo, siempre me ha gustado el sexo rudo, jamás he estado familiarizada ni muy a gusto con eso de los gestos tiernos y las palabras cariñosas, a mi me gustan los hombres como él, que no temen en ir por lo que quieren, Aaron me prende por completo y dudo mucho que haya otra persona en el mundo con la que yo pueda acompasarme de esta forma.Él y yo nacimos para estar juntos, sin importar con quien vaya a casarse él, Aaron siempre me pertenecerá y amará a mí, creo que es algo que ambos supimos desde que nos besamos por primera vez en aquella oficina de trastes en el ejército.–No dejes de moverte asi – gruñe en mi cuello mientras su aliento cálido me eriza ca
Zoé. –¡Aaron! – grito con toda la fuerza de mis pulmones mientras me desplomo contra la pared y me agarro el pecho, joder, he recibido disparos que han dolido menos que esto que siento ahora – no puedes dejarme – le digo, a pesar de que él ya no puede oírme y probablemente para este momento ya está muy lejos.Aun con la vista borrosa por las lagrimas que salen de mis ojos, alcanzo a ver el minibar a un lado de mi sala de estar, siento que necesito doparme, prefiero eso que seguir sintiendo este dolor, asi que me pongo en pie y voy hasta allá, agarro la botella del trago más fuerte que tengo y pongo música a todo volumen.Como si la vida se estuviera encargando de amargarme aun más, suena nuestra canción favorita, amazing de Aerosmith, es la canción que sonaba en la radio vieja en el cuarto donde tuvimos sexo por primera vez.Me bebo la bot
Zoé. Corro a la salida del hospital mientras los enfermeros y doctores me ven como si estuviera completamente loca, ¡Ja! Creo que la única cuerda en esta historia soy yo, soy la que conoce la historia verdadera, el resto no son más que un montón de peones en un juego que ha estado tejiendo Eva durante todo este tiempo.–¡Campbell! ¿Qué crees que vas a hacer? – me grita Gigi alcanzándome.Ella es otra cómplice y no voy a permitir que me detenga, no le debo nada a esta mujer, sus amenazas o reclamos no generan nada en mí, asi que simplemente la ignoro. –¡No te atrevas a cometer una estupidez! Vas a armar una guerra basado en tus suposiciones – sigue hablando tras de mí. Yo niego con la cabeza y me rio de su cinismo – ¡Creo que ambas abemos que no son ningunas suposiciones! – escupo – e