Eva.
–¿Estás segura de que ya salió de recuperación? – le pregunto a Gigi que vino corriendo a contarme la noticia de que hoy vuelve Eros.
–Te lo juro, escuche al mismísimo ministro diciéndoselo a tu marido.
–¿Por qué Aaron no me dijo nada?
Gigi me mira con si no pudiera creer esa pregunta.
–Eva, cualquier persona con ojos podría darse cuenta de que ustedes dos se mueren el uno por el otro.
–Eso no es cierto.
La ignoro y me arreglo el uniforme militar frente al espejo de mi habitación, Gigi me mira a traves del cristal, sabe que estoy pensando en él, ¡Ugh! Odio que me conozca tan bien.
–¿Estás nerviosa? – me pregunta.
–No es nada del otro mundo, claro que no estoy nerviosa – miento, siento que en cualquier momento voy a comenzar a hiperventilar, han
Eva. El resto del dia lo paso con un genio de los mil demonios, me siento estúpida, confundida y no sé que hacer, no entiendo porque Eros me trata tan mal, yo no le he hecho nada, entiendo que tengamos que estar separados, pero eso no quiere decir que debemos actuar como si fuéramos un par de desconocidos, después de todo, el hecho de que Zoé nos haya encontrado no borra todo lo que ya vivimos juntos.–¿Has visto a Aaron? Lo estoy buscando – le pregunto a Gigi encontrándome con ella en la cafetería.–No, no le he visto desde esta mañana, igual que a ti, ¿No viniste a almorzar? – me mira con el ceño fruncido.–No tengo mucha hambre, estoy algo agotada, creo que necesito descansar – ella me pone la mano en la frente.–Estás pálida, Eva, y tambien estás un poco caliente.–No es
Eva. –¡Joder! Me siento como si un tren me hubiera atropellado – dice Aaron al tiempo en que comienza a abrir los ojos y se cubre del sol – ¿Por qué demonios tienes esas ventanas abiertas? ¿Qué no ves que estoy durmiendo?–Lo que menos me importa ahora son tus horas de descanso – quito las sabanas de encima de la cama, dándole un latigazo con la tela. Él suelta un gruñido y me mira con rabia, pero yo lo ignoro completamente y me dedico a organizar la cama, bueno, por lo menos la parte que no está bajo su cuerpo pesado.–¿Qué es lo que te pasa ahora? – pregunta, como si de verdad no se acordase de lo que pasó anoche. No respondo, me quedo en silencio y me muevo velozmente a traves de la habitación a pesar de que me escuece la zona intima, mi vagina se siente adolorida por la noche anterior.
Eva. Él se peina el cabello mojado con las manos, llevándoselo hacia atrás, después se pasa las manos por la cara para eliminar los restos de gotas que le han quedado, me estudia con la mirada de arriba a abajo y entonces yo me cubro ligeramente, tengo puesto un bikini de dos piezas, no encontré el enterizo del ejercito asi que tuve que usar un traje de baño propio. Eros se queda dentro de la piscina, pero deja de nadar y se dedica a observarme, yo me siento como un animal de zoológico, ¿Acaso tengo papel higiénico pegado en el culo?–¿No estabas nadando? – le pregunto.–Tú me has interrumpido – contesta moviéndose hasta la orilla en la cual yo estoy de pie. Él acomoda sus brazos y descansa su barbilla en ellos.Con Eros todo es un juego de adivinanzas, nunca sé cuándo esta de mal humor o cuando quiere alzarme
Eva. –¡Espérate, no tienes que enojarte tanto! – salgo detrás de él, siento miedo por lo que pueda hacer con esta información, conozco a Eros, sé que es un impulsivo del asco, en cualquier momento podría abrir la boca y entonces me delataría completamente, y la verdad es que yo no quiero tener otra pelea con Aaron, no lo toleraría – ¡Eros! ¿Por qué te importa tanto? – le pregunto siguiéndolo.Él se agacha y recoge la toalla a un lado de la piscina al tiempo en que comienza a secarse el cuerpo parcialmente desnudo, trago saliva porque su pecho y brazos me quitan todo el aliento.–No me interesa, solo no puedo creer como eres tan estúpida.–¡Lo dices como si tu fueras muy inteligente con las decisiones que tomas!Se pone recto, frunce el ceño y camina hacia mi – ¿Que est
Eva. Savannah frunce el ceño y nos mira a ambos, Eros tiene el pelo desordenado, tiene el miembro erecto y su rostro está colorado, no me quiero ni imaginar como demonios debo verme yo ahora mismo, seguramente estoy desordenada y con cara de frustrada sexual, ¡Me lleva el demonio!–¿Estoy interrumpiendo algo? – pregunta con una mirada picara, creo que cualquiera que nos viera seria capaz de darse cuenta de que algo está pasando.–No, no interrumpes nada – responde Eros con seriedad.Ella asiente con la cabeza, pero no parece muy convencida, aun así, se acerca con un par de papeles a nosotros dos, yo me muevo para atrás y pongo mis manos sobre mis pechos, mis pezones están resaltados sobre la tela del bikini y no quiero darle mas espacio a las interpretaciones a Savannah.–Necesitaba mostraste esto, me lo dio tu hermana – se aclara la gargant
Eros. –Ustedes las dos, ¡Salgan de aqui! – les grito.La primera en marcharse es Savannah, una vez que se ha alejado yo suelto los brazos de Eva.–Su estupidez no conoce límites, capitana Larsson. Ella frunce el ceño y entrecierra los ojos como si estuviera analizando el objetivo para atacar – ¿Quieres saber porque estábamos peleando?–La verdad no – recojo mi uniforme y le doy la espalda, pero ella me sigue.–Estábamos peleando porque Savannah creo que hay algo entre nosotros dos. No, es que no lo cree – gesticula – está segura de que antes que hubiera entrado en la piscina estábamos haciendo algo.–Y es cierto.–¡Pero ella no tiene por qué saberlo! – chilla – la mujer está demente, cree que yo voy a quitarle al hombre de sus sueños, no sé
Eva. Camino hacia la formación sintiéndome como un reverendo zapato, creo que jamás había estado en peor condición como ahora, he dejado de hacer ejercicio, mi estado anímico está del asco, Eros me dejó frustrada sexualmente ayer, el vibrador que solía usar se rompió y ahora tras del hecho tengo la cara rasguñada, mi vida no podría ser peor en este momento.–Cariño, disculpa que sea tan honesta contigo, pero últimamente pareces un puto rompecabeza – dice Gigi uniéndose a mi mientras le da el ultimo mordisco a la manzana.–Ya lo sé, en realidad no es necesario que me lo recuerdes.–Además tienes un humor de los mil demonios.–Tambien lo sé, amiga.Ella rueda los ojos y me detiene por el brazo – escucha, está bien que tu vida sea patética, ya fue
Eva. –¿Te has estado protegiendo? – pregunta Gigi.Yo me levanto del suelo y me echo agua helada en toda la cara, dejo que las gotas incluso caigan por mi cuello, Gigi me mira con el ceño fruncido a traves del espejo y entiendo porque cuando veo en el reflejo las marcas que me dejo Aaron en el cuello.–Ni siquiera voy a preguntar que es lo que te pasó ahí – suspira – no hay que ser un genio para saber que lo hizo Eros.–¿Qué? – pregunto confundida – ¡Esto no lo hizo Eros! – me doy la vuelta – no entiendo porque todo el mundo tiene que hacer suposiciones de algo que al fin y al cabo solo me incumbe a mí, no fue él, ¿De acuerdo? Y espero que lo tengas bien claro, Eros no es el villano que todo el mundo piensa.–Tranquila, no estoy tratando de atacarte, pero, para nadie es un secreto que ese hombre es