Todo lo que Noah le contaba a Enzo era extremadamente inquietante y difícil de creer para cualquier persona, en cambio Enzo no dudo. Él podía sentirlo en su corazón, en cada parte de su cuerpo. Cada partícula de su ADN le gritaba que era real, que todo aquello había sucedido. De pronto interiorizando las palabras de Noah y recordando la profecía Enzo se dio cuenta de algo.

-Acabas de recordarlo; - Noah asintió – eso quiere decir que el tiempo juntos en esta vida será corto, que, si no somos capaces de romper la maldición, alguno de los dos volverá a morir y seguiremos repitiendo el mismo ciclo una y otra vez.

-No te preocupes, esta vez las cosas son diferentes.

-Que cambió no entiendo?

-Tú, de alguna manera inconscientemente te has estado preparando para este momento. Cuando reuniste a los sobrevivientes y descendientes de los purasangre. Estuviste devolviendo a la vida a un reino caído, tal vez por eso él movió sus fichas antes, temía que tuvieras tiempo de romper la maldición.

-¿Él?