La pareja destinada del Alfa
La pareja destinada del Alfa
Por: Morgan Mikaelson
Rechazo

- Yo Arley Davies alfa de la manada Eclipses, te rechazo a ti Noah Bennett como mi compañera. Un simple sirviente, alguien tan insignificante como tú, nunca será mi luna.

- Yo, Noah Bennett acepto tu rechazo.

Todas las personas que observaba la escena se quedaron boca abiertas, nadie esperaba que la siempre gentil y dócil Noah fuera capaz de enfrentar esa situación con la cabeza en lo alto. Haciendo uso de toda su fuerza Noah salió de la vista de todos y corrió a refugiarse en su habitación. Cuando por fine estuvo sola cayó al suelo mientras gritaba de dolor. Ser rechazada por tu pareja, era la ofensa y el dolor más fuerte que podía sufrir un lobo, pero después de tantas malas experiencias ya el dolor tanto físico como emocional no le impactaban tan fuerte. Afortunadamente aun no tenia a su loba y eso hacia que el dolor que estaba experimentando no fuera tan fuerte. En cambió el alfa está sufriendo como no había sido capaz de imaginar nunca, sabía que dolería romper el vinculo de pareja, pero al su compañero ser tan inferior a él, creyó que el dolor seria solo un momento.

Noah formaba parte de los sirvientes de la manada, era el último escalón en la escala social de la manada, era huérfana y no tenia a nadie a su lado, desde pequeña había aprendido a cuidarse de si misma. El antiguo alfa y padre de Arley había aparecido un día con ella, una pequeña niña de meses y ojos rojos, nadie sabía de donde había aparecido o quienes eran sus familiares. Algunos especulaban que podía ser una hija ilegitima, pero su aroma no tenía nada que ver con el alfa, además de que él nunca la trato como a una hija. La entregó a los sirvientes y nunca se ocupo o preocupo por ella, solo de vez en cuando le preguntaba si ya su loba había despertado, como si esperara algo, pero cuando ella negaba él volvía a ignorarla durante meses. Noah se acostumbro desde niña a sufrir el rechazo de los miembros de la manada debido a sus característicos ojos rojos, cuando todos los lobos los tenían amarillos. Aprendió a ser invisible, ir y venir sin ser notada, nunca pudo asistir a la escuela como el resto de los niños, debía trabajar y pagar por el techo y frio suelo donde dormía. Si por casualidad se encontraba con otros solían golpearla, afortunadamente a pesar de no tener su loba su habilidad para sanar funcionaba bien, aunque en ocasiones cuando no tenia mucho tiempo para descansar o no le daban de comer, sus heridas solían tardar en curarse. Para evitar ser golpeada simplemente vivía como muerta, era un zombi por los pasillos de la manada, con su tez pálida cabello negro azabache y ojos rojo parecía un fantasma. De esa forma sobrevivió hasta sus 20 años, pero para su mala suerte, su plan de vivir una vida insignificante y morir tranquila se vio arruinado cuando hoy en el medio de la fiesta de cumpleaños del nuevo alfa su lobo despertó y la declaró su compañera frente a toda la manada.

Todos los ojos giraron a mirar a la chica que con harapos y descalza pasaba por un pasillo con las manos llenas de vasijas sucias en dirección a la cocina.

- Pareja- gruño el alfa lanzándose sobre ella mientras su lobo tomaba el control. la conmoción no se hizo esperar y todos comenzaron a susurrar. Florice la novia de Arley se acerco a él y lo levanto de encima de Noah.

Cariño, recupera el control, tu lobo esta ganando. - Arley sacudió la cabeza aclarando sus ideas y cuando vio sobre quien se había arrojado la miró con desprecio y asco.

- ¿Tú eres mi compañera? – sonaba ofendido.

- Umm, no lo sé, parece. – respondió Noah levantándose del piso.

- Cómo puede ser posible que alguien como tu sea la compañera del alfa? esto es inaceptable – gritó uno de los ancianos más tradicionales de la manada. Ellos respetaban sobre todo el estatus.

-La diosa Luna se debe haber equivocado. – lo secundó otro.

- No te preocupes amor, si no la quieres como tu compañera, simplemente puedes rechazarla, la manada merece una Luna fuerte y de igual estatus que su alfa, no una simple sirvienta. – dijo Florice lo suficientemente alto para ser escuchado por todos

Cada palabra usada para referirse a la chica era mas denigrante que la anterior, hablaban como si ella no estuviera presente, como si no estuvieran decidiendo su futuro mientras pisoteaban brutalmente sus sentimientos. Noah los escuchó en silencio como si hablaran de otra persona y nada de aquello le afectara. Después de escuchar a su novia y a los miembros de su manada Arley decidió darles la razón, él merecía una Luna mejor, así como también la manada, su padre no estaba en la manada así que no podía comunicarle aun su decisión, pero estaba seguro de que la aprobaría. Dando un paso atrás miro a Noah a los hijos y ya leyó en ellos lo que estaba a punto de suceder, se puso de pie y le devolvió la mirada a su alfa.

- Yo Arley Davies alfa de la manada Eclipses, te rechazo a ti Noah Bennett como mi compañera. Un simple sirviente, alguien tan insignificante como tú, nunca será mi luna.

- Yo, Noah Bennett acepto tu rechazo.

Habían pasado un par de horas desde que Noah había salido de la fiesta de compromiso y el dolor en su pecho poco a poco fue cediendo y se alegró de que no hubiera sido un dolor tan fuerte como había escuchado hablar. Observo el pequeño almario que tenía como habitación, sabia que ya no podría seguir en la manada, debería irse cuanto antes, pro ¿A dónde? Era la pregunta que le inquietaba, no conocía a nadie fuera de la manada a quien pedirle ayuda, no tenia dinero ni ahorras para aventurarse sola. Siempre había estado completamente a merced de su amo.

Pronto una idea comenzó a tomar forma en su cabeza, se ofrecería como voluntaria para la ofrenda anual. Cada año todas las manadas debía presentar 3 mujeres de entre los 18 y 25 años como ofrenda a la manada Luna Oscura, nadie sabía para que querían las mujeres y nunca se había vuelto a saber de alguna de las lobas que se llevaban. Había muchas especulaciones al respecto, habían quien creía que el alfa tenía predilección por las mujeres jóvenes y que su carne era más tierna y sabía mejor. Otros decían que eran la comida de la manada para el invierno y había quien pensaba que eran entregadas a los cazadores humanos para que detuvieran sus búsquedas durante algún tiempo. Todo era especulaciones ya que nadie sabía lo que en realidad sucedía con las que eran llevada.

- Sea cual sea mi futuro en la manada Luna Oscura, estoy segura que no va a ser peor que lo que me espera si me quedo aquí.

Con esto en mente Noah se preparó para sobrevivir la próxima semana hasta que llegará el día que los hombre de la manda Luna Oscura llegarán a buscar a las mujeres. Sólo una semana, debía poner en práctica sus habilidades de ser invisible solo una semana más.

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