-Debes repetir esta oración. –Me dice Martí. –Tierra del bolsillo de un mendigo. Agua de la cartera de un ermitaño. Viento del abanico de un moribundo. Semilla del zapato de un valiente. Luz del reflejo de una mujer. Vida que da refugio a la vida.
Asiento confiando en mi memoria. Bajo y comienzo a andar. De pronto estoy solo. Me siento en el pasto de hermosos colores, y pienso en ella. En quien me ha hecho dejarlo todo. En la mujer por quien he puesto en peligro un paraíso hermoso como este.
–Tierra del bolsillo de un mendigo. Agua de la cartera de un ermitaño. Viento del abanico de un moribundo. Semilla del zapato de un valiente. Luz del reflejo de una mujer. Vida que da refugio a la vida. –Repito con éxito.
-Y heme aquí. –Responde
-¡Está aquí, está aquí! -Gritó un niño a las afueras del estadio y la gente se le acerca. -Vieron a Gálaxi, está aquí.-¿Quién es Gálaxi? -Pregunté a Orión y él me sonríe.-Vamos a ver quién es. -Respondió.La gente se descontrola. Corren a todos lados, no sé si emocionados o asustados. Nos montamos en Boro y cabalgamos a las afueras de Adiv.-¿Dónde vieron a Gálaxi? -Preguntó Orión a un joven que mira a todos lados con curiosidad.-Cerca de la puerta Blanca. -Boro aument&o
Volvemos a la casa de Martí, ya ha despertado. Está sentado tomando algo de una taza peluda.-¡Martí! ¿Estás bien? -Corro y lo abrazo.-Como me ves amigo mío. Fue el efecto aturdidor de un Bayago gigante que nos atacó en el Prado Nublado. Pero estoy bien. Abandonar la seguridad de Adiv es tan peligroso como lo creí, con esta luz de luna tan tenue. Aunque fue maravilloso. Vi cosas que ni yo había llegado a apreciar con todos mis años; como unos escarabajos escupidores de mi tamaño con los que me topé. Me comí unas manzanas picantes que me hicieron llorar y casi despierto a la montaña soñadora al chocar con una chicharra.-Cuéntamelo todo. -Le pedí sonriendo, mi
Hacemos un círculo alrededor de Andry y André salta de su flamero a revisar el estado de su gemelo que yace inconsciente en el suelo y su dragón lame su brazo tratando de reanimarlo. Nos defendemos como podemos. La batalla ha entrado en un estado crítico, ya que estando inmóviles somos un blanco demasiado fácil. Los dragones contribuyen en la defensa bateando las bókers y devolviéndolas directo a nuestros oponentes que cada vez son más.-Tendremos que dejarlo. -Sugirió Orión. -No podremos resistir.-Orión tiene razón. -Gritó Fédenor. Para que estos dos sujetos estén de acuerdo, debe ser una situación urgente de verdad.-No lo haré. No podemos dejarlo aqu&iacu
Avanzamos escalando los muros de piedra. Es un trabajo lento, porque y complicadas de escalar. Conlleva mucho esfuerzo. No hay otra forma de subir. Esto me hace sentir más ansiedad porque siento que se acaba el tiempo. Orión va conmigo, somos los últimos en saltar y todavía quedan varios muros. -¿Por qué Fédenor te odia? –Le pregunto buscando distraerme.-Es cuestión de competencia, en parte. En nuestra carrera de estudio como aspirantes a Cyranos éramos amigos. Pero los maestros llenan tu cabeza de tanta rivalidad, que nos fuimos alejando poco a poco. De mil aspirantes, quince son seleccionados cada diez años y sólo uno es bautizado como Cyrano. Es el titulo más difícil de conseguir. Írador es el único doble Cyrano. Termin&oa
Me subo a Gálaxi. Írador lanza una ráfaga de bókers hacia a mí pero Artur las desvía y se lanza contra él. No espero más y comienzo a correr en la dirección indicada. Noctornos aparecen y me disparan, pero ya las bókers no son problema para mí. Las desvío, destruyo o las devuelvo directo a ellos. Corro entre varios obstáculos hasta que veo la roca de cuatro puntas donde Nátaly está. Detrás de mí vienen cientos de Noctornos en sus dragones, pero Gálaxi es el más rápido del universo. Les saco una ventaja considerable y llego a la puerta espejo. Sé que es el lugar, la roca y la puerta son muy distintivas. Me bajo de Gálaxi a paso rápido cruzo el espejo. Después de entrar es que recuerdo lo que Fugio me dijo sobre mi confusión, que si no la trabajaba, no tendría acceso.
Ahora me encuentro en un mundo que desconozco, en un planeta lleno misterios donde todo es nuevo y extraño para mí.Después de encontrar el amor por primera vez, jamás pasó por mi mente amar a dos con la misma fuerza incontrolable.Debo enfocarme únicamente en una de ellas, porque si no lo hago desaparecerá en este mundo y en el suyo.Aunque vaya en contra de todas las reglas y hasta en contra de mis propios instintos, aunque obstáculos impensados se interpongan ante mí, no puedo fallar.Debo sentir un amor puro e incuestionable si quiero salvarla de la oscuridad.En mis manos está la decisión de en
-Quiero que me cuentes una historia. –Me pide Nátaly en otra noche de fuga en el techo de mi casa. Ella es bastante concisa y clara en lo que expresa. Si lo siente, lo dice. -Estás acostumbrada a escuchar cuanto me fascinan las estrellas. –Yo accedo, siempre accedo a ella. -Pero me ha faltado decirte cuales son mis preferidas.-A ver ¿No tienes una sola preferida?-No, no es una sola ¿Ves aquellas tres muy brillantes de allá? -Le pregunté levantando su mano, señalándole hacia donde yo quiero que observe. Hoy están más brillantes de lo normal. Qué extraño.–Sí, las veo muy bien. -Afirmó con curiosidad. 
Otra Palabra está de más. Ángela dio la vuelta con notable sufrimiento por el dolor que está sintiendo su amiga. Diana, invadida por el llanto también da la vuelta y Michelt la abraza. Las tres se marchan.Nátaly sigue callada. Al ver que Diana se aleja, siento como que una parte de mí se ha desprendido. Me encuentro confundido y asustado. No puedes comenzar a amar alguien de un solo vistazo. No así. Pero estoy más convencido de otra cosa; Nátaly es mi prioridad. Su rostro demuestra confusión y veo que se siente mal por darse cuenta de la manera en que yo miré a Diana.-¿Qué pasó Alex? –Me pregunta desconcertada pero más tranquila.- ¿Acaso tú la conoces? Me dio la impresión de que ella te conoc&iacut