Nos sentamos en una mesa donde incluso el mantel vale más que uno de mis riñones y yo miró hacia la salida para marcharme, aunque las dos chicas emocionadas, prácticamente están mirándome solo a mí.
— Realmente no entiendo porque estas que mirando el lugar como si estuvieras en un matadero. Tienes ropa Chanel y tu bolso es un Gucci. Así que, eres adinerada. Puedes darte estos lujos — dice una de las chicas y yo suspiro profundo.— Lo era, hasta hace pocos días. Por lo que, no puedo costearme algo así. lo siento, chicos, pero, no puedo costearme algo así. los dejo, disfruten su almuerzo — digo intentando levantarme.Pero, uno de los chicos me toma del brazo y con una sonrisa, me habla— No necesitas marcharte, no me haré pobre por regalarte un almuerzo. Además, hablamos de mantenernos unidos mientras nos acostumbramos al clima laboral de este luEl hombre casi me arrastra y lo que me indigna es que lo hace delante de todos los que están comiendo y nadie se levanta siquiera a ayudarme, es como si no estuvieran gráficamente arrastrándome a mi muerte.¿Qué les pasa? ¿No les importa que me maten? Esto básicamente es un secuestro, pero, no puedo siquiera gritarles porque son personas influyentes que podrían incluso demandarme por gritarles o simplemente perturbar su almuerzo. Así que, miro hacia el hombre que me empuja y trago duro.— Señor Every, por favor, hablemos un poco, ¿sí?— De lo que me acusas, no se puede dialogar, si no, actuar. — dice el hombre que cuando me aferro a una columna, antes de desaparecer de la multitud que come relajadamente su almuerzo.Él me suelta y yo abrazo la columna de brazos y piernas, sin importar que me vea muy patética. Es mejor hacer el ridículo as&iac
Aun no podía procesar lo que el hombre sobre mí me acusaba. Porque, siendo sincera, mi suerte sería demasiado mala si las dos veces que me acosté con alguien, ese alguien fuera el presidente de la empresa en la que empecé a trabajar hoy y además de eso, es un alfa de su manada. Una de las más temibles.— Señor Every, hablemos por favor.— Si tienes muchas exigencias con respecto a posiciones y demás, puedes decirlo aquí. — dice el señor Every y yo intento alejarlo.— Señor, por favor, deje de jugar conmigo.— Dime algo, Adhara, ¿crees que tengo tiempo para jugar? Me acabas de decir delante de varias personas que además de tener un miembro diminuto, soy un precoz, así que, deberías estar agradeciendo que no te tenga contra la pared, penetrándote de tal forma que no puedas diferenciar si te estoy follando o partiendo e
Si hubiese dicho esto anteriormente, habría creído que era mentira, pero, en el lugar donde me encuentro y sabiendo como llegué aquí, sé que no está bromeando. Sin duda, los ricos tienen una forma extraña de molestar.— Señor Every — digo intentando calmarme y hablar de una forma que no ofenda al hombre que fácilmente podría hacerme suplicar clemencia.— Te escucho, Adhara. — dice el señor Every mirándome de una forma que no logro entender.— Hablemos de una forma que nos podamos entender.— Creo que eso era lo que estábamos haciendo, pero, si no fui claro con lo que quería, me disculpo y le volveré a decir de una forma que pueda entenderme. Adhara, teniendo en cuenta lo que hemos vivido los dos, quiero que nos casemos — dice el señor Every y yo suspiro profundo.— Ese es el problema. Yo no quie
Necesitaba tomar un poco de aire, pero, era evidente que no podía tomarlo estando cerca de este hombre asfixiante. Es como si estuviera en una burbuja donde él es el único que puede soportar el oxígeno espeso que hay en dicha burbuja.Asfixia y no sé si es porque se ve poderoso o porque su mirada posesiva en mí, hace que no pueda moverme sin sentir que va a saltar sobre mí y va a atarme a la cama.‘Bueno, creo que eso no es mala idea, ¿no?’ Pregunta mi mente y yo suspiró profundo.‘Debes concentrarte, Adhara’ me digo mentalmente.— Señor Every…— La escucho, Adhara.— Preferiría que me llamara señorita Simpson. No siento que somos tan íntimos para que me llame por mi nombre.— Oh, creo que somos lo suficientemente íntimos para hablarnos así. Tan íntimos que existe una prob
¿Cómo podía decirle a un hombre poderoso que no quiero casarme con él sin que me desaparezca del planeta o me lleve al calvario más grande que ni siquiera en el infierno exista algo así? Llevábamos mucho tiempo hablando y en mi caso, llorando y temiendo por lo que pudiera pasar. Pero, él seguía sin intenciones de entender.— Señor Every… por favor. Entienda algo, yo no puedo casarme con usted. — murmuró agotada.— ¿Por qué no es posible? — pregunta el señor Every y yo lo observo tipo: ¿no es obvio?— No soy alguien que puedas permitirte domar. Tampoco, soy un buen prospecto de esposa y si cree que soy así de atrevida, déjeme decirle que no soy así. Eso solo me pasó con usted esas dos únicas noches, así que, esa mujer no volverá a verla. — digo firme intentando qu
El hombre que me había hecho temer hasta la medula de mi cuerpo y después me había consolado mientras lloraba, para después decirme que nos casáramos, me sonríe cuando después de tantas vueltas, acepto casarme con él.Y como si fuera poco, me extiende su mano, la cual tomo con miedo, pero, a pesar de que podría hacerme cualquier cosa, lo que hace es ayudarme a bajarme de la cama. Antes de poner mis pies en el suelo, él estrecha nuestras manos sonriéndome.— Me alegra que aceptes finalmente que serás mi esposa. — dice el señor Every.— ¿Tenía otra opción? — pregunto y él me sonríe negando.— Es evidente que no. — dice el señor Every y yo me siento atraída por una fuerza magnética que desconozco.Es como si su sonrisa y cercanía, creara un campo magnético que n
Quiero gritarle. Deseo decirle que es un imbécil y abofetearlo por ser un atrevido. Pero, él es un alfa. El alfa de una manada desconocida para mí, pero, que aún así, debo guardarle respeto. También es el presidente de la compañía para la que trabajo y como si fuera lo peor, me gustó el salvajismo con el que me besó y como me proclamó cosas indecentes que me encantaría vivir. ‘¿Qué rayos te sucede, Adhara? ¿Se te olvidó que fue lo que pasó cuando confiaste en un hombre? Tu padre te dejó en la calle y te quiso vender por una deuda y tu prometido, fácilmente te desechó, aprende, Adhara. No seas tonta’ me dice mi mente y yo reúno valor para enfrentarlo. Decidida, lo empujo y sin importarme nuestra clase social como humanos o como lobos, lo abofeteo. No me importa que hace poco haya dado mi palabra
Después de mi extraña reunión con mi jefe, no tuve ánimo de regresar al trabajo. Sentía que podría encontrármelo otra vez y que este encuentro iba a terminar en algo más que solo besos y varias horas en una habitación hablando o llorando. Por lo que, me fui a la casa del señor John y sin decirle lo que me había pasado, me quedé dormida deseando que hoy al despertar, fuera un mejor día donde mi jefe no me saliera con alguna locura. — Hoy va a ser un gran día — digo emocionada mientras bajo del transporte público. Aspiro fuertemente el oxígeno y sonrío, sintiendo que puedo con todo y que hoy si va a ser un gran día. Pero, le estaba pidiendo peras al olmo. Porque, apenas llegué, los gritos en la entrada de la empresa se escuchaban de tal forma que parecía imposible ingresar al mismo. — ¡