Aun no podía procesar lo que el hombre sobre mí me acusaba. Porque, siendo sincera, mi suerte sería demasiado mala si las dos veces que me acosté con alguien, ese alguien fuera el presidente de la empresa en la que empecé a trabajar hoy y además de eso, es un alfa de su manada. Una de las más temibles.
— Señor Every, hablemos por favor.— Si tienes muchas exigencias con respecto a posiciones y demás, puedes decirlo aquí. — dice el señor Every y yo intento alejarlo.— Señor, por favor, deje de jugar conmigo.— Dime algo, Adhara, ¿crees que tengo tiempo para jugar? Me acabas de decir delante de varias personas que además de tener un miembro diminuto, soy un precoz, así que, deberías estar agradeciendo que no te tenga contra la pared, penetrándote de tal forma que no puedas diferenciar si te estoy follando o partiendo eSi hubiese dicho esto anteriormente, habría creído que era mentira, pero, en el lugar donde me encuentro y sabiendo como llegué aquí, sé que no está bromeando. Sin duda, los ricos tienen una forma extraña de molestar.— Señor Every — digo intentando calmarme y hablar de una forma que no ofenda al hombre que fácilmente podría hacerme suplicar clemencia.— Te escucho, Adhara. — dice el señor Every mirándome de una forma que no logro entender.— Hablemos de una forma que nos podamos entender.— Creo que eso era lo que estábamos haciendo, pero, si no fui claro con lo que quería, me disculpo y le volveré a decir de una forma que pueda entenderme. Adhara, teniendo en cuenta lo que hemos vivido los dos, quiero que nos casemos — dice el señor Every y yo suspiro profundo.— Ese es el problema. Yo no quie
Necesitaba tomar un poco de aire, pero, era evidente que no podía tomarlo estando cerca de este hombre asfixiante. Es como si estuviera en una burbuja donde él es el único que puede soportar el oxígeno espeso que hay en dicha burbuja.Asfixia y no sé si es porque se ve poderoso o porque su mirada posesiva en mí, hace que no pueda moverme sin sentir que va a saltar sobre mí y va a atarme a la cama.‘Bueno, creo que eso no es mala idea, ¿no?’ Pregunta mi mente y yo suspiró profundo.‘Debes concentrarte, Adhara’ me digo mentalmente.— Señor Every…— La escucho, Adhara.— Preferiría que me llamara señorita Simpson. No siento que somos tan íntimos para que me llame por mi nombre.— Oh, creo que somos lo suficientemente íntimos para hablarnos así. Tan íntimos que existe una prob
¿Cómo podía decirle a un hombre poderoso que no quiero casarme con él sin que me desaparezca del planeta o me lleve al calvario más grande que ni siquiera en el infierno exista algo así? Llevábamos mucho tiempo hablando y en mi caso, llorando y temiendo por lo que pudiera pasar. Pero, él seguía sin intenciones de entender.— Señor Every… por favor. Entienda algo, yo no puedo casarme con usted. — murmuró agotada.— ¿Por qué no es posible? — pregunta el señor Every y yo lo observo tipo: ¿no es obvio?— No soy alguien que puedas permitirte domar. Tampoco, soy un buen prospecto de esposa y si cree que soy así de atrevida, déjeme decirle que no soy así. Eso solo me pasó con usted esas dos únicas noches, así que, esa mujer no volverá a verla. — digo firme intentando qu
El hombre que me había hecho temer hasta la medula de mi cuerpo y después me había consolado mientras lloraba, para después decirme que nos casáramos, me sonríe cuando después de tantas vueltas, acepto casarme con él.Y como si fuera poco, me extiende su mano, la cual tomo con miedo, pero, a pesar de que podría hacerme cualquier cosa, lo que hace es ayudarme a bajarme de la cama. Antes de poner mis pies en el suelo, él estrecha nuestras manos sonriéndome.— Me alegra que aceptes finalmente que serás mi esposa. — dice el señor Every.— ¿Tenía otra opción? — pregunto y él me sonríe negando.— Es evidente que no. — dice el señor Every y yo me siento atraída por una fuerza magnética que desconozco.Es como si su sonrisa y cercanía, creara un campo magnético que n
Quiero gritarle. Deseo decirle que es un imbécil y abofetearlo por ser un atrevido. Pero, él es un alfa. El alfa de una manada desconocida para mí, pero, que aún así, debo guardarle respeto. También es el presidente de la compañía para la que trabajo y como si fuera lo peor, me gustó el salvajismo con el que me besó y como me proclamó cosas indecentes que me encantaría vivir. ‘¿Qué rayos te sucede, Adhara? ¿Se te olvidó que fue lo que pasó cuando confiaste en un hombre? Tu padre te dejó en la calle y te quiso vender por una deuda y tu prometido, fácilmente te desechó, aprende, Adhara. No seas tonta’ me dice mi mente y yo reúno valor para enfrentarlo. Decidida, lo empujo y sin importarme nuestra clase social como humanos o como lobos, lo abofeteo. No me importa que hace poco haya dado mi palabra
Después de mi extraña reunión con mi jefe, no tuve ánimo de regresar al trabajo. Sentía que podría encontrármelo otra vez y que este encuentro iba a terminar en algo más que solo besos y varias horas en una habitación hablando o llorando. Por lo que, me fui a la casa del señor John y sin decirle lo que me había pasado, me quedé dormida deseando que hoy al despertar, fuera un mejor día donde mi jefe no me saliera con alguna locura. — Hoy va a ser un gran día — digo emocionada mientras bajo del transporte público. Aspiro fuertemente el oxígeno y sonrío, sintiendo que puedo con todo y que hoy si va a ser un gran día. Pero, le estaba pidiendo peras al olmo. Porque, apenas llegué, los gritos en la entrada de la empresa se escuchaban de tal forma que parecía imposible ingresar al mismo. — ¡
El aire se sentía frío, pero, me sentía rodeada de un calor, que, en el pasado, no había sentido. El señor John, siempre me había cuidado con amor, pero, nunca me había defendido de mi padre, porque evidentemente, perdería.Esta era la primera vez que eran capaces de enfrentar a mi padre y lo hacían por mí, por protegerme, ¿de verdad los Every hablaban en serio con aceptarme como su familia? No sabía si solo era un capricho, pero, agradecía no estar sola en estos momentos.— Levanta la cabeza, Adhara. Si vas a llorar, que sea de felicidad y no porque alguien tan despreciable, te ataque — dice el señor Every y aunque no quiero alejarme de su pecho, lo hago porque pareciera que todos esperaran que haga algo.‘Recuerda que eres una mujer fuerte. No puedes dejar que te vean derrumbarte. Menos, cuando es delante de alguien tan importante’ me
Cuando creo que los regaños o ataques van a seguir, el señor Every me abraza con un brazo y camina conmigo hacia el interior de su auto, donde sin mediar una sola palabra, nos subimos y marchamos del caos que hay en la entrada de la empresa.— Ya puedes soltarme, estas a salvo — dice el señor Every y es en este preciso momento que me doy cuenta de que estoy aferrada al borde de su chaqueta.— L-lo siento — susurro avergonzada.— No me molesta que me toques, lo que me molesta es que toques mi ropa y no a mí — dice el señor Every y yo me ruborizo por sus palabras.— Señor, por favor, compórtese — digo abanicando mi rostro.— Me estoy comportando, si no, estaríamos siendo uno solo y no dos personas. Bueno, o estaríamos siendo tres, quien sabe si ya lo somos — dice el señor Every y cuando creo que est&aac