— ¡Marco capturo a Roman, tienen a Pamela! — el grito eufórico de Macarena los hizo girar.— Tío Felipe y el caimán iban a Dallas. — informo Alma, sintiéndose mucho más tranquila.— ¿Qué pasa en Dallas? ¿Y quién se ocupará de custodiar la frontera? — consulto Macarena.— La frontera ya no importa, n
Marco descorcho un champan, apenas uno de sus hombres le confirmo que tenían a Pamela en su poder y que Roman había sido capturado con vida. Hay que reconocer que en el fondo le decepcionaba haber estado así sea preocupado por semejante personaje, era un idiota, de la punta del pelo, a la punta de l
— Mas o menos, la mente de León esta fragmentada, todo lo que le hicieron de niño y… lo que yo le hice cuando lo secuestré. — reconoció sin poderle mantener la mirada a su hermano.— ¿Qué le hiciste Marco? — Greco jamás se impuso o intervino en lo que su hermano hacia a nivel sentimental, un día sec
— ¿Por qué tienes esa cara? ¿acaso ya te arrepentiste de estar conmigo? — ¿Cuándo estuvo de acuerdo en estar con él? Fue lo primero que se vino a la mente de la joven, pero recordó su farsa.— No es eso, extraño a Pamela, nunca nos separamos por tanto tiempo. — debía confiar en que Marco ya tenía a
Marco no sabía lo que era ser padre, esa era la verdad, lo había pensado en un principio como una necesidad, una promesa o deseo que cumplir a sus padres, un tributo a su clan, el deseo llego con el tiempo, pero al enamorarse de un hombre, trató de desecharlo, luego cuando supo que había una hija su
— Lo siento, pero… su esposo.— ¿Qué pasa con León?— Él… será mejor que lo vea.La habitación a la que habían llevado a Pamela era una de las del primer nivel, sobre sus cabezas habían dos niveles más, el club lo había diseñado el gran arquitecto Mateo Zabet, era como un gran Coliseo, cada puerta d
— Aquí no se permite la entrada a cualquiera. — dijo uno de los más corpulento de los Crips que allí se encontraban.— Lo veo, aquí solo se permiten escorias como ustedes. — rebatió sonriendo Saimon Berlusconi Santoro.— ¿Qué has dicho? — grito un pandillero y acto seguido tomo un taco de billar.—
Dos camionetas blindadas se detuvieron fuera de una fábrica abandonada, de la primera descendió Hades, Baltazar y Alma, de la segunda Stefano Zabet, y Mateo Zabet— ¿Estan seguros de querer hacer esto? no es necesario. — les aseguro Hades, más que nada a Mateo, la única vez que el reconocido arquite