— Suelta a mi hermana, loca. — la increpo Baltazar, aun en la bruma de la furia Cielo lo reconoció, y su cabeza casi estallo al comprender que esa perra a la que estaba golpeando, era el motivo por el que su tierno novio, rompiera lazos con su estúpido hermano, esa bruja era el mismo diablo, y cuand
Lo dijo sin pena, sin importarle nada, porque en realidad no se lo estaba diciendo a Baltazar, en medio de todo ese caos, Cielo había tenido una revelación, el ver como un grupo de mafiosos que eran enemigos, como era el caso de los Neizan y los Novikov, sin embargo, se trataban de una forma respetu
Cielo:Gabriel limpia con cuidado cada una de mis heridas de batalla, mientras me repite cientos de veces que los niños estan bien y que su familia más que ofendida, estará agradecida que al fin alguien le pusiera un alto a Tiara, pero de pronto sus manos comienzan a tocar lugares que no estan herid
— Oh, por dios. — es lo único que pude decir, he arruinado sus pantalones, y que decir de la cama. — Definitivamente tus padres no me querrán en su casa un asegunda vez.— Amor mío, esto no es nada a comparación de lo que haremos.— ¿Por qué me da la sensación de que cada cosa que dices es una amena
— Maldición, no debería gustarme tanto verte de rodillas, ese no es tu lugar. — sus ojos brillaban lujuriosos, Gabriel era uno con Azazel y mis pezones picaban, me sentía satisfecha que lo que sea que le estuviera haciendo le gustara tanto a su lado humano como ¿al asesino? ¿Qué lo llevaba a matar?
Cielo despertó temprano en la mañana, un poco aturdida y sin saber muy bien en qué momento se quedó dormida, solo era consciente que todo de ella dolía y como el mismo infierno.— Gabriel, Gabriel. — dijo moviendo el hombro de su ángel, pero este parecía estar muerto de cansancio y no le extrañaba,
— Bueno, creo que eso es lo esencial de mi vida. — dijo un poco incomoda y de inmediato Atenea Sandoval, hija de Dulce fijo sus ojos en ella.— ¿Tu familia? — interrogo mientras bebía café.— Mis padres murieron, y tengo un hermano.— Lo siento. — se disculpó al saber que era huérfana.— No hay prob
— Aun así, no entiendo para que estamos aquí, si Roman dice que aún no nos llevamos a los niños, no podemos hacer nada, tu no pondrás sobré aviso a tu hermana ¿verdad?— Ya te dije que no me interesa Pamela.— ¿Entonces? — insistió el joven y Sergio lo vio mal, hasta que otro hombre que estaba con e