— ¿Cómo te atreves a decir tal cosa de quien a salvado a tu hija? ¡¿Qué demonios te sucede Baltazar?! — Ana se creía muy capaz de golpear a su reciente esposo. — Le pedirás disculpas ahora mismo, porque pienso pedirle que me ayude a cuidar a Anabella. — las manos de Ana también temblaban, aunque más
Tic-tac, tic-tac Gabriel escuchaba el tiempo pasar, tic-tac, tic-tac, casi podía ver enormes relojes colgados a su alrededor, como si fuesen sogas ansiosas por envolver su cuello y estrangularlo, quitarle el acceso al aire y disfrutar de saber cómo poco a poco la vida lo abandonaba, tic-tac, el tiem
— ¿Ana?— Sí, hola, lamento no estar allí para presentarnos como se debe, hoy todo fue un desastre, que gracias a ti término de la mejor manera, escuche a Gabriel llamarte Cielo ¿verdad? o te gusta más bollito de Azúcar. — Cielo libero una risilla tan juvenil y de pronto Gabriel reparo en eso, Ana y
— Así es, además luego se tuvo que hacer cargo de las hijas de su hermana. — informo Gabriel dispuesto a usar a su cuñada, cualquier ser que pudiera atar a Cielo a su lado.— O. — solo eso pudo decir, ella tenía la responsabilidad de cuidar a Pamela, porque era su hija, pero no sabía lo que hubiera
Cielo veía su reflejo en el espejo, sus mejillas estaban rojas y su espalda completamente tensa, no podía creer que acababa de depilarse completa, ella realmente había rasurado todo su cuerpo y queria golpearse por ello, ¿en qué estaba pensando? En sexo por supuesto, cual adolescente hormonal, y las
— Me alegra que los pijamas les queden bien. — dijo el tatuado y Cielo lo vio con ojos filosos. — Iré a ducharme. — informo y eso puso nerviosa a Cielo, ¿le informaba aquello para que no ingresara al baño por error o como aviso de algo?— Mami, ¿Qué sucede? Estas roja. — y si dormía con su niña, se
— Mi madre era madre soltera cuando mi padre la conoció. — aún estaba con su codo apoyado y su mano sosteniendo su cabeza, muy cerca de Cielo, que estaba recostada a su lado. — Estaba embarazada de Alma. — trato de tranquilizarla, su familia no se asustaría por eso, ni por nada.— Sí, puede ser, per
Gabriel tomo los labios de Cielo, suaves como terciopelo, dulces como la miel, cálidos como una fogata, inocentes y sumisos, y comprendió el significado de su nombre, ella era su cielo y él… él era el Ángel que debía habitarlo, sentía que, a su lado, tenía una familia, un hogar, la felicidad eterna