Cielo despertó tan temprano como de costumbre y no puedo evitar avergonzarse al percatarse que tenía las bragas completamente mojadas, por lo que corrió al baño, quitada de la pena por ocupar un lugar que no era suyo, y ni sentirse abrumada al ocupar las cosas de higiene personal de su jefe, porque
— No me molestas Cielo, es todo lo contrario. — si le hablaba de amor estaba seguro de que lo electrocutaría, aunque no tuviera su picana a mano, seguro y salía a comprar una. — Tu… tu presencia me tranquiliza. — por alguna razón ella le creía, quizás porque el tenerlo cerca, ella también sentía cie
— Estas exagerando, pero gracias… hacía mucho que nadie me decía cosas tan lindas. — la vio morderse el labio inferior y supo que sin querer, solo diciendo la verdad, acababa de entrar en su corazón, apenas un pinchazo, pero sería suficiente para abrirse paso, hasta tomarlo al completo, y una vez de
Cielo no soporto ver las lágrimas de Gabriel, se dijo que era demasiado bueno y hermoso como para llorar, entonces lo abrazo y él se dejó abrazar, recordó como la consoló la noche anterior e hizo lo mismo, su mano subía y bajaba por la espalda de Gabriel, hasta que este estuvo relajado.— ¿Estas mej
La estaba besando, Gabriel la estaba besando y en lugar de empujarlo o así se alejarse… sus manos viajaron sobre su pecho, disfrutando de los duros músculos que este hombre poseía, y ahora también sabía que tenía más tatuajes que solo los de su rostro, algo que debería incomodarla, pero no era el ca
— O, eso… — Cielo noto el malestar del niño, y se sintió aún más culpable de estar allí, no queria causar problemas, se notaba que Ian era hijo único, todo él lo gritaba.— Unos hombres malos hicieron gritar a mi mamá. — dijo Pam y Cielo sentía que era una inútil, no podía proteger a su hija, Sergio
— Pero no los necesito, es más, le puedo regalar algunas cosas, tengo de sobra. — con 10 años, aún era un niño, que no comprendía ciertas cosas, más porque nunca las vivió, pero lo que hoy tienes el día de mañana nadie sabe, y Cielo sí que sabía de ello.— Lo sé, pero… lo que cuenta es la intención,
Gabriel debía de estar por regresar y Cielo casi caminaba por las paredes, el tatuado se había ofrecido a llevar a los niños al colegio, por una cuestión de seguridad, su seguridad, y ella solo acepto, luego de acomodar los dormitorios pensó que Gabriel estaba tardando demasiado, a la vez que se pre