La semana proxima, les dare maraton de esta historia. ya saben me dejan su comentario. besos!
―Si ― se mordió el labio ―No se porque fue tan amable conmigo.― ¿No es así? ―la pregunta se superpuso con respuestas tacitas.Ella frunció el ceño ―Parecía que nos habíamos conocido antes.Un musculo se sacudió en la mandíbula de Issam. Llego detrás de Zaria, cerrando el agua. ―Suficiente.Ella parpadeo ― ¿Suficiente?―No deseo hablar de Samir contigo, Zaria.El corazón de Zaria dio un vuelco y el arrepentimiento la lleno. Por supuesto que no lo quería. Issam había perdido a su madre, a su padre y ahora a su hermano; sabia mucho sobre la perdida. ¿Por qué querría hablar de eso, y en ese momento?―Yo…Antes de que pudiera terminar la oración, el, la saco de la ducha y la cargo sobre su hombro, llevándola a través del baño. Agarro una toalla cuando pasaron, la envolvió sobre su espalda desnuda y luego coloco sus pies en el suelo. Miro a su alrededor.Su dormitorio.― ¿No has estado durmiendo aquí?Ella sacudió la cabeza lentamente ―No se sentía bien.― ¿Por qué no? Tu eres mi esposa. ¿
Issam, se separó de Zaria. Sus ojos eran una clara expresión de que no le gustaron las palabras que ella había dicho. Haciéndose a un lado tomo la toalla y se cubrió con ella. —Lo mejor es que cambiemos de tema. ¿Que tal tus asuntos oficiales? — preguntó mientras se sentaba en la otomana.—¿Es enserio? ¿No tomarás en cuenta mis opiniones? ¿Soy una esposa, trofeo? Samir...—¡No quiero hablar de Samir! No quiero que nos compares, no quiero que sigas pensando que debería ser como mi hermano. No soy el. Te casaste conmigo, para tu desgracia.—No estoy comparando, es solo que ... En este tipo de situaciones el apreciaría una idea diferente, se supone que somos un matrimonio Issam, y los matrimonios están para apoyarse.—No. Te equivocas, nosotros no somos un matrimonio común, tu mejor que nadie conoces las razones de esta unión. No es necesario que te las recuerde. No será más que sexo. No pretendas que sea tu amigo, o tu confidente.Zaria sintió que si estómago se contraía, todas las emoc
―Bahar, esta es mi esposa Zaria ― La chica miro a Issam y forzó una sonrisa en su rostro. ―Un placer ― ella dijo sonando tan noble. ―Por cierto… ― respondió Zaria. Miro a su marido, que la observaba con curiosidad. ― ¿Cómo es que vuelvo y los encuentro a ti y a la señorita aquí compartiendo un picnic tan intimo? ―Solo estamos sentados a la vista de todos. ―Ya veo, ¿y eso lo hace bien? ― ¿Cuestionas la integridad de tu esposo? ― Bahar le pregunto como si estuviera totalmente sorprendida. ―Estoy hablando con mi esposo, le pido muy amablemente que se mantenga al margen. ―Zaria ―Issam uso ese tono en el que le advertía que controlara su temperamento. ―Si, Issam, simplemente te estoy preguntando por que, parecer necesitar estar cerca de ella. Quiero decir, si querías casarte con ella, ¿Por qué te casaste conmigo? ―Zaria se levanto frustrada. Estaba celosa y molesta. ―Suficiente Zaria, recuerda tu posición. Lo discutiremos mas tarde. ―el también se puso de pie. Ella le dio una sonr
A la hora de la cena, Zaria se sentó allí tan rígidamente. Ella no le dijo una palabra. Issam se reclino en su asiento y paso su brazo alrededor de su silla. ―Tal vez puedas al menos sonreír ― le susurro en su oído. Ella se giró y le sonrió. Podía ver que su sonrisa era fingida y tal vez hasta sarcástica. En todo caso todo lo que vio fue fuego en sus misteriosos ojos azules. ― ¿Crees que es adecuado sentarte allí y que todos seas testigos de tu enfado? Me parece mal. ―Bueno, tal vez tu segunda esposa haga un mejor trabajo ― dijo girándose a su posición inicial ― A Issam no le gustaba a donde iba esto. ―Tu, eres mi única esposa hasta el momento ― dijo odiando la situación. ―Entonces como tu hasta ahora única esposa. Tengo el derecho a mantener la cara que me de la gana. Soy la jequesa de este país, y también soy humana. ¿Cuál es el problema? ¿Qué, pretendes que te sonría a cada rato? Lo siento Issam, pero no eres digno de ellas. ―Es suficiente, Zaria ― El, le advirtió. ― ¿Qué?
Zaria había estado en numerosos eventos antes. Samir, solía llevarla con ella. Pero nunca había entrado al parlamento. Esta seria la primera noche que lo haría como jequesa y esposa de Issam.«¡Que diferente hubiera sido con Samir!»Estaría emocionada y llena de alegría, a punto de dar el paso a su nueva vida, no sentiría miedo o angustia. Por qué Samir tomaría su mano y la llenaría de tranquilidad. Lo extrañaba. ¡Santo Dios, cuanto lo extrañaba!En ese momento todo había parecido tan simple, su propósito tan claro. ¿Y ahora?Se sentía a la deriva como un barco perdido en altamar.―Es solo una cena ―las palabras profundas y su voz enigmática la sacaron de sus pensamientos, mientras el auto salía del palacio.Zaria volvió sus ojos hacia él, sus ojos azules mirando, detallando sus duras facciones. ―Pensé, que solo era un coctel.―Lo es ― Issam frunció el ceño, su mirada escaneaba sus rasgos, detallándola con la misma intensidad que lo hacia ella, deseando poder descifrar sus pensamient
―Se lo que eras para Samir y cuánto te adoraba. ¿Crees que pasa un minuto de este maldito matrimonio sin que yo recuerde cuanto te amaba?La ventana detrás de Issam se oscureció, lo que significa que pronto estaría un guardia del otro lado, listo para abrir la puerta, pero el jeque rápidamente alcanzo la manija y bloqueo la puerta.Lo hizo hábilmente, porque estaban en privado, con las ventanas protegidas de la multitud. Cuando se giró hacia Zaria, había tensión en sus rasgos, una mirada de absoluta determinación.― ¿Crees que olvido que eras su prometida? ― las palabras salieron torturadas, pero su mirada se fijaba en la de ella sin dudar.Se inclino hacia adelante y encontró el dobladillo de su vestido, levantándola, llevándola más arriba de sus piernas, sus manos deslizándose sobre sus pantorrillas subiendo hacia sus muslos, sus manos siguieron el contorno de su ropa interior de seda.Ella jadeo y reprimió un gemido ante su toque, su cuerpo traidor estallo de necesidad.―Pero no ol
― ¿Cómo conoces a Salim? Habían salido del evento al menos diez minutos y después de que subieron al auto ninguno había hablado. El corazón de Zaria estaba en su garganta, el deseo caliente y desesperado entre sus piernas. Parpadeo hacia su marido, ante su pregunta inesperada. Todo lo que pudo hacer fue contener la respiración y esperar, esperar a estar de vuelta en la privacidad de su habitación. ―Por Samir ― dijo simplemente. Pero no fue sencillo. Al menos no para Issam ― Escuche que mencionaste el verano pasado. ―Pasamos una semana en su yate y también otros amigos ― dijo, sacudiendo la cabeza. ― Fue solo unos meses antes de… Sus ojos recorrieron su rostro pensativamente ― ¿Tu y Samir viajaron juntos… y aun así nunca tuvieron sexo? El rubor coloreo sus mejillas ― No. ― ¿Cómo le explicas? ¿Tenían habitaciones separadas en el yate? ―Samir no tenia que explicar nada ― dijo rígidamente, a la defensiva, cuando sabia que no necesitaba defender a Samir ante su propio hermano. Ella
Issam se movió y se sentó a su lado. Levanto su barbilla para mirar directamente sus ojos azul cristalino ― Soy el hombre más feliz del mundo.Beso sus labios rosados. Odiaba verla molesta.Zaria derramo una lagrima, él se la seco y la beso de nuevo.―Amo a nuestro hijo… y estoy feliz que este creciendo dentro de ti.El beso de nuevo, esta vez usando su lengua. Quería abrazarla para siempre y nunca dejarla a ir. Pero por el bien del niño él debía solucionar este enredo que había creado el mismo. Además, no podía esconderlo durante mucho tiempo Zaria necesitaría cuidados y médicos a su disposición para cualquier eventualidad.―No llores.Ella se secó las lágrimas con el dorso de la mano y fingió estar tranquila.―Deben ser las hormonas, ya saben lo que dicen. Tu cuerpo se vuelve un caos. Pero, no sé qué hacer Issam. Esto es… nuevo para mi…―No temas, yo estaré aquí contigo. Siempre.― ¿Siempre? ¿Y qué pasa con Bahar? Te casaras con ella, ¿Cuándo?Issam giro su rostro evadiendo su pregu