Escuchar cómo Gemma terminó con ese destino tan cruel, me hizo recordar el hecho de que mi matrimonio formaba una alianza que hacía que la mafia rusa y la chechena se pensara dos veces antes de tocarme a mí o a mis hermanas.
Eso no solo me sacudió el cuerpo, sino que me despertó a la terrible realidad, una que sin duda era mucho peor de lo que podía ser. Ser testigo de cómo ella se rompía, de cómo ella admitía sinceramente que no podría siquiera dejar que algún hombre la tocase, a excepción de mi esposo por ser su salvador, lo que no solo era lógico, era más que entendible dadas las circunstancias tan atroces.
Así que por eso decidí hacer un gesto lindo por los dos, me levanté muy temprano, le di un dulce beso a mi marido y fui directamente a la cocina, uno poco confundida por la colocación de las cosa
AmayaElla me devolvió el abrazo y no imaginé que conectaría con esa mujer de formas hermosas. Para las nueve de la mañana, teníamos las bandejas listas y ambas íbamos a servirles a los hermanos Milano, tocamos la puerta de Gemma primero.—Buenos días, Gemma, ¿estás despierta? —le pregunté del otro lado de la puerta—. Tengo algo que te puede gustar.—Pasa…Entré y la encontré sentada en la cama, envuelta en el edredón con lo que claramente era una actitud de no querer salir de la habitación. Tenía los ojos hinchados, se notaba triste y mi corazón se arrugó.—Te… te traje algo que mi madre me solía hacer cuando tenía un muy mal día, así que, aunque sé que no es lo mismo, traerte unos dulces que siempre me animaron.Eso
AlessioLa vida de casado era todo lo que jamás soñé y más.Un mes se fue en nada desde que mi esposa llegó y en ese tiempo hizo varias cosas interesantes que la hicieron ganarse mi respeto, mi admiración, pero, sobre todo, mi calidez y cariño. Era muy inteligente, bondadosa y dada, a pesar de que aún se le notaban las renuencias sobre la vida que le había tocado, pero de algún modo la encajó de forma tal que se adaptó a los que era.Algunos me llamarían loco por solo decir eso en tan poco tiempo, pero si algo había aprendido de mis padres y mis difuntos abuelos, era que cuando algo llega y te golpea con tanta fuerza, no lo puedes dejar ir. Eso de por sí era decir mucho en el gran contexto de las cosas, más porque no pensaba ligarme con una mujer que no fuese italiana, así que debía admitir que el casarme con un margen de
AlessioFue así que descubrí algo un poco inquietante en uno de los registros de los libros de las rutas aledañas, las que usábamos para importar de afuera porque respetábamos el territorio de la Yakuza. Ahí se marcaban operaciones que no estaban registrando absolutamente nada, cero. Se decían que eran por mantenimiento y reparación, pero eran demasiado seguidas para ser solo eso.—Mira —le mostré a Massimo con el ceño fruncido—, mira esto que se marca aquí y dime que no estoy loco por ver lo que estoy viendo.Se despertó del todo y cotejó en silencio hasta que tomó reportes viejos, de revisiones pasadas y las comparó. Estudió los días, las hechas, así como las anotaciones previas a cada uno de los casos, vio algo que yo no vi a simple vista: un patrón.—Alguien está usando
AmayaAmaba tener citas con mi esposo, eran sin duda una de las cosas más dulces de todas y si me hubiesen preguntado al respecto sobre ello antes, me hubiese reído mucho sobre el tema más inesperado del maldito mundo, más de lo que pudiese apreciar para ser honesta. Era ridícula la situación, más que todo porque no era parte de mi plan de vida, de lo que soñaba para mí y aunque ya lo había hablado y pensado antes, el resultado simplemente vino a morderme el trasero.Y con muchísima fuerza.Ya eran dos meses de felicidad, de construir una rutina en la que realmente actuábamos como esposo, sino que nos comenzábamos a respetar, a tratar como igual, a considerarnos. En ese mes que se sumó al que ya tenía en Las Vegas, no solo había aprendido a centrarme más, a gozar de mí misma, a explorar el mundo del matrimonio, sino que había hecho una excelente conexión con Gemma y luego de mi acto de grado, al que ninguno de mis padres pudo asistir por problemas de agenda y me sentí terriblemente ma
Amaya—Me gusta ver que se llevan bien, a veces los matrimonios concertados no son tan malos después de todo —mencionó como si nada y vio mis hermanos—. Cuando les toque a ustedes, tal vez deberían ser más abiertos, aunque después de todo, las cosas han salido bien para nosotros, especialmente para Amaya.—Sin duda —dijo mi marido con alegría—. No pensé que tu hija fuese tan buena mujer, una esposa magnífica, y en lo personal, la joya de la corona de la Yakuza, sin ofender —miró a Dai que apretó la sonrisa—; lo digo porque ha sido empática, tiene planes magníficos para ayudarnos a fortalecernos, así como para hacer grandes cosas a futuro. Es una pérdida gigante para ustedes.—Sí que lo fue —dijo Hiro sin ninguna pizca de mentira o maldad—. El que hables todos esos idiomas es im
AlessioNo tenía duda alguna de que mi cuñada me estaba engañando con todas las letras mayúsculas. Era obvio que nos estaba usando como tapadera para algo más, sin embargo, por la expresión de sorpresa de mi esposa, decidí no decirle que iba a seguir investigando tanto como se pudiera, después de todo, no quería que ella pensase al respecto.—Dejemos que juegue tranquila —le comenté y frunció el ceño.—Bien, pero no confío en ella.Ni yo lo hacía y eso era lo que me gustaba de Amaya, que no era ninguna tonta, por lo que solo seguimos la conversación con todos y de repente, Pamela se acercó a nosotros con una sonrisa trémula que no auguraba nada bueno.—¿Puedo hablar con ustedes? —preguntó.Eso captó la atención de Hiroshi que no dejaba de
Alessio—Buenos días —le dije al llevarle una bandeja alegre.Emilia ya tenía las recetas, y sabía que los ingredientes de los alimentos eran algo que nunca debía faltar por lo que la mujer obró con rapidez y mucha arte.—No tenías que molestarte ni molestar Emilia —dijo en respuesta y se sentí, revelando más piel con la tira de la bata de seda abajo.—Quiero que estés bien, tu padre y tu madre se fueron en la mañana, ella se fue con él al hotel y aprovechó de arreglar la situación —le expliqué y asintió con cansancio, como si ese fuese el pan de cada día—. Tu hermana se fue luego de una ronda interesante con su amante y Hiro, para sorpresa de todos, pidió quedarse aquí para hablar contigo. Quiere disculparse por lo de ayer, así como responderte todas las pregunt
AmayaCuando fui a buscar a mi hermano, lo que menos pensé es que cuando Emilia me dijo que Gemma lo había llevado a la biblioteca para que me esperase ahí debido a que estaba tardando más de lo normal, era que iba a encontrarlos en la situación en la que los encontré y congelarme en el acto. Simplemente fue algo que me explotó la cabeza de una forma tan extraña que solo, no pude hacer más que ver cómo un tren chocaba a otro.Hiro la estaba tomando de las manos, las tenía por encima de su cabeza y me estaba apretando la cadera con fuerza, con saña. Y ella, para mi completa sorpresa, no estaba asustada, sino que estaba en un punto de furia que podía pasarse como emoción.A ella le gustaba, y estuve a nada de intervenir, pero las palabras de ambos fueron detuvieron.—Sé muy bien lo que hacen las mujeres cómo tú, a