Capítulo 87

Amaya

Cuando fui a buscar a mi hermano, lo que menos pensé es que cuando Emilia me dijo que Gemma lo había llevado a la biblioteca para que me esperase ahí debido a que estaba tardando más de lo normal, era que iba a encontrarlos en la situación en la que los encontré y congelarme en el acto. Simplemente fue algo que me explotó la cabeza de una forma tan extraña que solo, no pude hacer más que ver cómo un tren chocaba a otro.

Hiro la estaba tomando de las manos, las tenía por encima de su cabeza y me estaba apretando la cadera con fuerza, con saña. Y ella, para mi completa sorpresa, no estaba asustada, sino que estaba en un punto de furia que podía pasarse como emoción.

A ella le gustaba, y estuve a nada de intervenir, pero las palabras de ambos fueron detuvieron.

—Sé muy bien lo que hacen las mujeres cómo tú, a

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