Desperté en un hospital.
La paliza no fue algo simple, me dejó con una lesión fuerte en las costillas que me costó mucho dolor, así como problemas respiratorios porque uno de los golpes incidió en una hinchazón de pulmón. El mundo podía decir misa, pero yo solo sentía que no tenía cabida para nada, por lo que solo quería dormir porque hasta respirar me dolía.
—Tiene que descansar, cuidar su alimentación y respiración, por lo menos una semana entera, luego deben traerla para una revisión y se colocarán esteroides supresores para regular el malestar y la hinchazón pulmonar —informó el doctor.
—Muchas gracias por todo —respondió mi padre y yo solo cerré los ojos.
—Tengo la sensación de que en el momento en el que Alessio se entere de esto,
Amaya—¿Cómo está Dai? Mi intención no era atacarla así, solo que…—Explotaste, reaccionaste debido al entorno, al contexto de la situación y como la viste aún en guardia, no hiciste nada malo, ella se descuidó, no te pudo leer y es algo que nunca había pasado —explicó—. Es algo que nunca pasó, por lo menos respecto a ella, es una de las personas que mejor leen a su oponente, así que el hecho de que asumiera que tú estabas lista, que te habías rendido, es un infierno por el que tendrá que pagar caro.—¿Cómo?—El Sensei es quien tomará las debidas medidas y de paso, sorprendiste al hombre e hiciste que se inclinara ante mi padre que fue tu maestro, eso tampoco había pasado antes —comentó sorprendido.—¿Por qué?
Amaya—Dios… —dije y negué—. Espero que Hiro la distraiga…—Es una chica muy tierna que entendió la situación —explicó mamá cuando cayó en cuenta de que había cometido una imprudencia—. El hecho aquí es cómo estás.Con los ojos le pedí ayuda a mi padre.—Tiene… Tiene tres costillas rotas, una de ellas fracturadas con peligro de astillas, además de contusiones en el cuerpo —le explicó y vi cómo se puso más pálida de lo que ya era—. Tiene uno de sus pulmones inflamados, por lo que necesitará esteroides, así como calmantes.—Dios, mío… Te dejaron hecha un desastre mi bebé —pronunció ella con dolor y se acercó para acariciarme la cabeza—. Para ver bien tu cara, esto… es r
AmayaDos días después estaba en la misma habitación que había visitado cuando llegué por primera vez a Los Ángeles, ahí mi madre me atendió, mimó y cuidó hasta que me pude levantar para caminar sin problemas, lo que me costó un mundo, pero las vendas compresivas ayudaron a favorecer todo.—¿Te llamó Alessio? —preguntó mi madre mientras me ayudaba a bañarme en la magnífica bañera.—No, dice que lo mejor es que descanse mucho, por eso decidió escribirme mejor.Y sí que lo hizo…Alessio: Me leí un libro de demonios que tienes en tu lista de deseos, más que todo por la curiosidad de entender qué era lo que tanto te llamaba la atención y debo decir que el toque paranormal, así como la mitología y fantasía de todo es
Alessio—Dime todo lo que pudiste evaluar, tanto en seguridad como la tensión que tiene la familia —le pedí a Gemma una vez regresó del viaje.—Por lo menos salúdame antes, ¿no? —espetó ella sin nada de humor, luego se sentó en el mueble y suspiró antes de lanzar los tacones a un lado—. La familia es un desastre. Son cuidadosos respecto a no filtrar nada, hacer creer que son buenos, así como decir misa para marear al resto de lo que les sucede, pero… El problema es que son muy obvios y que mandases a la madre de Amaya… fue la cereza del pastel.—Eso es algo que vi justamente antes de venir —acoté—. Fueron muy obvios, sobre todo frente a mí, y tomaron un caso de difamación como una burla más, pero lo dejé pasar para ver cómo actuaba realmente mi futra esposa, si el algún lugar de ella tiene una vena que pudiese causarme problemas… Pero aceptó el castigo, uno que no se merecía, y que todos sabían de ello, no obstante, lo aceptó sin dudar.—Eso fue lo que hizo que se ganara esa paliza qu
AlessioEl día tan esperado llegó.Los Yakuza, a excepción de las mujeres de la familia principal, vinieron como un frente unido. Uno que se caía con facilidad debido a tres cosas sencillas: el hecho de que no pudieran venir las hijas mayores ni la esposa, era su forma de decir que ellas no respaldaban a mi futura mujer; el líder de la Yakuza ya le daba igual lo que sucediera respecto a su engaño, tanto como para que no le diese pena verse con su amante; Hiro no estaba nada cómodo con encontrarse en Las Vegas.Para nada.Por eso fui el mejor anfitrión del mundo, uno capaz de hacerlos sudar como nunca, pero fui cuidadoso respecto a cómo se ofendía. Los alojé en mi propia casa, les di las mejores habitaciones, así como preparé una habitación doble para que madre e hija disfrutaran juntas, se sintieran bien como ello, así como todo un espectáculo de spa, masajes y cosas previas para que la futura novia se sintiese como una verdadera princesa. Solo esperaba que disfrutaran de ello.—Bienv
Amaya—¿Qué demonios estás haciendo? —le pregunté molesta, aterrada por la situación que para mí era inaudita.—Te estoy haciendo una promesa —dijo con calma y cuando menos lo esperé, tomó mi mano y de un movimiento rápido la cortó y me hizo sangrar—. En mi familia, hacemos los tratos con sangre y la quemamos como símbolo de que se va a llevar a cabo.Sin pensarlo mucho, me hizo caminar hasta el otro lado de la biblioteca, ahí encendió una maldita vela y escribió el acuerdo, uno que era demasiado simple para ser verdad: Prometo respetar los deseos de mi esposa.A simple vista se podía tomar como algo lindo, hasta romántico, pero era una conducta inapropiada con la que estaba dudosa de lidiar por completo, para ser sincera, por no decir honesta de verdad.—Por favor, no hagas esto… No me gusta…—Pero es algo que hacemos los Milano, algo que ha existido en generaciones —explicó serio—. Con nuestra sangre pactamos y sellamos nuestro destino Amaya, solo aprieta para que unas pequeñas gota
Amaya—A pesar de que aún no están casados formalmente, quiero darte una cálida y sincera bienvenida a la familia —dijo Gemma con honestidad y me sonrió—. Espero que seamos grandes amigas, las mejores cuñadas, y así nos podamos aliar para hacer la vida de mi hermano divertida.Eso causó muchas risas.—Este gesto es increíble —dijo mi madre—. Es hermoso, Alessio.—Toda la mujer que porta este collar tiene poder sobre la camorra —explicó y sentí que estaba sucediendo algo trascendental—. Desde hoy, todos los hombres cumplen sus órdenes.—Eso es…Si mi madre no sabía qué decir, yo tampoco. Hiro mantuvo silencio, pero con la guardia alta, en cambio mi padre se veía por completo feliz, como si hubiese esperado esto durante toda la vida, como si hubiese sido su plan desde el principio. Lo miré con los ojos entrecerrados, a lo que moderó todo, no obstante, seguimos celebrando.Era un motivo grande para hacerlo, pero a pesar de todo lo que se había prometido esa noche, sentía una desazón trem
Alessio—Bien, leamos los acuerdos prenupciales —le dije a Amaya, Hiro y Hiroshi, quienes estaban con dos abogados—. En el mío se explica que, en caso de separación, ella recibiría una pensión de un millón de dólares por año, en caso de mi muerte, tendrá exactamente la misma cantidad y en caso de tener hijos, estos recibirán una cuota alta y serán los herederos de la fortuna Milano, del resto, ella no puede hacer reclamo de nada de mis propiedades, exceptos las estipuladas en el documento, unas que serán un regalo para ella.—¿Por qué hay un acuerdo de separación? —preguntó Hiroshi con el ceño fruncido.—Porque en eso se basan los acuerdos prenupciales, ¿no? —respondí a modo de broma.—Sí, pero es algo supeditado…—Pero es algo real que hasta tú mismo mandaste a redactar —acusé.—Bien, en el que se redactó, en caso de separación, se te dará unos de los almacenes que está a nombre de Amaya, así como uno