Kimberly.-” ¡Y seguimos mejorando!”- pensé-” Me alejo de unos buitres depravados, para caer en brazos del rey de los pervertidos”- cerré los ojos y no quise ni alzar la vista, para no encontrarme con esos ojos azules, que tanto me inquietaban. Estaba tan impactada por volver a caer en sus brazos, que ni siquiera me había dado cuenta que me había desplazado hacia una habitación y había cerrado la puerta apoyándome en ella. -” ¿Qué pretende señor Blake?”- le dije una vez que vi que cerraba la puerta. Él me puso el dedo en los labios, para que me callara, pero bien por mi rebeldía, o bien porque, si me quedaba callada, las sensaciones que él me provocaba, eran más intensas, decidí seguir hablando. -” ¡Mira asistente pervertido, no ha nacido un hombre que me haga call…!”- y sin dejarme terminar de hablar, Jason decidió hacerme ver lo fácil que era silenciarme, únicamente besándome, un beso que acabó con mi parte consciente, porque desde que sentí sus labios, mis ganas de luchar des
Yvaine.Decididamente, cumplir mis promesas con Norman, se estaban volviendo más un problema que una solución. Todo esto me pasa, por intentar comprender a este hombre tan difícil.Pero que se va a hacer, lo amo con locura, pese a ser el hombre más más manipulador e insufrible que he conocido nunca, siempre quiere salirse con la suya.Dejé a Kim, para realizar la llamada, que le había prometido, tras la última discusión con Norman, donde le prometí que siempre que hubiera problemas, se lo iba a comunicar. Aunque yo ya lo había solucionado, sabía que todo esto iba a llegar a sus oídos, era mejor que yo fuera quien se lo contase y porque lo había hecho.No quería volver, otra vez, a estar en esas sensaciones y situaciones de malestar, que llevamos en los últimos días. Tenía que cumplir mi palabra con él, era muy importante. Pese que él aun estuviera enojado conmigo. Además, cómo podía yo exigirle a él que cumpliera la promesa que me hizo, de mantener estas tres últimas semanas, mi iden
Yvaine.Cuando bajé a la fiesta, no encontré a Kimberly. ¿Dónde se habrá metido esta chica?, es verdad que la había abandonado un poco, pero sabía que, si ella no estaba en la fiesta, era porque posiblemente, un asistente bastante travieso, la tendrías ocupada.-” Bueno, quizás no tan ocupada, como te tenía tu marido, esta hace unos quince minutos”- me dijo mi conciencia y no pude evitar sonreír. En ese momento se subió mi jefe, el gerente general de Miller Constructor, para notificar, que esa noche había una sorpresa para varios de los empleados diseñadores de la empresa.-” Como comenté al principio, hoy se va a ser galardonados y entregar premios a tres diseñadores que han destacado este año, en especial una diseñadora que en poco tiempo y sin que ella lo supiera ha ganado un premio importante en Los Ángeles, gracias a su trabajo, quiero felicitar a Yvaine Stewart por ganar el premio internacional de espacios protegidos.A Charlie Brown por su trabajo en la isla Moler, como diseña
Yvaine.Me subí al coche y junto a Kim nos dirigimos a uno de los bares más exclusivos, donde solía ir mi díscola amiga, cuando hacía pases en Nueva York.-” Bueno, Yvaine, comienza a contar y no te dejes nada”- fue así como acabe esa noche, llorando en brazos de mi amiga, medio borracha, mientras le contaba que había sucedido y como mi maravilloso marido, me habías hecho salir del shock en el que me encontraba. Aunque, en varias ocasiones tuve que agarrar a una Kim borracha, que quería cortarle sus atributos masculinos a mi atacante.-” Bueno y tú, Kim, ¿no tienes nada que contar?”- le dije secándome las lágrimas, y mirando a mi amiga, para distraerla de la misión que tenía hoy en mente, y que podría llevarla a la cárcel.-” Bueno aparte que el idiota del asistente me volvió a besar, y cuando creía que lo habia despistado, me encontró, y que casi termine en la limusina perdiendo mi virginidad, si no hubiera llamado tu marido, para decirnos que te habia pasado algo, Nada más. Casi ten
Norman.Miré mi reloj mientras, me cambiaba el smoking tras el baile, en algo más cómodo, para lo que tenía en mente. Durante todo este tiempo, he estado manteniéndome tranquilo, y tomándome mi tiempo, aunque lo que verdaderamente quería, era ir a por el responsable, que había tocado e intimidado a mi mujer. No me pude controlarlo, cuando me dijeron el personal de seguridad, encargado de mi mujer, que mientras se dirigía a mi despacho había sido secuestrada y que se le había llevado a una de las habitaciones del sexto piso, casi enloquecí. ¿Quién se había atrevido a secuestrar a mi mujer, delante de mis narices? Fue tanto la ira que me atravesó, cuando recibí la llamada de lo que había sucedido, que casi despedí a todo el grupo de seguridad del hotel por no tenerla vigilada. Aunque si soy sincero, al no poder, decir quién era ella, como podían suponer que debían vigilarla. Gracias a que mi mujer era muy inteligente, y activó el localizador que habíamos instalado en su móvil, pronto
Norman.Comencé a levantarme de mi asiento. Cuando llegó apresurado mi asistente y amigo.-” Señor al parecer debemos ir a recoger a nuestras mujeres, según los escoltas de la señora Miller, están en un bar de moda, bastante bebidas, y no desean abandonarlo.”- me dijo Jason sonriendo.-” ¡Vaya Alicia, al parecer te gusta ser traviesa! Veremos lo traviesa que te vuelves cuando te castigue esta noche, en mi cama, por ser tan provocadora. ¡Me haces ir a buscarte a estas horas de la noche!, estas más que castigada.”- pensé sonriendo. Sabía que, si era por Yvaine, iría al mismo infierno, a buscarla si el demonio se atrevía a llevársela, y lo haría únicamente, para traerla a mi lado.Me dirigí a mi coche seguido por mi asistente y mis guardaespaldas, con una sonrisa que no se borraba de mis labios. La vida al lado de Yvaine Stewart, ahora Yvaine Miller, siempre era divertida. Kimberly. Sentía que me iba a estallar la cabeza, y esa claridad, que se colaba entre mis parpados cerrados, no a
Kimberly.Por un segundo vi en los ojos de mi atractivo acompañante, que se sentía tentado, e incluso me di cuenta, que tuvo que agarrar con fuerza el sándwich que se llevaba a la boca, mientras que paralizado me miraba los ojos. Debía reconocer que tenía una fuerza de voluntad encomiable, porque ahora mismos con la mirada que este hombre me estaba dirigiendo, deseaba decirle que sí a todo. Pero en segundos esa expresión cambió y vi como con una sonrisa irónica se instalaba en los labios de mi adversario, y un brillo retador surgió en esos ojos de un maravilloso azul. Había decidido que quería plantearme batalla, y que no me sería tan fácil conseguirlo, si primero no me casaba con él. Al ver que la única reacción que recibía del tentador asistente, era esa sonrisa, decidí continuar desayunando mi manzana y mi café, sin mirarlo, así evitaba la tentación. Sobre la mesa junto al mostrador había unos periódicos que llamaron mi atención, ya que vi en uno de ellos, una foto de Maryori y ju
Yvaine.Le dije a Brandon que se asegurar de que los bebes, estaban bien dentro del coche. Los había llevado para ganarme, el perdón de Kimberly, tras haberla dejado sola anoche, aunque, después de lo extasiada que estaba la modelo, con el trasero del asistente de mi marido, no creo que estuviera muy enfadada. Me dirigí a la casa para hablar con Kimberly, pero antes de llegar a la puerta, la vi salir corriendo, estaba arreglaba para ir a su trabajo, siempre se maquillaba con esmero, o se ponía una ropa muy específica, cuando iba en su papel se supermodelo. Me imaginé que tendría un trabajo que hacer, así que al ver que no tenía su coche, que seguro se había quedado fuera del local de la otra noche, decidí llevarla yo. -" Sube, te llevo, vas a llegar tarde igualmente, si no me dejas llevarte. Además, tengo que disculparme contigo por lo que te hice ayer"- te dije con una sonrisa. -" Seguro, rubia, nunca te perdonaré que hayas dejado que el amargado del asistente me llevara a su casa