Yvaine.Mientras contemplaba a Norman hablar con los reporteros desde el atril del salón de conferencias del Hotel Miller Royal, no podía sentirme más feliz, mi vida era maravillosa al lado de ese hombre. Mi marido había construido para mí lo que siempre había deseado desde que murieron mis padres, una familia, un hogar. Miré a mis hijos que había puesto en los brazos de sus nanas, para que me acompañaran cuando su padre nos presentara al mundo. Ambos, miraban fijamente a mi marido, subido sobre el estrado, llamaba mucho la atención tan guapo, vestido con ese traje ejecutivo, atraía todas las miradas, sobre todo de las féminas, las entendía. Dormía todos los días con ese hombre y lo que hacía a mi sistema nervioso cada vez que salía de la ducha, o se desnudaba delante de mí, podía entrar dentro de la categoría de peligro para la paz mental del sector femenino, incluso del masculino que entendiera de estas cosas, no sé si me explico. Pero Norman Miller era toda una tentación.Estaba t
Yvaine. Ha pasado varias semanas desde que los herederos fueron presentados a la familia Miller, y diariamente alguna tía o algún primo de mi marido, aparecían por la mansión para visitarlos. El abuelo ya comenzaba a estar harto de tener que compartir a sus bisnietos, ellos en cambio estaban encantados. Norman hacia una semana que había salido de viaje de negocios. Lo echaba mucho de menos. El sexo telefónico no compensaba el dormir con él todas las noches. Por fin hoy volvía, y le preparé una sorpresa doble, sabía que llegaría al medio día, tener una espía infiltrada, ayudaba mucho.Me preparé para ir a trabajar, elegí muy bien mi ropa interior. Cuando llegué, en la limusina a la empresa, mis escoltas me acompañaron hasta mi despacho. Desde el secuestro, Norman me prohibió viajar sola, y siempre con escoltas.Mientras caminaba a mi despacho, todo el personal que tropezaba me saludaba con una reverencia o simplemente me sonreía, pero todos siempre decían lo mismo.- “Buenos días, señ
Yvaine. No entiendo que me pasa, me encuentro mareada, solo bebí dos copas en la cena con mis amigas y mi prima, pero me sentaron mal. Mi prima decidió llevarme a una habitación del hotel donde vinimos a cenar, dado mi estado, ya que casi no puedo caminar, ni apenas mantenerme en pie. -" ¿Llevo tanto tiempo si beber que dos simples copas me embriagan?"- pensé dentro de mi nebulosa. Cuando llegamos a la habitación y con la ayuda de otra amiga, Maryori me recuesta en la cama. -" Quédate acostada aquí que yo te veo mañana. Recuerda que estoy en la habitación de al lado, bebe agua para que no te deshidrates, espero que tengas una dulce noche"- oí que me dijo Maryori. Así que hice un esfuerzo para contestarle, aunque mi cabeza se encontraba como entre neblinas. -" Gracia Maryi, eres genial, te lo compensare"- -" Tranquila ya me lo cobrare mañana... ¡y esta noche!"- esta última parte lo dijo susurrando, así que no lo oí. - "Bebe esto o te deshidrataras"- continuo, y sentí un vaso en m
Yvaine.Sentía como si mi cabeza fuera a estallar, todo me daba vueltas, y eso me ocurría mucho antes de abrir los ojos, así que cuando me decidí a abrirlos, fue como si toda la luz del sol me taladrara el cerebro, hasta dejarme ciega.Me llevó unos minutos recuperarme, pero finalmente, me acostumbré a la luz. Mire a mi alrededor intentado no dar movimientos bruscos, porque sentía que la cabeza me iba a estallar, aunque notaba que mi cuerpo también estaba dolorido y entumecido.Me encontraba en una habitación de hotel, estaba sola en la cama y desnuda, imágenes de besos, el dolor de la primera vez, para luego descubrir el paraíso, cuerpos saciándose y mis gritos de deseo mesclados con gruñidos de satisfacción masculina, explotaron en mi mente asaltando mis recuerdos.Automáticamente me senté y destapé la sabana, allí como una prueba viviente del mi delito, estaba la prueba de lo que había perdido, lo único que me quedaba por entregar a mi novio Harry.Pero se lo entregue a un desconoc
Norman.-" Conseguiste toda la información que te pedí sobre YvaineStewart, ¡que has conseguido"- Le dije a Jason mi asistente.-" Yvaine Stewart, es soltera, sus padres murieron en unaccidente de tráfico, es sobrina política de Marcus Campbell, presidente de laconstructora Campbell, no tiene muy buena relación con su tía, trabaja dediseñadora becada en Walter Designe. Su novio es el heredero de la empresa. Aunque se dice, que es unmujeriego empedernido y un bueno para nada. Heredó de su padre, una casa, en ForestGill, Queens. Tiene su cuenta un total, 27500 $, es dueña también de un cochesedán negro del 67. Estudio diseño en la Universidad y aún está pagando loscréditos universitarios que le generaron su carrera. Últimamente está corriendoun rumor, por lo visto ha tenido una desavenencia con su novio y lo han dejado,por lo que ella ha renunciado a su puesto de trabajo de diseñadora en WaltherDesigne.Es una joven muy trabajadora, no se le conoce ninguna actividadilegal,
Yvaine.Desde que nacieron los mellizos mi vida es un sube y baja de sensaciones, gracias a dios, el embarazo fue muy bien, me puse de parto al octavo mes. Le puse a mis hijos el nombre de mis padres, a la niña la puse Aila y a mi hijo le puse Roy, pero como quería dejar algo de su padre en ellos, ya que sin su muy estimable colaboración no hubiera tenido a mis tesoros, y como no podía ponerles su apellido, decidí poner a mi hija también el nombre de la madre de Norman y a mi hijo el nombre de su padre. Como yo, Norman Miller había perdido a sus padres cuando era un niño, en un ataque terrorista en un viaje a que hicieron al extranjero.Estuve investigando, y sus padres se llamaban Caroline y William.Por ello mis bebes fueron registrados con los nombres Roy William Stewart y Aila Caroline Stewart, me prometí, que, si cuando mis hijos fueran mayores y deseaban conocer a su padre, me pondría en contacto con él, aunque después de un año sin saber de mi primer y único amante, llegué a
Yvaine.Si no fuera por el llanto de Aila, que nos interrumpió y nos hizo regresar a realidad, hubiéramos terminado en el suelo de la sala desnudos, y todo delante de nuestros hijos. Mi hija se quejaba porque se le había caído la corbata de su padre y quería cogerla. Norman me soltó, y tras darme un breve beso, me dijo que terminara de arreglarme, mientras él y los niños, me esperaban fuera, o no podría controlarse. De sólo imaginarlo, mi cuerpo temblaba.Tenía que recuperar el control, así que respiré y me planteé que tenía que aclarar las cosas con Norman, necesitábamos hablar, aunque me sentía un poco aliviada que el plan manipulador de Norman también me incluyera a mí, sabía que si tenía que luchar con la familia Miller por la custodia de mis hijos, lo tenía bastante mal, aunque no permitiría que el Presidente Miller se adueñara de mi vida, por mucho que su presencia alterara mis hormonas, teníamos que llevarnos bien por el bien de nuestros hijos.Así que una vez que me subí en
Yvaine.En el momento justo, las doncellas trajeron a los pequeños. La niña estaba roja de rabia de tanto llorar. Mi hijo parecía enfurruñado y miraba a las doncellas como si ellas fueran las culpables de que su hermana llorara, pero cuando vieron a sus padres, Ailan estiró sus brazos para que su padre la cogiera con una sonrisa y sin rastro de lágrimas.-” Es una manipuladora”- pensé, mientras su padre hacia lo que su hija le pedía.Roy me miro como diciéndome, que a qué estaba esperando para cogerle, y puso un gesto, que ya me recordaba a su padre.-” Está bien señor presidente en seguida se le atiende”- le dije cuando lo cogí, ya que era como le llamaba cuando se ponía en esa actitud.El bisabuelo se acercó a sus bisnietos, y noté como una lagrima caía por su mejilla. La emoción no le dejaba hablar, mientras los miraban fijamente. De repente, mis hijos, le devolvieron la mirada y sin más estallaron en chillidos y balbuceos de felicidad, estirando los brazos hacia su abuelo para qu