Yvaine.
No entiendo que me pasa, me encuentro mareada, solo bebí dos copas en la cena con mis amigas y mi prima, pero me sentaron mal. Mi prima decidió llevarme a una habitación del hotel donde vinimos a cenar, dado mi estado, ya que casi no puedo caminar, ni apenas mantenerme en pie.
-" ¿Llevo tanto tiempo si beber que dos simples copas me embriagan?"- pensé dentro de mi nebulosa.
Cuando llegamos a la habitación y con la ayuda de otra amiga, Maryori me recuesta en la cama.
-" Quédate acostada aquí que yo te veo mañana. Recuerda que estoy en la habitación de al lado, bebe agua para que no te deshidrates, espero que tengas una dulce noche"- oí que me dijo Maryori. Así que hice un esfuerzo para contestarle, aunque mi cabeza se encontraba como entre neblinas.
-" Gracia Maryi, eres genial, te lo compensare"-
-" Tranquila ya me lo cobrare mañana... ¡y esta noche!"- esta última parte lo dijo susurrando, así que no lo oí. - "Bebe esto o te deshidrataras"- continuo, y sentí un vaso en mis labios, así que tragué el líquido que mi prima me daba, suponiendo que era agua. Detecte que tenía un sabor extraño, pero pensé que era debido a mi actual estado, que ni detectaba el sabor de las cosas, así que ni me queje, no estaba en condiciones, lo único que me apetecía era dormir.
Eso hice tras tragar el líquido, me acosté y dejé que el sueño me invadiera. Me desperté porque me sentía sofocada. El calor que recorría el cuerpo y se acumulaba en mis senos y mi sexo, invadía mi garganta, mis labios y se concentraba en esas zonas. Toda yo me encontraba envuelta en fuego que me hacían agonizar, me movía inquieta por la cama, intentando aliviar ese calor.
Quise desprenderme de la ropa, pero debido a mi embriagues y mi falta de coordinación no podía, esto me provocaba más estrés, así que gemía de frustración, moviéndome alterada por la cama. Pensé que iba a morir, si alguien no apagaba este fuego, nunca me había sentido así. Pero sabía, que necesitaba algo o alguien, y que esa
necesidad me estaba haciendo agonizar.
Norman.
No sé qué se traía el viejo Gartner. Mientras tomaba una copa en el bar del hotel, lo vi llegar con el portafolio que, según él, le habían robado de su oficina. Algo me decia que debía averiguarlo.
Decidí seguirlo. Nunca nadie me la jugaba, menos un el asistente del abuelo. Mientras lo seguía, eche de menos no tener al lado a Jason, mi ayudante y amigo. Él era quien se encargaba de estas cosas, pero lo había mandado gestionar la pequeña crisis que había creado la pérdida del portafolios en el departamento de dirección.
Así que, tras mandar un mensaje a mi jefe de seguridad y al personal responsable de la seguridad del hotel, continúe mi camino tras mi presa traidora. Casi estaba disfrutando del previo hasta que le diera caza, con las manos en la masa, no por nada me llaman la pantera de Nueva York. La selva que es los negocios multimillonarios de los grandes Holding Internacionales, era mi terreno de caza.
No suelo ensuciarme las manos en presas tan insignificantes como es Gartner el traidor, pero si quería que mi abuelo se desengañara y abriera los ojos lo que era en realidad su asistente y mano derecha, al que él mi abuelo consideraba su amigo por muchos años, debía jugar en el barro.
Así que cuando lo vi entrar, en el ascensor del hotel, fui detrás. Cuando llegué al pasillo, lo oí hablando por el móvil, mientras caminaba hacia la habitación para reunirse con el comprador.
Mis sospechas eran ciertas, me quedó claro cuando oí lo que le decía a la persona que hablaba con él, por teléfono. Un poco lo sentí por mi abuelo, pero no iba a dejar que mis empresas fueran perjudicadas por esa rata avariciosa.
-" No se preocupe señorita, ya tengo el número de la habitación, le dejaré los documentos sobre la mesa, y gracias por el regalo que me ha hecho. Sé que me lo voy a pasar bien"- la sonrisa que se perfilo en la cara de ese mal nacido me dio asco. Así que envié un mensaje a mi personal de seguridad, y la respuesta no se hizo esperar.
El "ok" me confirmó que todo estaba listo, lo único que quedaba era atrapar a la rata.
Lo vi pararse en la suite 654 de la sexta planta, lo dejé entrar y esperé unos segundos mientras sacaba la llave maestra que tenía guardada en mi bolsillo, ser el dueño de la cadena de hoteles que incluía este hotel, tenía sus veneficios. Finalmente me colé dentro y lo oí hablando con alguien.
-" Hola rubita, así que tú eres uno de mis pagos, lamento que te hayan tenido que drogar, porque así apenas te darás cuenta de lo bien que nos lo vamos a pasar"- en respuesta a sus palabras sólo podía oír unas pequeñas quejas.
-" ¡No, no quiero...! Déjeme..."- note que, por su voz, la acompañante, casi ni podía hablar con coherencia, estaba luchando con ella misma y con las drogas que esa rata decía que le habían administrado.
-" Encima de rata traidora, violador. ¡Tu asistente es toda una joyita, abuelo!"- pensé.
Así que, por el bien de la víctima, decidí intervenir.
-" ¿Así que es aquí donde te escondes, rata?"- le dije interrumpiéndole mientras se desnudaba.
-" ¡Presidente Miller!"- la cara de terror que se le dibujo, me hizo sonreír.
Mire a la cama y por un segundo quede desconcertado, sobre la cama a medio vestir y retorciéndose en su seminconsciencia, estaba la mujer más bella que había visto nunca, su cara estaba roja por lo que me imaginaba que eran las drogas que le habían administrado.
Sus gemidos denotaban que estaba luchando a duras penas contra ella, para evitar ser violada, aunque por los movimientos insinuantes que hacia su cuerpo me imagine que estaba perdiendo la batalla, y pronto sedería a el fuego que la consumía.
Mi interés por la preciosa rubia, fue detectado por la rata de Gartner, así que intento negociar usando a su víctima:
-" Si la desea, se la sedo Presidente Miller, se ve que es muy fogosa, lo puede pasar muy bien"-
lo miré y sonreí con peligro, el debió detectarlo, porque se calló y bajo la cabeza.
Cogí mi teléfono y avisé para que lo vinieran a recoger. En segundos, mi jefe de seguridad, mis guardaespaldas y el personal de seguridad del hotel, lo apresaron y lo sacaron de la habitación.
Yo, mientras, había cubierto a la dama con una sábana para que nadie la viera con tan poca ropa, y así poder evitar los rumores y la vergüenza de la dama.
Cuando salieron todos de la habitación, acompañando al gran traidor, le dije a Martin, mi jefe de seguridad, que se ocupara de todo, mientras yo ayudaba a la dama a volver en sí.
Me acerqué a la cama, y tras destaparla, la cogí en brazos para introducirla en la ducha, con la intención de bajarle el calor que le provocaba, ya que me sospechaba, por las quejas y los movimientos que hacía con su cuerpo, la droga que le habían hecho ingerir, era del tipo afrodisiaca.
Ella se movía entre mis brazos gimiendo, he intentado sentir mi roce. Había pasado de la lucha, para evitar que se tocada, a restregarse contra mi cuerpo de forma provocadora y abiertamente sexual, finalmente la introduje en la ducha, pero como se movía tanto y casi no se podía sostener, me quite la chaqueta y los zapatos y entre con ella para agarrarla por la cintura.
Abrí el grifo, la oí soltar un gemido de placer, por unos segundos ese sonido me volvió loco, y la apreté contra mi cuerpo.
-" ¡Lo pones difícil preciosa!, así que estate quieta, y deja que el agua te enfríe. Aunque, si te soy sincero, a mí me gustaría bajarte la temperatura de otra manera"- le dije sonriendo y totalmente empapado.
Noté cómo abría los ojos y me miraba, el color de sus ojos eran verdes como la selva del Amazonas, aunque se notaba que aún estaba bajo las influencias de las drogas. De repente, me cogió por el cuello e inclinándome hacia ella, le oí decir:
-" ¡Por favor, me arde, por favor!"- Y sin más me besó, cuando sentí sus labios, todo mi cuerpo se incendió y por un segundo casi pierdo el control. Así que, a duras penas separé mis labios de ella.
-" Esto no es lo que quieres preciosa, son las drogas las que te tienen así. Te voy a dejar un ratito bajo el agua fría para que el calor de tu cuerpo descienda y así puedas controlarte mejor"- la apoye contra la pared de la ducha mientras la acorralaba con mi cuerpo para evitar que se callera, de repente noté que se abrazaba mi cuerpo, y comenzaba a restregarse como buscando consuelo con él.
-" ¡Por favor, ya no puedo...ya no puedo más, por favor!"- gemía de deseo, y me suplicaba. Mi cuerpo se encendió al instante, su cuerpo curvilíneo, la gran turgencia de sus senos, y la curva de su glúteo me volvían loco, solté un fuerte gruñido y la miré a los ojos.
" Espero, preciosa, que estés preparada para lo que me estás pidiendo, pero antes para
prevenirme de que luego te arrepientas y me acuses de cualquier locura, necesito que te hagas responsable de lo que me estas pidiendo. Por eso, voy a grabar esta situación, y así me evitó que me denuncies por violación"- sin más saqué del bolsillo del mi pantalón el IPhone.
Me alegré que se pudiera meter en el agua, porque ahora mismo ambos estábamos bajo una catarata de agua fría. Lo encendí y lo coloqué de manera que nos grabara a ambos
e inicié la grabación.
-" Preciosa, ahora mismo nos estamos grabando, quiero que digas qué es lo que quieres, estoy intentando controlarme, pero quiero que me digas qué es lo que quieres, solo tú vas a ser responsable de lo que suceda entre nosotros"-
-" Por favor, por favor, me duele, quiero, quiero..."- se colgó de mí y comenzó a besarme el cuello, apague el móvil y me entregue a sus besos, me deje llevar y comencé a corresponder a sus besos y a tomar posesión de sus labios, mientras la desnudaba, prácticamente nos arrebatábamos la ropa el uno al otro.
Y una décima de segundos antes de alzarla para llevarla a la cama, dejé el móvil encima del lavabo.
La tendí sobre la cama y me coloqué sobre ella, no dejaba de gemir y retorcerse, me estaba volviendo loco, no necesitábamos saber nuestros nombres, ni hablar, ya nuestros cuerpos se comunicaban el uno con el otro, y fue ahí, cuando perdí por primera vez el control sobre mi
mismos.
Yvaine.
Notaba como mi cuerpo no me obedecía, lo único que deseaba era que él me tocara, me besara, y sinceramente hasta mi mente participó de mi entrega, cuando él intentó separarse de mí, yo lo agarré para que no se fuera.
El calor que se iba acumulando en la parte baja de mi cuerpo, solo él podía saciarlo, cuando me tocaba mi cuerpo se liberaba y deseaba más. Cuando su boca acaricio mis pechos, y beso mis pechos, grite de auténtico placer y locura.
En un momento sentí sus dedos en mi interior, y mi desconocimiento de este tacto, me hizo retraerme en un principio, pero, bien las drogas, el calor, el placer que el despertaba en mi o la mescla de todo lo que él me provocaba, me liberaron de mis miedos, y pude sentir lo que era el placer de mi primer orgasmo, esto provocó que quisiera más y volví a suplicarle algo, que yo aun desconocía, pero sabía que necesitaba.
Le oí decirme que tenía que protegernos, pero mi cuerpo no lo dejó huir, e intensificó el agarrare, las caricias, y hasta acaricio su sexo como rogando por algo.
De repente, el gruño como un animal, noté que se colocaba entre mis piernas. Noté como algo presionaba en mi sexo y de repente, el entro en mí de un empuje rápido. Sentí como si me partieran a la mitad y un dolor agudo me atravesó entera, no puede evitar gritar de dolor cuando rompió la barrera de mi virtud con su estocada. Lo sentí detenerse, como paralizado y desconcertado.
-" ¡Eres virgen!"- me dijo incrédulo. Intentó salir de mí, pero mi cuerpo que ya comenzaba a adaptarse a su tamaño, disminuyendo el dolor, y aumentando la sensación de placer, no lo dejó. Envolví con mis piernas alrededor de sus caderas lo aprisioné para que no saliera de mí.
-" ¿Que me pasa por que no quiero, que este hombre me deje? ¿Tan fuerte son las drogas, que me he vuelto una cualquiera?"- pensé, pero no pude responder a estas preguntas, ya que las palabras, que me susurró en mis oídos, me sumergieron en puro deseo y me volvía totalmente loca.
-" Esta bien preciosa, te saciaré, te hare olvidar el dolor, para que sólo sientas placer, pero recuerda que acabas de firmar un contrato conmigo, desde esta noche serás mi mujer para siempre, eres mía y ningún hombre podrá tocarte ni poseerte, dejare grabada mi marca en tu piel y no podrás tener otro hombre que no sea yo. ¿Lo has entendido? Contéstame o no me moveré"- me exigió en el oído.
-" ¡Si, si por favor, seré tuya, pero quiero más... quiero más!"- mi cuerpo y mi turbada mente tomaron el control.
-" Espero que sepas lo que has hecho, porque ahora te hare mía. Siempre cumplo mis tratos, no lo olvides"- y sin más se dedicó a llevarme durante toda la noche al paraíso.
Mi cuerpo, no me pertenecía, era parte de él. El placer y los estallidos de locura, al sentirme flotar se sucedieron toda la noche. Me hizo sentir tan conectada con él, como con ningún otro ser humano.
Aprendí a gritar, gemir, suplicar, y a derretirme en los brazos de un hombre desconocido, pero que se adueñó de mí, de una manera, que, sin saberlo, me dejo marcada de por vida.
Lo peor, es que, a lo largo de la noche, ya no eran las drogas, las que provocaban que le suplicara que me hiciera suya, una, otra y otra vez, era la mujer que ese desconocido,
despertó en mi interior, y que pronto me transformaría en una nueva Yvaine Stewart.
Yvaine.Sentía como si mi cabeza fuera a estallar, todo me daba vueltas, y eso me ocurría mucho antes de abrir los ojos, así que cuando me decidí a abrirlos, fue como si toda la luz del sol me taladrara el cerebro, hasta dejarme ciega.Me llevó unos minutos recuperarme, pero finalmente, me acostumbré a la luz. Mire a mi alrededor intentado no dar movimientos bruscos, porque sentía que la cabeza me iba a estallar, aunque notaba que mi cuerpo también estaba dolorido y entumecido.Me encontraba en una habitación de hotel, estaba sola en la cama y desnuda, imágenes de besos, el dolor de la primera vez, para luego descubrir el paraíso, cuerpos saciándose y mis gritos de deseo mesclados con gruñidos de satisfacción masculina, explotaron en mi mente asaltando mis recuerdos.Automáticamente me senté y destapé la sabana, allí como una prueba viviente del mi delito, estaba la prueba de lo que había perdido, lo único que me quedaba por entregar a mi novio Harry.Pero se lo entregue a un desconoc
Norman.-" Conseguiste toda la información que te pedí sobre YvaineStewart, ¡que has conseguido"- Le dije a Jason mi asistente.-" Yvaine Stewart, es soltera, sus padres murieron en unaccidente de tráfico, es sobrina política de Marcus Campbell, presidente de laconstructora Campbell, no tiene muy buena relación con su tía, trabaja dediseñadora becada en Walter Designe. Su novio es el heredero de la empresa. Aunque se dice, que es unmujeriego empedernido y un bueno para nada. Heredó de su padre, una casa, en ForestGill, Queens. Tiene su cuenta un total, 27500 $, es dueña también de un cochesedán negro del 67. Estudio diseño en la Universidad y aún está pagando loscréditos universitarios que le generaron su carrera. Últimamente está corriendoun rumor, por lo visto ha tenido una desavenencia con su novio y lo han dejado,por lo que ella ha renunciado a su puesto de trabajo de diseñadora en WaltherDesigne.Es una joven muy trabajadora, no se le conoce ninguna actividadilegal,
Yvaine.Desde que nacieron los mellizos mi vida es un sube y baja de sensaciones, gracias a dios, el embarazo fue muy bien, me puse de parto al octavo mes. Le puse a mis hijos el nombre de mis padres, a la niña la puse Aila y a mi hijo le puse Roy, pero como quería dejar algo de su padre en ellos, ya que sin su muy estimable colaboración no hubiera tenido a mis tesoros, y como no podía ponerles su apellido, decidí poner a mi hija también el nombre de la madre de Norman y a mi hijo el nombre de su padre. Como yo, Norman Miller había perdido a sus padres cuando era un niño, en un ataque terrorista en un viaje a que hicieron al extranjero.Estuve investigando, y sus padres se llamaban Caroline y William.Por ello mis bebes fueron registrados con los nombres Roy William Stewart y Aila Caroline Stewart, me prometí, que, si cuando mis hijos fueran mayores y deseaban conocer a su padre, me pondría en contacto con él, aunque después de un año sin saber de mi primer y único amante, llegué a
Yvaine.Si no fuera por el llanto de Aila, que nos interrumpió y nos hizo regresar a realidad, hubiéramos terminado en el suelo de la sala desnudos, y todo delante de nuestros hijos. Mi hija se quejaba porque se le había caído la corbata de su padre y quería cogerla. Norman me soltó, y tras darme un breve beso, me dijo que terminara de arreglarme, mientras él y los niños, me esperaban fuera, o no podría controlarse. De sólo imaginarlo, mi cuerpo temblaba.Tenía que recuperar el control, así que respiré y me planteé que tenía que aclarar las cosas con Norman, necesitábamos hablar, aunque me sentía un poco aliviada que el plan manipulador de Norman también me incluyera a mí, sabía que si tenía que luchar con la familia Miller por la custodia de mis hijos, lo tenía bastante mal, aunque no permitiría que el Presidente Miller se adueñara de mi vida, por mucho que su presencia alterara mis hormonas, teníamos que llevarnos bien por el bien de nuestros hijos.Así que una vez que me subí en
Yvaine.En el momento justo, las doncellas trajeron a los pequeños. La niña estaba roja de rabia de tanto llorar. Mi hijo parecía enfurruñado y miraba a las doncellas como si ellas fueran las culpables de que su hermana llorara, pero cuando vieron a sus padres, Ailan estiró sus brazos para que su padre la cogiera con una sonrisa y sin rastro de lágrimas.-” Es una manipuladora”- pensé, mientras su padre hacia lo que su hija le pedía.Roy me miro como diciéndome, que a qué estaba esperando para cogerle, y puso un gesto, que ya me recordaba a su padre.-” Está bien señor presidente en seguida se le atiende”- le dije cuando lo cogí, ya que era como le llamaba cuando se ponía en esa actitud.El bisabuelo se acercó a sus bisnietos, y noté como una lagrima caía por su mejilla. La emoción no le dejaba hablar, mientras los miraban fijamente. De repente, mis hijos, le devolvieron la mirada y sin más estallaron en chillidos y balbuceos de felicidad, estirando los brazos hacia su abuelo para qu
Norman-"Bueno preciosa, el servicio de los bebes esta por esa puerta como veras tiene unas bañeras especializadas de acuerdo a su edad”- le dije mientras me quitaba la chaqueta y me arremangaba las mangas de la camisa ejecutiva. Cogiendo a Roy de los brazos de Rosita, y lo apoye en el cambiador, para comenzar a desnudar al joven heredero. Cuando levanté la mirada vi Yvaine, sonreí sin poder evitarlo, mi Alicia estaba como paralizada con su hija en los brazos, sus ojos recorrían los músculos de mis brazos e intentaba aduras penas, no soltar un gemido de deseo. Reconocí esa expresión de su cara, ese brillo cegador de sus ojos, lo había visto muchas veces la noche que la hice mía. Era aún un ser muy inocente y no podía esconder sus reacciones cuando deseaba algo, y ahora me deseaba a mí. Me acerqué a ella con el niño desnudo, envuelto en una toalla y le dije en un oído:-” Contrólate Alicia, o te comeré delante de tus hijos y del personal de servicio, déjalo para esta noche, y te
Yvaine.Estaba tan concentrada en mis pensamientos, que no me di cuenta, que Norman había terminado de ducharse y me observaba desde la puerta envuelto en un albornoz.-” ¿Hay algo que está mal? Llevo observándote más de cinco minutos, y por las expresiones que veo en tu cara, veo que algo te disgusta”- me dijo haciéndome girar hacia el sorprendida.-” No es nada, bueno sí, no sé... todo esto está pasando muy rápido, y aún no sé si estoy preparada”- de repente, me encontré soltando todas mis dudas y mis miedos en torrente, sin poder evitarlo, caminado de un lado a otro del vestidor, gesticulando y moviendo mis manos en señal de nerviosismo-” Sé que te debo una disculpa, debí quedarme y hablar contigo, pero como no supe nada de ti durante tres semanas, y la situación estaba siendo insostenible a mi alrededor, al descubrir que estaba embarazada me entro miedo, tenía miedo del que dirían, de cómo mantenerlos, de si me quitabas a los niños, aun lo tengo, así que decidí huir. Ahora pretend
Yvaine.No me podía creer lo que había hecho el manipulador de Norman Miller, estaba frustrada, enfadada, en definitiva, furiosa. ¿Como se había atrevido a modificar la partida de nacimiento de los gemelos, sin habérselo comunicado primero? Sabía que él quería que sus hijos llevaran su apellido, y hasta cierto punto era comprensible, pero pensé que lo haríamos los dos juntos. Ahora mis hijos solo tenían el apellido de su padre, como si yo no hubiera existido.Aunque sabía que mi nombre también aparecía en la partida de nacimiento, no pude evitar que los irrazonables miedos me asaltaran.-" ¿Y si eso era lo que él pretendía, y así era más fácil quitármelos?"- pensé, dentro de una vorágine de ira, irracional. Sabía que eso sólo estaba en mi imaginación, que eso no iba a suceder, muestras de ello era la insistencia, casi enfermiza, de Norman, de querer casarse conmigo, que definitivamente fuera suya legalmente. Aunque, en el estado en que me encontraba, cualquier pensamiento irracional m