ANDREAComo lo dije, no me voy a quedar callada, le diré todas sus verdades en la cara. Ya tuve suficiente de sus atrevimientos; no es que sea malagradecida por lo que hizo con mi matrícula, pero con esto ya ha sobrepasado los límites.―¿Entonces tuviste problemas con el profesor de diseño? ―insiste mi amiga. La dejo en su clase y me dispongo a irme, ignorando su interrogatorio. No tengo cabeza para lidiar con sus preguntas, si le respondo saldré mal con ella.―¿Podemos hablarlo en la salida? ―le digo usando un tono calmado.Nunca pierdo los estribos, incluso con ella soy muy paciente, a pesar de que siempre suele acorralarme como los detectives lo hacen con los criminales. Siempre me hace sentir como si ocultara algo malo, ya que por lo general guardo todo para mí.Sí, soy un poco reservada, y me gusta ganarme las cosas por mi esfuerzo, no que me den porque conozco a alguien que tiene el poder para dar órdenes a otros. Al parecer David, no sabe eso de mí, pero ahora cuando lo vea se
ANDREAQuede momentáneamente aturdida, pero pronto, un torbellino de emociones me envuelve y respondo al beso con una mezcla de sorpresa y deseo. Nuestros labios con sincronía, como si ya conocieran ese terreno.No sé cómo es que termine entre sus brazos, comiéndonos con las bocas. Su lengua se desliza dentro de la mía, el beso se vuelve más apasionado, más lleno de hambre y de repente el calor aumenta.Nuestros cuerpos se pegan, en el momento que me sujeta la cintura y me atrae a él, la pasión florece en movimientos sincronizados, nos sumergimos en un torbellino de emociones que nos lleva al punto alto de excitación, o al menos el que yo conozco hasta ahora. El mundo exterior ha desaparecido para los dos, no oímos nada más, que nuestras respiraciones impacientes, incluso el latir de mi corazón que quisiera salirse de mi pecho.Después de unos intensos segundos, David se separa, poniéndole fin a nuestro embriagador beso. Abro los ojos y los fijo en él, una expresión de duda cruza su r
ANDREAAntes de salir de mi dormitorio, me veo por última vez en el espejo. Opté por un vestido, la parte superior ajustada realza mi figura de manera sutil, mientras que los tirantes añaden un toque delicado. La longitud, llegando a las rodillas, lo hace versátil y perfecto, aunque es algo sencillo y cómodo, fue uno de los regalos que me hizo Danna, conociendo mis gustos, así que no es algo atrevido, es discreto y coqueto.Me demoré mucho, ya que también había venido antes Alexia a preguntarme que vestido se me hacía más lindo de los que había elegido para ella, así que le ayude dándole mi opinión y después salió corriendo feliz para irse a cambiar.Solo espero que no esté impaciente su padre, por estar esperándonos.—¡Qué bonita te ves, Andrea! —exclama Alexia con sus ojos pegados en mí cuando llego a la sala de estar. —No como antes que parecía que un camión paso por arriba de ti.Siento un calor en mi cuello y después sube a mi cara. ¿Por qué dice eso?David carraspea mientras des
Nos toma unos cuantos minutos llegar a lo que es la casa o más bien el Penthouse del tío de Danna. ¿Ese hombre es calificado para cuidar niños?Danna siempre suele decir, cuando lo menciona, que él es un soltero codiciado y que de esa manera ha querido mantener su postura, incluso las veces que lo vieron con Alexia de la mano en público, le preguntaban si era su hija, que había tenido con alguna de sus aventuras. Cosa que a él le molesta por lo regular, no por la niña, sino por su imagen de hombre que nunca será atrapado por una mujer y menos con hijos.Por eso mi curiosidad de, si es capaz de cuidar a dos niños sin la presencia de otro adulto. Por lo que veo, David lo llamó antes de que llegáramos a su casa, porque este salió en cuanto nos estacionamos en la entrada del edificio.Llevan varios minutos hablando fuera, mientras yo estoy sentada en mi asiento del auto, los niños ya bajaron y corrieron adentro del edificio. ¿Qué tanto estarán hablando?Muevo mis manos impacientemente, ap
Trato de no mostrarme nerviosa mientras caminamos hacia el ascensor. Una vez dentro, con el su pulgar, acaricia suavemente el dorso de mi mano. Hace que los vellos de la nuca se me pongan de punta.Por más que intente calmarme no lo logro, mi mente está pensando en como será todo, en que debo hacer o si debo dejar que él empiece. ¿Y sí, le gustan otras cosas? No sé, como esas que dice Danna, un oral, no sé cómo se haga, nunca he puesto un miembro en mi boca, por Dios, no pensé en eso en absoluto.El ascensor llega hasta arriba, cuando las puertas se abren, toma mi mano y la besa, y los dos caminamos por el pasillo. Ese gesto tierno hace que mis nervios se aplaquen un poco. Creo que él ha notado mi estado y por eso está tratando de ser comprensivo conmigo. Quien lo viera, nunca hubiera imaginado eso del ogro.Este lugar está fuera de este mundo, es tan lujoso, incluso pensé que solo era un bar y ya, pero más allá es un hotel.Saca la llave de su bolsillo, abre la puerta y mis ojos se a
David estira la mano y desabrocha mi sostén, lo retira lentamente. Sus ojos muestran un destello cuando los fija en mis pechos. Se inclina hacia atrás y me inspecciona, ahueca uno de mis pechos en su mano.Mi respiración se tambalea cuando mis nervios toman el control, y trato desesperadamente de controlarlo, pero es inútil.—Son más grandes de lo que recuerdo —admite.¿Acaso ha pensado en mis pechos?Me sorprende cuando se inclina y se lleva uno de mis pezones a su boca y comienza a saborearlo. Mis ojos se cierran y mi cabeza cae hacia atrás. Desliza mis bragas por mis piernas, me las quita dejándome completamente desnuda.Se aparta y siento que me mira de una forma diferente, de repente todo su control se desvanece cuando corta el espacio entre los dos y presiona su cuerpo con el mío y me toma para besarme agresivamente.Sus manos están en mi cabello, su áspera barba raspando contra mi cara, y su lengua se hunde más profundamente en mi boca. El calor aumenta entre mis piernas y sien
Me siento tan vulnerable acostada aquí desnuda, él se levantó y fue a lo que es el baño.—¿Qué hacías? —pregunto cuando vuelve. Se ha quitado el condón, se vuelve a tumbar a mi lado. Pasa sus dedos por mis pechos y mi estómago varias veces. —Pensé que habías huido.Y si me imaginé eso, creí que se había arrepentido y estaba tomando conciencia en el cuarto de baño, ya que se demoró un buen rato allí.—Fui por algo. Yo nunca huiría de ti, pueda que tú si de mí —contesta. —Como ahora, pueda que corras, pero no tengas miedo, no te haré daño, ya lo has comprobado, y esto solo durará un momento.Parpadeo sin entender, saca de no sé donde un listón rojo me quedo desconcertada viéndole. ¿Qué hará con eso?Sin embargo, no pregunto, veo como se mueve encima de mí sin aplastarme, toma mis manos y pasa el listón suave por mis muñecas, las junta y las presiona haciendo un nudo. Luego me sube los brazos a la cabeza, quedando en una posición más expuesta.—¿Qué haces?—Shhh, quédate quieta.Luego de
Salimos del lugar apenas amaneciendo. No dormí casi nada, pueda que solo una o dos horas. Me siento muy cansada.Pensé que cuando esto terminará, íbamos a irnos cada uno por su lado, no que me dejara botada allí, sino que saldríamos como si fuéramos unos completos desconocidos, y no fue así. Me tomó de la mano y condujo hasta su auto para que subiera, cosa que se me hizo raro, ya que no hablamos en todo el camino de regreso.No fuimos al apartamento de Samuel, llegamos directo a casa. No espero a que me abra o me diga algo, abro la puerta y bajo en cuanto apaga el motor de su auto.No sé qué hacer en este momento, no es como si le tuviera que decir, “gracias, estuvo bien la noche o el sexo salvaje que tuvimos.” Por Dios, no he sabido qué decirle, por lo tanto, he estado callada hasta ahora. Pero la verdad quisiera decirle muchas cosas, una de ellas es, confesarle que lo que dije en su despacho si es cierto, que lo amo, y que no sé cómo fue que paso todo, ni yo sé por qué estoy enamora