Nos toma unos cuantos minutos llegar a lo que es la casa o más bien el Penthouse del tío de Danna. ¿Ese hombre es calificado para cuidar niños?Danna siempre suele decir, cuando lo menciona, que él es un soltero codiciado y que de esa manera ha querido mantener su postura, incluso las veces que lo vieron con Alexia de la mano en público, le preguntaban si era su hija, que había tenido con alguna de sus aventuras. Cosa que a él le molesta por lo regular, no por la niña, sino por su imagen de hombre que nunca será atrapado por una mujer y menos con hijos.Por eso mi curiosidad de, si es capaz de cuidar a dos niños sin la presencia de otro adulto. Por lo que veo, David lo llamó antes de que llegáramos a su casa, porque este salió en cuanto nos estacionamos en la entrada del edificio.Llevan varios minutos hablando fuera, mientras yo estoy sentada en mi asiento del auto, los niños ya bajaron y corrieron adentro del edificio. ¿Qué tanto estarán hablando?Muevo mis manos impacientemente, ap
Trato de no mostrarme nerviosa mientras caminamos hacia el ascensor. Una vez dentro, con el su pulgar, acaricia suavemente el dorso de mi mano. Hace que los vellos de la nuca se me pongan de punta.Por más que intente calmarme no lo logro, mi mente está pensando en como será todo, en que debo hacer o si debo dejar que él empiece. ¿Y sí, le gustan otras cosas? No sé, como esas que dice Danna, un oral, no sé cómo se haga, nunca he puesto un miembro en mi boca, por Dios, no pensé en eso en absoluto.El ascensor llega hasta arriba, cuando las puertas se abren, toma mi mano y la besa, y los dos caminamos por el pasillo. Ese gesto tierno hace que mis nervios se aplaquen un poco. Creo que él ha notado mi estado y por eso está tratando de ser comprensivo conmigo. Quien lo viera, nunca hubiera imaginado eso del ogro.Este lugar está fuera de este mundo, es tan lujoso, incluso pensé que solo era un bar y ya, pero más allá es un hotel.Saca la llave de su bolsillo, abre la puerta y mis ojos se a
David estira la mano y desabrocha mi sostén, lo retira lentamente. Sus ojos muestran un destello cuando los fija en mis pechos. Se inclina hacia atrás y me inspecciona, ahueca uno de mis pechos en su mano.Mi respiración se tambalea cuando mis nervios toman el control, y trato desesperadamente de controlarlo, pero es inútil.—Son más grandes de lo que recuerdo —admite.¿Acaso ha pensado en mis pechos?Me sorprende cuando se inclina y se lleva uno de mis pezones a su boca y comienza a saborearlo. Mis ojos se cierran y mi cabeza cae hacia atrás. Desliza mis bragas por mis piernas, me las quita dejándome completamente desnuda.Se aparta y siento que me mira de una forma diferente, de repente todo su control se desvanece cuando corta el espacio entre los dos y presiona su cuerpo con el mío y me toma para besarme agresivamente.Sus manos están en mi cabello, su áspera barba raspando contra mi cara, y su lengua se hunde más profundamente en mi boca. El calor aumenta entre mis piernas y sien
Me siento tan vulnerable acostada aquí desnuda, él se levantó y fue a lo que es el baño.—¿Qué hacías? —pregunto cuando vuelve. Se ha quitado el condón, se vuelve a tumbar a mi lado. Pasa sus dedos por mis pechos y mi estómago varias veces. —Pensé que habías huido.Y si me imaginé eso, creí que se había arrepentido y estaba tomando conciencia en el cuarto de baño, ya que se demoró un buen rato allí.—Fui por algo. Yo nunca huiría de ti, pueda que tú si de mí —contesta. —Como ahora, pueda que corras, pero no tengas miedo, no te haré daño, ya lo has comprobado, y esto solo durará un momento.Parpadeo sin entender, saca de no sé donde un listón rojo me quedo desconcertada viéndole. ¿Qué hará con eso?Sin embargo, no pregunto, veo como se mueve encima de mí sin aplastarme, toma mis manos y pasa el listón suave por mis muñecas, las junta y las presiona haciendo un nudo. Luego me sube los brazos a la cabeza, quedando en una posición más expuesta.—¿Qué haces?—Shhh, quédate quieta.Luego de
Salimos del lugar apenas amaneciendo. No dormí casi nada, pueda que solo una o dos horas. Me siento muy cansada.Pensé que cuando esto terminará, íbamos a irnos cada uno por su lado, no que me dejara botada allí, sino que saldríamos como si fuéramos unos completos desconocidos, y no fue así. Me tomó de la mano y condujo hasta su auto para que subiera, cosa que se me hizo raro, ya que no hablamos en todo el camino de regreso.No fuimos al apartamento de Samuel, llegamos directo a casa. No espero a que me abra o me diga algo, abro la puerta y bajo en cuanto apaga el motor de su auto.No sé qué hacer en este momento, no es como si le tuviera que decir, “gracias, estuvo bien la noche o el sexo salvaje que tuvimos.” Por Dios, no he sabido qué decirle, por lo tanto, he estado callada hasta ahora. Pero la verdad quisiera decirle muchas cosas, una de ellas es, confesarle que lo que dije en su despacho si es cierto, que lo amo, y que no sé cómo fue que paso todo, ni yo sé por qué estoy enamora
Ha llegado el viernes y desde aquel día no he vuelto a hablar con David. Nuestros encuentros se redujeron a breves momentos en su casa, generalmente cuando estaban presentes sus hijos. Otras veces, se encerraba en su despacho y no salía hasta altas horas de la noche. Empecé a tener sospechas de que me estaba evitando de nuevo, pero las deseché como ideas absurdas.Sin embargo, mis dudas se disiparon esta mañana cuando me mando a llamar para que fuera a su despacho antes de irse al trabajo. Llamé antes de entrar, como siempre lo hacía, y al cruzar la puerta, su mirada ya me indicaba que no estábamos allí para conversar de nosotros. Fue breve lo que me dijo; David me informó que llegaría muy tarde a casa debido a un evento al cual debía asistir. No hubo espacio para nada más. Él dejó claro con sus palabras que la distancia entre nosotros era algo que quería, así lo capte yo.Ahora, estoy en la universidad, a punto de salir de mi última clase. Ahora mi mente está ocupada con la cita pend
Alexia no ha dejado de hablar de su día en la escuela mientras le ayudo a Hilda con la comida. Entre cucharadas y mezclas, la miro de vez en cuando, sus ojos brillando con la emoción de compartir sus experiencias con nosotras, me alegra el día a mí también.—Hoy en el colegio, James y yo hicimos una promesa. Dijimos que tendremos el restaurante más famoso y conocido de la ciudad y que ambos inventaremos un platillo juntos para que muchas personas lo coman.—¿Quién es James? Jamás había escuchado su nombre —digo.—Es mi amigo y es muy divertido, me agrada mucho —dice con una sonrisa.Mientras corto las verduras, escucho atentamente de las aventuras que Alexia ha pasado con ese niño. Me cuenta de las veces que la a defendiendo de otros compañeros más grandes y de cómo le ayudo a resolver un problema de matemáticas que ella no entendía en absoluto.—¿Y ese James que edad tiene? —indago.—Casi mi edad —contesta, luego se queda pensando. —Como nueve o casi diez.—Tú tienes ocho.—Por eso d
¿Había escuchado bien?—¡Hola! —Efectivamente, si había sido así.Es esa mujer, tiene el teléfono de David y respondió como si fuera suyo.—Sí, soy Andrea —digo después de un rato, no sé ni cuanto tiempo paso.—¿Andrea? —contesta, con un tono de duda. Que no me venga con que no me recuerda. —Perdón, es que estamos ocupados. Nos agarraste en un momento de distracción.¿Los agarré?, ¿a qué se refiere con distracción?, ¿será trabajo? Por Dios, porque me siembro tantas dudas en mi cabeza, él no es mi novio ni nada que le parezca, así que no me debe dar explicaciones. Aun así, no puedo dejar de sentirme como me siento ahora, celosa y molesta.—¿Hay una urgencia o algo? —pregunta.—Oh, no. Solo hablaba para informarle algo al señor.—Ah —pronuncia solamente y se queda unos segundos callada. —Dame el recado a mí, yo se lo pasaré a él. Aquí lo tengo cerca.De repente se ríe, pero como que medio cubre la bocina y dice algo en voz baja, cosa que no alcanzo a oír. Mi molestia aumenta y estoy por