No sé qué me ha pasado, lo único que sé es que mi cerebro me repetía una y otra vez que tenía que salir de ese cuarto de baño lo antes posible. La forma en la que me estaba observando era distinta a las anteriores.
Pude sentir la tensión entre nosotros con una facilidad increíble. Mi cuerpo estaba rígido de pies a cabeza.Tenía la sensación de que, si me quedaba unos minutos más, iba a besarme. Me estaba viendo fijamente y esos ojos, parecían un universo sin fin.Sacudo mi cabeza intentando sacarme el recuerdo, pero es en vano. No tengo palabras suficientes ni correctas para explicar lo que sucedió, pero sé que fue una conexión muy fuerte. Algo que nunca antes había experimentado y debo admitir que me he asustado un poco.Me dirijo hacia el cuarto de los bebés y, a medida que lo voy organizando todo para cuando Alex los acueste, pienso en nosotros una y otra vez.La forma en que las gotas de aguas le corrían por el cuello todo el camino hacia su pecho, la manera en la que su camisa estaba toda desajustada, dándole un estilo desenfadado, menos serio y más cómodo.Sus ojos merodeando por cada parte de mi piel, mi blusa traicionera pegada a mi cuerpo, traicionando mi pudor.Cuando Alex ríe, se le arruga un poco la frente, justo en el medio de sus dos cejas. Lo orgulloso que se siente de sus pequeños es increíble también, los cuida como nadie, eso le da unos puntos extras también.¿Hay algo en lo que no sea bueno?¿Me estoy sintiendo atraída por él? ¿Es eso lo que está sucediendo aquí?Bueno, de ser así, no creo que sea algo por lo que debiera alterarme o preocuparme. Es lógico que me atraiga, es un chico extremadamente guapo, por algo es uno de los solteros más codiciados.No soy la única que no es indiferente a sus encantos.Lo que sí puede llegar a ser un poco inapropiado si me permito ir más allá, es mi jefe y tengo que verlo como tal.Estoy terminando de colocar la sábana de la cuna cuando escucho el chirrido de la puerta al abrirse. Mi cuerpo entero se pone en atención, a la espera.Me giro para comunicarle que ya los puede acostar y me quedo sin palabras al verlo con su pecho totalmente al descubierto cargando a los gemelos en cada brazo.Intento con todas mis fuerzas dejar de mirarlo tan fijamente, pero es como si un imán me estuviera obligando a hacerlo.Tiene una clavícula muy sexy, eso siempre me ha llamado la atención en los hombres y ni hablar de sus abdominales que parece que se los han esculpido a la perfección. - Nerea –me dice al ver que no atino a hacer nadaPor suerte, su voz es motivación suficiente como para sacarme de mi ensimismamiento. - Te pregunté si podrías ayudarme a colocarlos en la cuna¿En serio me había preguntado eso? Nunca lo escuché. Claro que no Nerea, si andas como una tonta mirando sus abdominales ¡Espabila chica! - Por supuestoCamino hacia delante y tomo a Aitor en mis brazos. Estos pequeñines son lo más dulce del mundo cuando duermen, la ternura que siento es indescriptible. Nos quedamos mirándolos un rato, hasta que el sueño comenzó a aflorar en mí. - Yo también debería dormir –le digo sin mirarlo y salgo casi que huyendo, pero su voz me detiene - NereaMe toma justo cuando me proponía atravesar la puerta, así que me giro justo en el umbral. Noto algo extraño en su expresión. No sé con certeza qué es, pero no está como de costumbre. - ¿Sí? - No, nada, olvídalo. Que duermas bien - ¿Qué pasa? ¿Quieres decirme algo? –le insisto porque me ha caído un poco de curiosidad para ser sincera - Solo quería decirte que me alegra mucho que te encontraras a los gemelos ese día en la empresa, de lo contrario, nunca hubiese podido contratarte. No quiero sonar egoísta, sabes que siempre habrá un lugar en la empresa para ti, solo quería que supieras que estoy agradecido por haberte encontrado - Bueno, en términos técnicos, los gemelos fueron los que me encontraron –le digo sonriendo - Es cierto y ellos están más felices desde que están bajo tu resguardo. Gracias por estar haciendo tan buen trabajo - No tienes que agradecerme. Me gusta hacerlo. Hasta mañanaLe sonrío nuevamente y me marcho cerrando la puerta tras de mí sintiéndome feliz porque mi jefe me acaba de felicitar (de una extraña manera, pero al fin y al cabo es una felicitación) por mi buen trabajo.Al siguiente día, Alex y yo fuimos de compras tal y como lo habíamos acordado.Me hace muchísima ilusión tener cosas nuevas para los niños. Estoy ansiosa por ver cuál será su reacción al jugar.Entramos a la primera tienda y un chico muy amable nos recibe. Se presenta y está muy dispuesto a ayudarnos con las compras, aunque no me quita los ojos de encima ni deja de sonreír. - Hola ¿puedo ayudarlos en algo? - Bueno, la verdad no hemos venido buscando algo específicos, solo queremos comprarles cosas nuevas a estos bebés –le digo señalando hacia el coche - Perfecto, puedo hacerles una guía por cada departamento y así ustedes mismos eligen lo que deseen. Síganme, por favorEs un chico muy agradable y de gran carisma. Seguimos detrás de él hasta que llegamos a la sección de los juguetes. - Escojan lo que más les gusten. Si tiene alguna duda usted o su esposo, estoy para servirlesCreo que ha dicho eso intentando saber si Alex y yo estamos juntos, si somos una pareja o no. Miro hacia Alex un poco asustada, no quiero que se ofenda, pero, para mi suerte, está concentrado observando los estantes. - Oh, no, no es mi esposo. Creo que estoy muy joven todavía como para casarme y tener hijos. Soy más un espíritu libre - Ya veo, en eso nos parecemos. En ese caso ¿puedo saber tu nombre? –me pregunta lanzándome una mirada pícara - Mi nombre es Nerea Jones, mucho gusto –le digo mientras le estrecho la mano - Un gusto conocerte - Disculpen que los interrumpa, pero no tengo todo el día para esto –Alex nos interrumpe con un tono de voz bastante molestoMe giro de forma rápida a mirarlo porque me tomó por sorpresa su reacción. Habíamos acordado venir y él había limpiado toda su agenda para esto ¿cuál es el apuro entonces? Lo miro y me doy cuenta de que su mandíbula está apretada fuertemente. - Disculpe señor, los dejaré solos para que realicen sus compras –y sin decir una sola palabra más sale caminando - Parece que lo estás pasando muy bien –me dice Alex una vez que estamos solos - Disculpa, solo estaba conversando un poco - A mí me pareció más algo más que una simple conversaciónNo entiendo por qué está teniendo este comportamiento conmigo. Parece que estamos en los primeros días, cuando me trataba como una simple trabajadora suya. Es como si estos últimos días no hubiesen pasado para él.Justo en el momento en el que pensaba contestarle se aleja de mí hacia la dirección contraria. Se marcha murmurando algo que me es imposible escuchar, solo puedo afirmar que está verdaderamente molesto.Solo lo vi actuar de esa manera la primera vez que lo conocí cuando no sabía por qué yo tenía a sus niños. Fuera de ese día, jamás me había tratado de esta forma tan despectiva. Me acerco a él lo más rápido posible: - ¿Está todo bien? –le pregunto- ¿te encuentras bien? - Estoy perfecto –me responde aún más seco que antesSolo hago un movimiento con mi cabeza haciéndole ver que lo he comprendido y comienzo a seleccionar lo que más me ha llamado la atención, al igual que él. luego de un rato ya con nuestras cestas llenas, nos reunimos nuevamente.Nos quedamos mirándonos el uno a otro. Parece una guerra hasta que, finalmente, él baja la cabeza rompiendo nuestro intenso contacto visual. No lo entiendo la verdad. Me parece que tanto trabajo al final le está afectando seriamente la cabeza.Nos dirigimos hacia la caja donde el chico nos estaba esperando. - Espero que hayan podido encontrar todo lo que necesitabanEsta vez está hablando con Alex, pero este no le responde, ni siquiera lo está mirando, es bastante grosero de su parte la verdad, así que respondo yo para evitar que el momento incómodo se siga extendiendo. - Pues sí, nos vamos bastantes contentos la verdad - Me alegro mucho –me dice mientras me hace un guiño con el ojoDe inmediato, Alex saca su tarjeta de crédito de la cartera y la pone de un fuerte golpe sobre el mostrador. El chico nos cobra y le pasa el recibo a Alex para que lo firme. - Nada me gustaría más que, antes de irte, me des tu númeroLos hombros de Alex se contraen instantáneamente y rompe una parte de la hoja de lo fuerte que aprieta el lapicero contra ella ¿Está molesto por eso? ¿En serio? El hecho de que trabaje para él no significa que sea de su propiedad.Es cierto que he accedido a mudarme a su casa y que convivo con él, pero yo tengo una vida propia y tengo que socializar y conocer a nuevas personas. En el trato nunca se dijo que no podía conocer a chicos. Después tendré que aclarar este tema con él.La verdad, no me interesa este chico. No me ha llamado la atención, solo me parece muy agradable, pero solo tengo la idea en la cabeza de molestar a Alex por el mal comportamiento que ha tenido. - Pensé que no me lo pedirías nunca –le digo y el puño de Alex parece que va a explotar sobre sí mismo de lo fuerte que lo está apretando- dame algo en qué anotarEn cuanto escucha mis palabras sonríe y me pasa una hoja en la que comienzo a escribir números al azar. Me despido del chico y salimos caminando. - Nada me hace más ilusión que ver su cara cuando se dé cuenta de que le has dado un número falso –me dice Alex mientras colocamos las compras dentro del maletero del coche - ¿Cómo sabes tú que ese no es mi número? - Me lo sé de memoriaSu respuesta me toma completamente por sorpresa ¿Quién n este tiempo se toma el trabajo de aprenderse un número telefónico de memoria? Por suerte nuestros celulares hacen ese trabajo por nosotros. - ¿Te lo has aprendido? - Sí –dice orgulloso - ¿Por qué? - Nunca sé cuando pueda suceder algo y mi celular esté sin baterías, solo es una medida de precauciónLa verdad, tiene razón y más cuando yo soy la responsable de los pequeños cuando él no está. Debería haber pensado en eso y haber hecho lo mismo. Cuando se trata de niños pequeños, ninguna precaución es suficiente. - ¿Por qué no le diste tu número verdadero? –me pregunta - Pues porque no me interesaba que lo tuviera - ¿En serio? Dentro de esa tienda parecía todo lo contrario - No lo creo, nunca hay que confundir amabilidad y educación con interés emocional, eso suele sucederles mucho a los chicos - Bueno como tú digasNo mencionó más el tema y salimos rumbo a casa. En todo el camino de regreso no pude evitar pensar en lo mucho que le molestó a Alex que yo hablara con ese chico ¿Esos fueron celos?Vamos Nerea ¿por qué alguien como Alex Black tendría celos de ti? Tú no eres más que una de sus trabajadoras, repítete eso una y mil veces, las que hagan falta hasta que lo interiorices.Pero, si no fueron celos ¿por qué se molestó tanto? En el segundo en el que supo que no le di mi número, comenzó a ser el Alex que conozco desde hace unos días y no el desagradable que conocí en sus oficinas.No sé por qué habrá actuado de esa manera, solo sé que, en algún momento, lo averiguaré.No todos los días con los pequeñines son de rosa. Hay días en los que están tranquilos, pero otros, como el de hoy, no paran ni un solo segundo. Parece que se han despertado de mal humor. Pasé toda la mañana tratando de entretenerlos para que no lloren y, después de un largo intento, encontré un pequeño juguete que al presionar las teclas sale música.Al inicio fue una idea perfecta, hasta me alegré en verdad. No tenía idea del rato que se iban a pasar tocando las mismas teclas. Ahora estoy aquí, sola esforzándome con todo mi espíritu para hacerles el almuerzo, pero entre el ruido del juguete y los gritos de los gemelos estoy a punto de perder la cabeza.No sé qué hacer ya, he tratado de todo por quitárselos y no estoy exagerando cuando digo de todo, pero, cada vez que se los quito de en frente, comienzan a chillar a todo pulmón ¿Por qué no pude encontrar otro juguete?Escucho mi celular sonando en el salón principal y, en un intento por librarme de tanto bullicio y caos por unos po
Estoy aterrada, por unos minutos me quedo congelada mirando a Alex sin saber qué hacer. Por el intercomunicador escucho a los gemelos llorando a todo pulmón como si supieran que algo grave le ha sucedido a su padre.¡Nerea, recomponte! Tienes que hacer algo para ayudarlo. Con todas mis fuerzas comienzo a moverlo hasta lograr subirlo al sofá. Le reviso la cabeza con suma delicadeza para comprobar que no se haya dado un golpe grave. De inmediato, tomo el teléfono y llamo a emergencias. Tienen que venir a atenderlo en cuanto antes. Él estaba perfectamente bien cuando entró por esa puerta, estaba feliz. No tengo idea de qué le pudo haber sucedido para que, de un momento a otro se pusiera tan mal.-¡Alex! –lo llamo dándole unos toquecitos en su rostro a ver si despierta, pero nadaPara mi suerte, los paramédicos llegaron en cuestión de pocos minutos. El alivio recorrió mi cuerpo de forma inmediata. Corro hacia la puerta y la abro dándole paso a los médicos para que comiencen a examina
-Está bien Nerea, déjame hablar –las marcas de las ojeras están demasiado presentes todavía, sigue necesitando descansar-Alex –digo tapando el auricular del teléfono- yo me estoy ocupando de esto, puede ser que no lo recuerdes, pero anoche te pusiste muy mal y los doctores te prohibieron completamente trabajar-No será nada, solo diré lo que tiene que hacer en mi ausenciaLo miro un poco desconfiada, pero, con lo cansado que lo veo, no creo que él tenga muchos deseos de salir hoy de aquí.Comienzo a caminar para alejarme de su conversación y darle más privacidad, pero él me detiene agarrándome el brazo:-Los bebés deben estar despiertos ya, llévalos a mi habitación por favor, en cuestión de minutos estaré ahí con ustedesSolo asiento con mi cabeza, después de esto que acaba de suceder, no quiero arriesgarme a molestarlo más. Este trabajo es importante para mí, no me puedo dar el lujo de perderlo por ser una contestona.Hago tal y como él me indicó. En efecto, los gemelos est
Después de ayer, no estoy teniendo un día muy fácil que digamos con los pequeños. Ellos estuvieron todo el tiempo con Alex y ahora les está costando un poco de trabajo acostumbrarse a que no esté en la casa. Los pobres, deben extrañarlo.Quizás sea bueno para ellos que los lleve a la empresa, así ven a su padre y este tiene unos minutos de descanso de tanto trabajo.Claro Nerea, vamos a hacer como que tú no tienes deseos de verlo también ¡Qué bah! Si a ti te da completamente igual ¡Por Dios! Soy una ridícula. No puedo hacer mejor el papel de tonta, si es que me queda perfecto.No me interesa lo que mi subconsciente piense de mí. Sé que es absurdo de mi parte sentir algo por él o pensar que podríamos llegar a algo más entre nosotros, pero no me importa, voy a ir y lo veré y punto.Justo como lo planifiqué, un rato después estoy cruzando las puertas de entrada de la Corporación Black. Otro guardia me recibe en la entrada y recuerdo mi incidente aquí de hace unos cuantos días atrás. Teng
El corazón me da un vuelco cuando escucho su voz, cuando pronuncia su nombre, suena tan bien saliendo de sus labios. No es lo mismo que otra persona lo diga a que lo diga él, suena como si fuese suyo, aunque, evidentemente, no lo es.-Alex ¿quién es esa chica? La voz de ella tiene en mi todo el efecto contrario que la de Alex. Acaba de preguntarle con desdén, como si fuese un grano de basura dentro de todo un contenedor ¿Qué demonios les sucede a las personas de este edificio?Justo en este momento estoy cayendo, la secretaria de Alex sabía que estaban ellos dos dentro de su oficina. Me dijo que pasara a posta, probablemente para buscarme un fuerte regaño de parte de él. No tiene idea de que ha logrado hacer algo mucho más grave que eso, ha logrado que mi corazón se parta en dos.Debo ser muy estúpida por haber confiado en ella, la sonrisa que me puso tenía que ser advertencia suficiente para mí, pero, más tonta soy al hacerme ilusiones con este hombre que no me debe absolutamen
No sabía que él tenía tan buena opinión de mí, se siente bien, pero, de repente me doy cuenta, eso no es suficiente, eso no hará que me mire como algo más. Es tiempo de que me dé cuenta de que entre nosotros nunca va a suceder nada. Simplemente me considera como una buena persona porque lo soy y porque cuido a sus hijos como si fueran míos, pero nada más.Solo le gusta que sea buena en mi trabajo y que lo haga con tanta dedicación.-Me alegro que te guste la forma en la que realizo mi trabajo –le digo con la cabeza baja, no quiero que vea la decepción en mi rostro-¿Qué dices? No me has entendido para nada, no es que hagas tu trabajo bien, o sea, sí lo haces, pero no es a lo que me refiero. No sabes que me paso todo el día pensando en llegar a casa y encontrarte ahí con los niños. Tú has hecho de mi casa una familiaMe quedo mirándolo fijamente. Estoy escuchando cada palabra que sale de su boca, pero no logro entenderlo. No quiero malinterpretar las cosas y ponernos en una situac
Estoy muy concentrada fregando los platos donde acaban de cenar los gemelos. Los escucho jugando muy divertidos en su lugar de siempre y pensando en todo lo que ha sucedido hoy. Sin dudas ha sido un día bastante complejo, pero me ha encantado.Cuando menos me lo esperaba, dos manos se apoyan en el borde del fregadero. Es Alex y siento su cuerpo pegado contra el mío y su boca junto a mi oído. Su aliento está directamente contra mi nuca haciendo que la piel se me ponga de gallina.-¿Quién era ese chico? Me pregunta y tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para poder analizar lo que me está preguntando y, sobre todo para poder responderle. Mi cerebro solo se concentra en la cercanía que hay entre su cuerpo y el mío, entre su piel y mi piel.-No sé de qué me estás hablando-El chico con el que estabas conversando de forma muy cercana bajo el edificio¿Qué? ¿Cómo ha sabido que estuve hablando con Ulises? ¿Acaso me tiene puestas cámaras en el coche de los niños?-Es Ulises, uno
Voy directamente hacia mi cama y siento cómo mi pecho se va apretando cada vez más. Es una sensación terrible como si algo muy pesado estuviese encima de mí dificultándome respirar. Un nudo se me forma en medio de la garganta y, en menos tiempo del que creo, comienzo a llorar desconsoladamente.Estábamos teniendo una conversación seria. Le estaba mostrando todo lo que sentía mi corazón. Estaba completamente desnuda de alma ante él y no le importó, pero claro, la culpa es totalmente mía por pensar que iba a hacer lo mismo.¿Qué tenía que decir, que también sentía cosas por mí? Que ilusa. Eso nunca va a suceder. Incluso si sintiera algo, no creo que lo dirá nunca ¿Cómo será visto por todos los de la alta sociedad cuando sepan que sale con su niñera? Es algo imposible.De pronto, el tono de mi teléfono me saca de mis pensamientos. Lo reviso y es Ulises.*Hola ¿qué haces?*La verdad, no sé ni qué responderle. Lo que menos quiero es buscarle un problema en la empresa. Si Alex se entera