Fleur llegaba a su casa últimamente con una sonrisa en el rostro, no era que se llevará cada vez mejor con Michael, su jefe.

Pero sí que se había acostumbrado a su forma de ser, además ya no temía a los lunes de la ley de Murphy, llevaba ya casi un mes en los que ese maldito día parecía haberse olvidado de ella,

Por ejemplo, el día de hoy era lunes y estaba más que feliz, demasiado feliz. No solo eso, este lunes en especial era el último día del mes, por lo que tenía dinero en su bolsillo el suficiente como para comprar una botella de vino y un buen corte de carne y cenar eso.

Si la vida le sonreía a Fleur de una manera que parecía bendecida con la estrella de la fortuna iluminando sus pasos.

Todo podían ver que ella era feliz, por la forma que saludaba a todos a su paso y por qué al pasar se podía apreciar que la joven cantaba Happy de Collins Farrell.

Pero con lo que no contaba Fleur era que la estrella de infortunio es una maldita celosa, que odia que su hermana, la estrella de la