Neri se levantó como todas las mañanas, se bañó, se cambió, se peinó, se lavó los dientes y fue por Aiko, la pequeña aún dormía junto con Ru, la despertó con cuidado y la vistió.Cuando estuvieron listas, bajaron a tomar el desayuno, pero esta mañana no sería como las demás, esta mañana estaba destinada a ser diferente.Unas risas provenían de la cocina, Neri se sentía un poco confundida, no sabía que vendrían visitas, entró junto con Aiko y se quedo estática al ver a la bonita mujer que estaba sonriendo junto a Hiro Okada, su Hiro Okada, ¿Por qué estaban tan juntos?.Lo mas sorprendente fue que Aiko corrió emocionada hasta esa mujer, no sabía quien era, pero estaba mas que claro que tenia una fuerte relación con la familia Okada.Era una mujer japonesa despampanante, las mujeres anteriores no le llegaban a los talones a esta nueva mujer.—Nasomi, déjame presentarte a Neri, ella es la niñera de Aiko.“La niñera de Aiko”, si, eso era verdad, pero Neri sintió que a aquella presentació
Hiro trataba de calmar a su hija, pero todo parecía que solo lo empeoraba más y más, mientras que Neri trataba de entender la situación.—Hiro, ¿Podemos hablar?—preguntó Nasomi.Neri se acerco a Aiko y se arrodillo frente a ella para quedar a su altura.—Aiko, ¿Tienes sueño?, seguramente te cansaste mucho.Aiko respiro hondo y asintió, Nasomi la había llevado de compras, en su mayoría fueron aburridas para Aiko, hasta que Nasomi fue al área de juguetes, le compró dos helados y una caja de chocolates, solo por eso fue divertido para Aiko.—Llevare a Aiko a la cama— dijo Neri y la tomó de la mano.Hiro y Nasomi se quedaron solos, Hiro se sentía frustrado, usualmente él ordenaba algo y lo obedecían sin chistar, pero con Aiko era algo imposible.—Hiro, hoy que estuve con Aiko me di cuenta de algo, a ella le hace falta una figura materna.—Ve directo al grano Nasomi.—Casémonos.—No, esa no es una opción para mi.—¿Tan repulsiva soy para ti?.—No es eso, te conozco de muchos años, mi cariñ
En las afueras de Tokio un hombre sonreía mientras bebía un trago.—Esos malditos.—Una guerra ahora, no será buena.—Estoy harto de Hiro, no es bueno para el negocio dejarlo crecer, hace lo que quiere todo el tiempo, mientras que nosotros nos quedamos con las sobras.—Tranquilo, no podemos enfrentarlo así como así, tenemos que darle donde mas le duele, quebrarlo desde el interior.—¿En que piensas?.—Primero vamos a ocuparnos de Yamato, si el maldito no quiere ser parte de nosotros, entonces mandémosle un mensaje.—Claro.—Ocúpate de su esposa y de su hijo, luego mátalo a él, en cuanto a Kento…ocúpate de él.—¿Qué hay de Hiro?.—No lo enfrentaremos en su territorio, dejemos que él venga a aquí, deshazte de su hija, vamos a alborotar el avispero un poco.—Muy bien, ese plan me gusta.—Ya veras que muy pronto, Hiro Okada va a caer.…………*Neri*Mi vista estaba fija en el menú, todo estaba en japonés, sonreí avergonzada y Hiro solo me veía con atención, ¿Por qué me veía de ese modo?, m
Neri sonreía mientras que Hiro conducía de vuelta a casa.—¿Por qué estas tan feliz?.—Es que todo esto me causa un poco de risa, haberme cambiado de país, estar contigo…¿Estás cosas en verdad pasan?.Hiro frunció el ceño. —A mi no me parece tan sorprendente.—Espera, ¿Habías secuestrado otras mujeres?.—No.Neri lo miró y entrecerró los ojos.—Hablo en serio, no lo había echo, inclusive me arrepentí después de que te traje aquí.—¿Te arrepentiste?.—Si, tengo sentimientos, y me sentí mal por ti. Hablaré con Aiko mañana.—¿Sobre que?.—Sobre nosotros, le explicaré que ahora salgo contigo, ya soy un hombre adulto, no estoy para andar jugando a las manitas sudadas.Neri sonrió. —¿Y si ella no lo acepta?.—Aiko no es tan irracional, entenderá.Eso puso muy feliz a la chica, entonces Hiro en verdad la estaba tomando en serio, de lo contrario, no la hubiera llevado a esa casa, o no le contaría nada a Aiko, estaba agradecida, agradecida de que a pesar de ser él, la respetara.Al llegar a ca
Esta historia es ficción, no se estresen, la muerte también es parte de la vida, no debemos de tenerle miedo, ni de sentirnos tristes, a todos nos llegará en algún momento…:)••••••••••Neri desayunaba mientras que veía a Aiko comer felizmente, ambas se sonreían la una a la otra y Hiro las veía con atención, él siempre fue un hombre de familia, siempre deseo poder estar con una mujer que lo amara con todos sus defectos y sus virtudes, siempre deseo tener un par de hijos.Así que ese momento era perfecto.—Aiko.La niña* lo miró.—Tengo que decirte algo, mira, Neri me gusta mucho.—A mi también me gusta mucho.Neri sonrió.—Si, lo se, pero me gusta de un modo diferente, ella…es mi novia.—¿Novia?.—Si, y quería saber, ¿Si, eso te molesta?.Aiko procesó todo y de pronto sus ojos se abrieron ampliamente. —¿Neri será mi mamá?.Hiro miró a Neri y ella también lo miró.—Pues en un futuro, si ella quiere, por supuesto, será tu mamá y mi esposa.Aiko los miró a ambos y sonrió.—¡Si!, tendré u
*Neri*.Nunca antes me había sentido tan angustiada, tan dolida y desesperada, ¿Qué clases de personas le hacen daño a una niña* inocente?, ¿Por qué?. El odio puede hacer cosas realmente crueles, y la ambición por el poder, no reconoce edades, tenía miedo, miedo de lo que Hiro pudiera hacer y mucho más aún de lo que le pudiera pasar a Aiko.Mi corazón se detuvo al ver a dos doctores salir de aquel lugar.—¿Familiares de Aiko Okada?.Hiro fue el primero en llegar hasta ellos, estaba asustado, se podía ver, el hombre intimidante y aterrador ya no estaba, pero eso no lo hacía menos peligroso, todo lo contrario, era mucho más peligroso ahora.—¿Cómo esta mi hija?.Y entonces mi peor temor se hizo presente al ver su rostro.—Lo sentimos señor Okada, a su hija la envenenaron, con Aconitina, lamentablemente ingirió demasiado y sufrió un paro cardiaco…hicimos todo lo que pudimos…lo lamento.—¿Qué mierda esta diciendo?...no, quiero ver a mi hija.—Señor, lo sentimos mucho.—¡No!, deja de decir
Al día siguiente, después de que Neri subiera las maletas al auto que la llevaría al aeropuerto, decidió dejarle algo a Hiro, había guardado los dibujos que Aiko hizo junto con ella, algunos eran muy especiales, pero decidió que Hiro los necesitaba más.Así que subió a su despacho y ahí estaba él, sentado detrás de su escritorio, fumando, parecía que no había dormido, se veía cansado, descuidado, el duelo no era fácil.La miró entrar y no dijo nada, ella se detuvo cuando estuvo lo suficientemente cerca de su escritorio y sonrió con melancolía.—Te dejo esto, es de Aiko— dijo ella y dejó los dibujos mientras lo veía una ultima vez. —¿Estarás bien?.Hiro sonrió. —Vete de una buena vez, vete tan lejos que no pueda recordarte.¿Por qué él era tan cruel?, tal vez siempre había sido así, y ella no lo vio. —Esto es injusto, yo de verdad me enamoré de ti.—Fue tu error, no el mío.—¿Es lo ultimo que dirás?.—Te enviaré una cuenta bancaria, donde te depositaré dinero para los gastos de Takash
—¿No vas a abrir?—preguntó Hiro con tranquilidad, Neri se enderezó y se mordió el labio.“Carajo". No tenía opción, sentía que le faltaba el aire, ¿Cómo la había encontrado?, ¿Por qué había venido?, ¿Ahora que iba a hacer?, ¿Y por que se veía mas guapo que antes?.Caminó hasta la entrada y abrió la puerta, una mujer sonrió de oreja a oreja al verla.—Hola, aquí esta Kumiko, hoy se portó muy bien— dijo aquella mujer con una sonrisa muy agradable en su rostro.Neri bajó la vista hasta la encantadora niña que jugaba con una mariposa de papel y tragó en seco. Kumiko era su hija, una dulce niña de casi cuatro años—Mira mamá, hice esto para ti.—Que lindo cariño— dijo Neri y sonrió con nerviosismo. —Muchas gracias por traerla.—De nada, nos vemos el lunes Kumiko— dijo la cuidadora del colegio en el que Kumiko asistía, llevaban a todos los niños hasta su domicilio, lo cual era bueno, así Neri no se preocupaba por eso.—Adiós— dijo la pequeña mientras agitaba su frágil mano.—Que tenga buena