Vivían, realmente está muy sorprendida con el cambio que ha sufrido Adele, bueno ella solamente no. Luis también la tiene asombrada, cuando despertó en aquella cama del hospital sin poder moverse, pensó que la abandonaría. Sin embargo no se ha separado de ella a pesar de que estaba herido también, la ha cuidado todo el tiempo, e insiste en vivir con ella. Suspira pensando que la familia todos están rotos de alguna manera, y que tratan como pueden unirse como si fueran piezas de un cristal, unirse para poder seguir viviendo esta extraña vida. Se ha quedado en espera de la respuesta de Adele, que suelta todo su aire. Porque también se ha hecho la misma pregunta. De la Adele prepotente y engreída que era no ha quedado nada. Se arrepiente de muchas cosas ahora que se vio al borde de la muerte y en peligro de perder todo lo que le importaba. En esa familia rota de Luis ella encontró lo que jamás encontró en nadie más. Nunca se había realmente enamorado. Creyó estarlo del chico que desa
Al llegar a la casa de los abuelos Thompson y que regalaran a Christian, luego de recuperarse del accidente. Christie con todas las informaciones que había recibido de un remitente anónimo y que le despertaban las dudas que tenía hacía mucho tiempo. Fue corriendo a ver que hacía su hermano y porque tenía necesidad de platicarle lo que había sucedido con los sobres que llevaba en su bolso. Se asombró de ver que estaba oscura la oficina, y ya había girado para marcharse cuando divisó a su hermano sentado con la cabeza entre las manos llorando.—¿Chris, qué es lo que pasa? Christian al sentir a su hermana abrazándolo, dio rienda suelta a toda la frustración que tenía como dada en su pecho. Siempre había confiado en su hermana como si fuera el mismo, ahora le había escondido esto pero ya no lo podía soportar solo más.—¿Qué es Chris? ¿Qué es? Dime para poder ayudarte Le pedía mientras lo abrazaba con fuerza, sintiendo que su hermano estaba sufriendo más allá de lo que había hecho
—Eso es verdad mi hermano, soy testigo de eso. Estoy de acuerdo con Marta, Bella no pudo engañarte.—¿Por qué lo dices Chris?—Ella fue a verme porque quería saber todo de ti, ¿que te pasaba? Yo no le dije nada, y ella me contestó que lo averiguaría por su cuenta. Y en no pocas ocasiones la vi en su auto fuera de la hacienda. Luego le dió por mandarte los niños todos los días. No dudo que ellos se dieran cuenta de que estabas ciego y se lo dijeran. Isabella debe estar embarazada de otro contra su voluntad. ¡Pobre Bella! Se hace un silencio entre los dos, después de que Christie confesara todo eso que dijo, mientras su hermano sigue limpiándose los ojos con el pañuelo, pues no puede dejar de llorar. Hasta que ella lo abraza de nuevo y lo besa repetidamente como si quisiera poder protegerlo de ese dolor que está sintiendo.—¿Qué piensas hacer mi hermano? ¿Lo inscribirás como si fuera tuyo como Lucas y Lucy?—Sí, si en verdad la violentaron, diré que fui yo, que se lo hice así en coma
—Está bien, además con todo el mundo aquí juntos, al fin vamos a poder descansar y dormir como hace días que no lo hacemos sin preocupación y tener que salir corriendo para el hospital. Ojalá Bella al escucharnos a todos nosotros se despierte cuanto antes. —Sí, sí. Guarda todo eso. Ya veremos de qué se trata. Qué dinero es ese. Se dirigieron abrazados y salieron al salón, para ver como Santiago sale corriendo llamando a todos los guardias de seguridad que se dirigen hacia sus autos, se montan y salen dirigiéndose a toda velocidad fuera de la casa de Christian.—¿Qué pasó? —pregunta el abuelo Sardino que sale al escuchar el alboroto y los gritos de Santiago llamando a todos. —¿A dónde van con ese apuro?—No lo sé abuelo, nosotros estábamos en el despacho y al salir nos encontramos con esto —responde Christian.El abuelo se le queda mirando fijamente al darse cuenta lo rojo que tiene los ojos como si hubiese llorado, y un susto muy grande se le mete en el corazón pensando que alg
Santiago está detenido frente a la cama dónde duermen plácidamente Oswaldo y Eva desnudos. La peste a alcohol lo llena todo. Luego de permanecer un largo rato jugando con la pistola que tiene en la mano, la cual en ocasiones apunta a la frente de los durmientes. Siente como Gerardo lo toma por una mano y lo saca hasta estar en la calle.—No puede hacer eso jefe, primero tenemos que saber dónde están los tipos esos que ella le mandó al hospital a la niña Isabella. Solo los vieron ese día, nadie sabe quienes son. Pero una enfermera dice que los escuchó hablando de una tal Eva. —Está bien, cógelos y tiralos donde tu sabes. ¿Qué más averiguaste?—No creo que lograran hacerle nada, pero las enfermeras dicen que los pacientes se quedan solos en los cubículos que ellos acomodan las cosas, en espera de que salgan de la anestesia, que están rodeados de cortinas y no pude ver nada en las cámaras, solo se ve que uno de ellos entra donde estaba la niña, pero no creo que por el tiempo que e
Fue la noche más maravillosa de su vida, pues aunque era un bandolero, nunca estuvo con otra mujer que no fuera ella hasta ese momento, por lo que fue su primera vez también.—Puede ser sincera conmigo Susi, hazte de cuenta que no ha pasado el tiempo entre los dos. Dijimos que íbamos a retomar nuestra relación allí donde la dejamos, pues fue en esa maravillosa noche la última vez que estuvimos juntos.—Lo sé —al fin responde ella y se le acerca despacio. —Precisamente por eso estoy muy nerviosa, porque quiero que nuestra noche de hoy sea como esa última para empezar de nuevo, pero no sé si soy tan hermosa como en esa época y si te va a gustar cuando me quite mi ropa. Santiago no puede ser más feliz al escucharla decir eso, avanza su encuentro y la abraza con mucha emoción. Luego le atrapa su rostro y la besa apasionadamente como aquella primera vez.—Eres hermosa Susi, la mujer más hermosa que existe en el mundo para mí. Yo tampoco soy aquel joven vigoroso de cuando me conoc
Y se dan cuenta que el amor que los une es uno tan grande, tan inmenso que no sabían ni imaginaron que podía resistir el tiempo, las maldades de Eva, y de todos aquellos que se confabularon para separarlos. Susan gime debajo de Santiago feliz, dejándose llevar por todas las nuevas sensaciones que superan aquellas que aún guarda en su memoria. Y aunque en verdad su esposo es grande, ella se acopló muy bien a sus necesidades. Sonríe para él, mientras le acariciaba los pelos del pecho. Apoya la cabeza y escucha todavía el golpeteo acelerado del corazón de Santiago que lucha por recuperar su respiración normal. No recordaba que se pudiera sentir de la manera tan inmensa que lo ha hecho, el hundirse en su adorada Susi, que lo mira toda colorada apoyada en su pecho, con aquella mirada que le encanta y ha estado soñando toda su vida y que tanto lo llena de felicidad. Están muy cansados de la ardua tarea, pero felices. —¿Y? —pregunta sonriendo Santiago.—Mejor, mucho mejor de lo que recor
Santiago se despierta en la mañana y ve a Susan mirando su teléfono, como si no pudiera creer lo que acaba de escuchar al responderlo. Se pone de pie y lo tira contra la cama furiosa al tiempo que grita.—¡Maldita, maldita! ¡Te mataré con mis propias manos, te mataré!—Susi cariño, ¿qué es?—¿Encontraste esa condenada mujer ayer y no me dijiste nada? — le grita a Santiago que no sabe qué responder. —¿Qué pretendes? ¿Vas a volver con ella?—Susi cariño, espera no es eso, no es eso —Reacciona Santiago poniéndose de pie y va y la abraza rápidamente repitiéndolo una y otra vez— no es eso cariño, no es eso, ven siéntate deja que te explique.—¿Para qué la quieres? — pregunta Susan todavía furiosa.—Para matarla — le responde fríamente Santiago. —¡Quiero matar a esa maldita mujer por lo que le acaba de hacer a nuestra hija! ¡Por lo que nos hizo a nosotros!—¿A qué te refieres? ¿Qué le hizo a mi hija ahora esa maldita? Santiago es entonces que se da cuenta de lo que acaba de decir. Despu