Santiago está detenido frente a la cama dónde duermen plácidamente Oswaldo y Eva desnudos. La peste a alcohol lo llena todo. Luego de permanecer un largo rato jugando con la pistola que tiene en la mano, la cual en ocasiones apunta a la frente de los durmientes. Siente como Gerardo lo toma por una mano y lo saca hasta estar en la calle.—No puede hacer eso jefe, primero tenemos que saber dónde están los tipos esos que ella le mandó al hospital a la niña Isabella. Solo los vieron ese día, nadie sabe quienes son. Pero una enfermera dice que los escuchó hablando de una tal Eva. —Está bien, cógelos y tiralos donde tu sabes. ¿Qué más averiguaste?—No creo que lograran hacerle nada, pero las enfermeras dicen que los pacientes se quedan solos en los cubículos que ellos acomodan las cosas, en espera de que salgan de la anestesia, que están rodeados de cortinas y no pude ver nada en las cámaras, solo se ve que uno de ellos entra donde estaba la niña, pero no creo que por el tiempo que e
Fue la noche más maravillosa de su vida, pues aunque era un bandolero, nunca estuvo con otra mujer que no fuera ella hasta ese momento, por lo que fue su primera vez también.—Puede ser sincera conmigo Susi, hazte de cuenta que no ha pasado el tiempo entre los dos. Dijimos que íbamos a retomar nuestra relación allí donde la dejamos, pues fue en esa maravillosa noche la última vez que estuvimos juntos.—Lo sé —al fin responde ella y se le acerca despacio. —Precisamente por eso estoy muy nerviosa, porque quiero que nuestra noche de hoy sea como esa última para empezar de nuevo, pero no sé si soy tan hermosa como en esa época y si te va a gustar cuando me quite mi ropa. Santiago no puede ser más feliz al escucharla decir eso, avanza su encuentro y la abraza con mucha emoción. Luego le atrapa su rostro y la besa apasionadamente como aquella primera vez.—Eres hermosa Susi, la mujer más hermosa que existe en el mundo para mí. Yo tampoco soy aquel joven vigoroso de cuando me conoc
Y se dan cuenta que el amor que los une es uno tan grande, tan inmenso que no sabían ni imaginaron que podía resistir el tiempo, las maldades de Eva, y de todos aquellos que se confabularon para separarlos. Susan gime debajo de Santiago feliz, dejándose llevar por todas las nuevas sensaciones que superan aquellas que aún guarda en su memoria. Y aunque en verdad su esposo es grande, ella se acopló muy bien a sus necesidades. Sonríe para él, mientras le acariciaba los pelos del pecho. Apoya la cabeza y escucha todavía el golpeteo acelerado del corazón de Santiago que lucha por recuperar su respiración normal. No recordaba que se pudiera sentir de la manera tan inmensa que lo ha hecho, el hundirse en su adorada Susi, que lo mira toda colorada apoyada en su pecho, con aquella mirada que le encanta y ha estado soñando toda su vida y que tanto lo llena de felicidad. Están muy cansados de la ardua tarea, pero felices. —¿Y? —pregunta sonriendo Santiago.—Mejor, mucho mejor de lo que recor
Santiago se despierta en la mañana y ve a Susan mirando su teléfono, como si no pudiera creer lo que acaba de escuchar al responderlo. Se pone de pie y lo tira contra la cama furiosa al tiempo que grita.—¡Maldita, maldita! ¡Te mataré con mis propias manos, te mataré!—Susi cariño, ¿qué es?—¿Encontraste esa condenada mujer ayer y no me dijiste nada? — le grita a Santiago que no sabe qué responder. —¿Qué pretendes? ¿Vas a volver con ella?—Susi cariño, espera no es eso, no es eso —Reacciona Santiago poniéndose de pie y va y la abraza rápidamente repitiéndolo una y otra vez— no es eso cariño, no es eso, ven siéntate deja que te explique.—¿Para qué la quieres? — pregunta Susan todavía furiosa.—Para matarla — le responde fríamente Santiago. —¡Quiero matar a esa maldita mujer por lo que le acaba de hacer a nuestra hija! ¡Por lo que nos hizo a nosotros!—¿A qué te refieres? ¿Qué le hizo a mi hija ahora esa maldita? Santiago es entonces que se da cuenta de lo que acaba de decir. Despu
Bajan tomados de la mano la gran escalera, para encontrarse con el abuelo Sardino que los está esperando, al ver a Susan comprende enseguida y no dice nada. Ni siquiera desayunan, se montan en los autos y van hasta la casa donde tienen presos a Eva y a Oswaldo, al llegar Gerardo los recibe.—Jefe, encontramos a los dos tipos del hospital, pero juran que no la tocaron. —¿Cómo que no la tocaron?—No, dice uno que intentó, pero que los aparatos en cuanto la tocó sonaron y se fue.Santiago y su padre entran despacio hasta estar delante de los prisioneros, al tiempo que los hombres tiran a los pies de Eva, a los tres tipos que ella contratara para violar a Isabella.—Hola Eva, ¿creíste que te habías desecho de mí? -pregunta Susan muy segura mirándola con desprecio.—¡Susan! ¿Fuiste tú? ¿Cómo? Eva tiene los ojos muy abiertos y parece estar mirando una visión, hasta que Santiago manda a encender las luces, y la hermosa Susan de la mano de su esposo sonríe felizmente, al tiempo que
—Después de tener a Christie, sufrí una gran infección y tuvieron que extraerme todo, me sentía mal y no dejaba por muchos años que me tocara tu padre, le pedí que se buscara otras mujeres para satisfacerse.—¡Mamá!—Sí, lo sé, lo sé. Pero hijo, él solo estaba con las que se le regalaban en la empresa, nunca, nunca, nunca estuvo dos veces con una, ni las montó en su auto, ni las llevó a ningún lugar, ni les compró casa y sobre todo, no las dejó embarazadas. Yo y solo yo, fui la mujer que él llevó a todas partes. Y cuando volví aceptarlo, no volvió a buscar a otras, él me ama hijo. Si te cuento esto es porque quiero que dejen de tener esa visión errada que tienen de él. Es el mejor esposo que pude tener en mi vida. Christian se queda en silencio mirando a su madre, que se ha abierto para él por amor a su padre y por un momento se llenó de felicidad de saber que ellos se aman y a su manera son felices, que su madre sobre todo no se siente traicionada por su padre. Tienes razón en
El doctor David se marcha en busca de su esposa, que se la encuentra en el despacho junto con su familia, que ríen felices y le cuentan todo lo que han averiguado sobre el dinero de la familia. Luego que los padres de estos se marchan se quedan ellos tres solos para analizar lo que van a hacer.—Christian, aquí te traigo este envase para que me des la muestra de espermatozoides para hacer la prueba.—¿Necesito hacer eso, para qué?— Por si Isabella averigua bien, vea que tú lo hiciste de verdad.—Sí Chris, vamos a hacerlo todo bien.—Está bien, dámela acá . Christian se aleja con el embalse rumbo al baño, mientras ellos se quedan conversando en el despacho. —Amor, ¿cuándo vas a hacer la fundación que quieres?—Chris, no puedo coger tu dinero para hacer eso, lo haré con mis propios medios.—¿Y si lo hago yo para que tú la dirijas? Ahora que descubrimos que tenemos una enorme cantidad de dinero, puedo hacer eso.—¿Qué quieres decir con eso?—Mamá tiene toda su enorme herencia guarda
Salen con ella para el hospital, donde le hacen todo tipo de pruebas, y el doctor la deja un día allá con ellos también, porque quiere mirarle el embarazo. Cuando llega el ginecólogo, Christian sale dejando solo a David con ella, aunque dijo que va a aceptar el embarazo, le duele en el alma saber que no es suyo. Sin embargo, David sale y le dice que lo espere un momento, lo ve irse corriendo para regresar al poco rato con un papel en las manos y pedirle que lo siga a la consulta, donde ya han terminado de ver a Isabella que todavía no comprende nada.—Mire los resultados aquí doctor, dígame si tengo razón Pregunta David extendiéndole el papel con los resultados de las pruebas al ginecólogo que se pone a estudiarlas, mientras le hace diferentes preguntas a Christian que las responde sin entender porqué.—Bueno Christian, todo parece indicar que te recuperaste,—¿Qué me recuperé?—Sí, en este resultado que te hicieron de los espermatozoides, todo parece indicar que tienes muchos viabl