Y se dan cuenta que el amor que los une es uno tan grande, tan inmenso que no sabían ni imaginaron que podía resistir el tiempo, las maldades de Eva, y de todos aquellos que se confabularon para separarlos. Susan gime debajo de Santiago feliz, dejándose llevar por todas las nuevas sensaciones que superan aquellas que aún guarda en su memoria. Y aunque en verdad su esposo es grande, ella se acopló muy bien a sus necesidades. Sonríe para él, mientras le acariciaba los pelos del pecho. Apoya la cabeza y escucha todavía el golpeteo acelerado del corazón de Santiago que lucha por recuperar su respiración normal. No recordaba que se pudiera sentir de la manera tan inmensa que lo ha hecho, el hundirse en su adorada Susi, que lo mira toda colorada apoyada en su pecho, con aquella mirada que le encanta y ha estado soñando toda su vida y que tanto lo llena de felicidad. Están muy cansados de la ardua tarea, pero felices. —¿Y? —pregunta sonriendo Santiago.—Mejor, mucho mejor de lo que recor
Santiago se despierta en la mañana y ve a Susan mirando su teléfono, como si no pudiera creer lo que acaba de escuchar al responderlo. Se pone de pie y lo tira contra la cama furiosa al tiempo que grita.—¡Maldita, maldita! ¡Te mataré con mis propias manos, te mataré!—Susi cariño, ¿qué es?—¿Encontraste esa condenada mujer ayer y no me dijiste nada? — le grita a Santiago que no sabe qué responder. —¿Qué pretendes? ¿Vas a volver con ella?—Susi cariño, espera no es eso, no es eso —Reacciona Santiago poniéndose de pie y va y la abraza rápidamente repitiéndolo una y otra vez— no es eso cariño, no es eso, ven siéntate deja que te explique.—¿Para qué la quieres? — pregunta Susan todavía furiosa.—Para matarla — le responde fríamente Santiago. —¡Quiero matar a esa maldita mujer por lo que le acaba de hacer a nuestra hija! ¡Por lo que nos hizo a nosotros!—¿A qué te refieres? ¿Qué le hizo a mi hija ahora esa maldita? Santiago es entonces que se da cuenta de lo que acaba de decir. Despu
Bajan tomados de la mano la gran escalera, para encontrarse con el abuelo Sardino que los está esperando, al ver a Susan comprende enseguida y no dice nada. Ni siquiera desayunan, se montan en los autos y van hasta la casa donde tienen presos a Eva y a Oswaldo, al llegar Gerardo los recibe.—Jefe, encontramos a los dos tipos del hospital, pero juran que no la tocaron. —¿Cómo que no la tocaron?—No, dice uno que intentó, pero que los aparatos en cuanto la tocó sonaron y se fue.Santiago y su padre entran despacio hasta estar delante de los prisioneros, al tiempo que los hombres tiran a los pies de Eva, a los tres tipos que ella contratara para violar a Isabella.—Hola Eva, ¿creíste que te habías desecho de mí? -pregunta Susan muy segura mirándola con desprecio.—¡Susan! ¿Fuiste tú? ¿Cómo? Eva tiene los ojos muy abiertos y parece estar mirando una visión, hasta que Santiago manda a encender las luces, y la hermosa Susan de la mano de su esposo sonríe felizmente, al tiempo que
—Después de tener a Christie, sufrí una gran infección y tuvieron que extraerme todo, me sentía mal y no dejaba por muchos años que me tocara tu padre, le pedí que se buscara otras mujeres para satisfacerse.—¡Mamá!—Sí, lo sé, lo sé. Pero hijo, él solo estaba con las que se le regalaban en la empresa, nunca, nunca, nunca estuvo dos veces con una, ni las montó en su auto, ni las llevó a ningún lugar, ni les compró casa y sobre todo, no las dejó embarazadas. Yo y solo yo, fui la mujer que él llevó a todas partes. Y cuando volví aceptarlo, no volvió a buscar a otras, él me ama hijo. Si te cuento esto es porque quiero que dejen de tener esa visión errada que tienen de él. Es el mejor esposo que pude tener en mi vida. Christian se queda en silencio mirando a su madre, que se ha abierto para él por amor a su padre y por un momento se llenó de felicidad de saber que ellos se aman y a su manera son felices, que su madre sobre todo no se siente traicionada por su padre. Tienes razón en
El doctor David se marcha en busca de su esposa, que se la encuentra en el despacho junto con su familia, que ríen felices y le cuentan todo lo que han averiguado sobre el dinero de la familia. Luego que los padres de estos se marchan se quedan ellos tres solos para analizar lo que van a hacer.—Christian, aquí te traigo este envase para que me des la muestra de espermatozoides para hacer la prueba.—¿Necesito hacer eso, para qué?— Por si Isabella averigua bien, vea que tú lo hiciste de verdad.—Sí Chris, vamos a hacerlo todo bien.—Está bien, dámela acá . Christian se aleja con el embalse rumbo al baño, mientras ellos se quedan conversando en el despacho. —Amor, ¿cuándo vas a hacer la fundación que quieres?—Chris, no puedo coger tu dinero para hacer eso, lo haré con mis propios medios.—¿Y si lo hago yo para que tú la dirijas? Ahora que descubrimos que tenemos una enorme cantidad de dinero, puedo hacer eso.—¿Qué quieres decir con eso?—Mamá tiene toda su enorme herencia guarda
Salen con ella para el hospital, donde le hacen todo tipo de pruebas, y el doctor la deja un día allá con ellos también, porque quiere mirarle el embarazo. Cuando llega el ginecólogo, Christian sale dejando solo a David con ella, aunque dijo que va a aceptar el embarazo, le duele en el alma saber que no es suyo. Sin embargo, David sale y le dice que lo espere un momento, lo ve irse corriendo para regresar al poco rato con un papel en las manos y pedirle que lo siga a la consulta, donde ya han terminado de ver a Isabella que todavía no comprende nada.—Mire los resultados aquí doctor, dígame si tengo razón Pregunta David extendiéndole el papel con los resultados de las pruebas al ginecólogo que se pone a estudiarlas, mientras le hace diferentes preguntas a Christian que las responde sin entender porqué.—Bueno Christian, todo parece indicar que te recuperaste,—¿Qué me recuperé?—Sí, en este resultado que te hicieron de los espermatozoides, todo parece indicar que tienes muchos viabl
—Mima, ¿estás bien? Es lo primero que pregunta cuando la ve. Pues, como ella no la recordaba claramente, temía que hubiese muerto en ese tiempo en que ella estaba muy confundida. La abuela Tania se acerca sonriente y la abraza dándole un beso en cada mejilla y se separan para contestarle—Sí, querida, muy bien —contesta ella con señas. — El cáncer remitió y hasta ahora parece que no va a volver.—Me alegro mucho. ¿Y tú Marta, cómo van esas piernas?—¡Perfecta! ¿No me ves? Contesta sonriente, enseñándole sus piernas y el brazo, con yeso. —Todavía no puedo moverme correctamente, porque no sé en qué estaban pensando los doctores cuando me pusieron la primera vez los yesos que soldaron mal, igual que a ti y ahora tuvieron que volvérmelo a poner, ya comprenderás la desesperación que tengo porque no puedo escribir. ¿Tú cómo te sientes?—Bien, muy bien, ahora la cabeza está clara y puedo recordar bien y conocer a las personas.—¡Bella, querida, me alegro de que al fin regreses a la casa!
Después de Isabella preguntarle eso, mirándolo con una cara enorme de desesperación y a la vez de dolor, Christian se apresura a contestar.—No, no Bella, nadie te violó, ese hijo que estás esperando es mío.—¿Tuyo? ¡No me engañes Chris, sé muy bien que no puedes tener hijos!—No podía, mira. Christian le entrega los resultados de las pruebas que hizo para ver si sus espermatozoides eran viables, y se los da a Isabella que abre los ojos sin poder creerlo todavía. —¿Qué significa esto?—Significa que fui yo el que te dejé embarazada, cuando viniste a dormir conmigo las noches y esa tarde en que hicimos el amor en la ducha. Me recuperé Bella, lo hice.—¿No me engañes Chris para que yo no me sienta mal porque me han violado mientras dormía y te estás echando la culpa tú?—Podemos hacerle la prueba de paternidad cuando nazca el bebé si eso te va a hacer feliz, pero te digo que es mío, mejor dicho nuestro. —¡Oh, Chris, no sabes lo feliz que me acabas de hacer! Porque aunque no comprendí