Al despertar mira hacia el lado y ve a su hermana dormida en la silla, y a David al otro lado, aliviado al comprobar que ha recuperado su visión, y se da cuenta que tiene un suero enganchado en su brazo. Al moverse en la cama, enseguida su hermana se despierta.—Chris, ¿cómo te sientes?—Mejor mi hermana, el dolor de cabeza se fue, y puedo ver perfectamente.—Me alegra mucho saberlo.—¿Qué es lo que tengo, pudieron averiguarlo?—Sí, es un virus que te inflama el cerebro y por eso te estaba pasando todo eso que tienes ahora, pero el doctor dice que estarás bien, qué en tres días con ese tratamiento de antibióticos todo pasará.—¿No puedo ponerme estos sueros en la casa?—Chris es serio lo que tienes, tienes que quedarte ingresado aquí en el hospital esos tres días. Así que ve pensando cómo decírselo a Isabella, llámala ahora mismo, ella no se ha cansado de llamarte, es un virus lo que tienes, nada malo.—¿Estás segura?—¿Cuándo te he engañado Chris? Es un virus que te inflamó el
Cuelga y ve a su padre que está mirándola fijamente, da la espalda y no le dice nada, se aleja para que ella tome la decisión que quiera. Isabella se quedó mirando la puerta sin saber qué hacer, en ese momento escucha a Christian que le dice.—¿En serio vas a creer todo lo que te dijo tu mamá? Mándale el dinero, pero también quiero que mandes a seguirla a tu guardia personal, para que veas en que emplea ese dinero que le vas a mandar. Quiero que tú sola te convenzas de lo que decimos todos a tu alrededor.—¿Chris…?—Isabella, la única manera que vas a entender, que nosotros lo que te decimos es verdad, es investigando tú misma, sin estar nosotros en el medio. Toma a cualquier detective y manda a investigar a tu madre sin que nosotros sepamos quién es, y verás que tenemos razón. Y si no me quieres creer, sin que tu padre y tu abuelo se den cuenta, entra al despacho y busca en la tercera gaveta de la derecha. Vas a encontrar un informe que hicieron los detectives que andaban
Luis lleva días vigilando a Eva después de enterarse que anda con su padre para arriba y para abajo, por lo que han desistido de llamarla, para que no lo encuentre su papá. También ha averiguado que el prometido de Adele, la anda buscando por todas partes y no han podido ir a la casa de ella a buscar nada. Siguen viviendo en las afueras de la ciudad. Vivian y su madre con el niño, ya están muy bien ubicadas. Cuando recibe una llamada.—Luis, es mamá.—Hola mamá, ¿cómo estás?—Muy bien, ¿ya encontraste a Adele?—Sí, pero ahora no tenemos dinero.—Para eso mismo te llamo, Santiago me compró todas las acciones de la empresa que tu padre que no las había transferido a su nombre y me acaba de mandar el dinero.—¿Qué? ¿Y por qué no me lo dijiste mamá? Yo las hubiera vendido a buen precio, de seguro te dio una miseria.—No hijo, me pagó lo que valen, así que dime dónde te mando el dinero para que vengan. No tienes que hacer nada Luisito, Santiago me advirtió que lo hacía porque quiere v
Al salir del baño, mete todas las cosas como puede en la maleta que siempre trae para viajar, y baja hasta el parqueo, se monta en el auto de Oswaldo y se aleja rumbo a lo desconocido. Deberá planear todo bien, el golpe que le dará a la familia de Isabella y Santiago, para poderse hacer de todo el dinero que necesita para seguir sus vicios, y la vida a la que está acostumbrada. Por su parte, Isabella se siente furiosa, porque una vez más su madre la ha engañado, a pesar de que todo el mundo le advertía de lo que iba a suceder. Le pasó lo mismo que cuando se iba a casar con Luis, que todo el mundo le decía que no lo hiciera, pero ella se empeñó en hacerlo porque creía que estaba salvando a su padre al cual, nunca le preguntó si en verdad necesitaba que lo salvara. Creyó ciegamente en todo lo que le decía Eva. Se dirige a la oficina de su padre que la mira entrar sin decir nada. Ella llega y se abraza por un largo tiempo de su padre, al separarse se sienta frente al buró y le
Christian se quedó observando a Isabella sin saber qué responder. Su hermana lo miró furiosa, tomó el sobre y se alejó dejándolos solos en la habitación. Isabella solo observa lo que está pasando, sin dejar de mirar a su esposo fijamente, que no le sostiene la mirada y se aleja rumbo a la ventana.—¿Te acordaste de Adele, es eso? —pregunta Isabella al ver lo nervioso que él está. — Recuerda que te dije, que si te acordabas del gran amor que sentías por ella yo te dejaba libre, así que no tienes por qué estar nervioso. ¿Dime la verdad? Christian sigue sin responder de espalda a Isabella, tratando de pensar que decir y ver cómo arreglar la situación. Se siente ahora mismo muy confundido y sin saber qué decisión debe tomar que sea correcta.—¿Christian? Lo llama Isabella pero él sigue sin girarse, por lo que ella avanza hasta donde él está dándole la vuelta hasta colocarse frente a frente.—¿Me amas Chris?—Isabella yo… —Entiendo No dice más nada, vuelve a recoger su bolso qu
El silencio envuelve la casa poco a poco, que está siendo muy bien custodiada por los hombres no solo de Santiago si no, del viejo Sardino que enseguida los puso sobre aviso de que habían regresado. En su habitación, Isabella llora desconsoladamente en la cama, no puede creer lo que ha pasado y que tanto tiempo llevaba temiendo. Se había puesto muy feliz cuando Christian recuperó la memoria de ella y se acordó de que había sido de la mujer de la que había estado enamorado desde niño. Aunque siempre tenía el miedo escondido en su corazón, de que cuando él recuperara por completo la memoria, se acordara de Adele su novia de adulto, y decidiera alejarse de ella, que era lo que había sucedido. No lo obligará a nada, tenía la esperanza de que como él mismo le había dicho que Adele había hecho algo que la rechazaba con todo su corazón, recordara ese hecho primero. Al parecer ha recordado todo el gran amor que tenía al punto de que él, le iba a proponer matrimonio, hasta el anil
Después de pasarse casi todo la tarde y un día completo vigilando la casa de Christian, por lo que pudieron darse cuenta cuando toda la familia Sardino se alejó de allí dejándolos solos. Decidieron esperar hasta el otro día, para que Adele se pusiera de acuerdo con Christian, ahora que ya Isabella no estaba por todo aquello. Se disfraza muy bien y junto a Luis que la lleva hasta cerca de la empresa de Christian y espera pacientemente hasta que ven su auto entrar. Decidida lo llamó por teléfono y enseguida él le responde.—¿Adele?— Hola Chris. Disculpa que te dijera mentira la otra vez, no estoy fuera del país lo que pasa es que no sé si te enteraste lo que me hizo mi papá, en vista de que tú no te casaste conmigo y me abandonaste.—No estoy enterado de nada de Adele, por qué no nos encontramos para hablar los dos y ver cómo puedo ayudarte?—¿Puedo ir a tu empresa ahora?—¿A mi empresa? Claro que puedes venir cuántas veces quieras, ahora estoy solo, sería un momento ideal
Se acercó melosa y lo abrazó fuertemente volviéndolo a besar, aunque esta vez él se alejó un poco con delicadeza mientras le decía.—Adele, no quiero hacerte daño más de lo que ya te he hecho. Pero debes acordarte que soy un hombre casado con dos hijos, y que Isabella es la mujer de la que estuve enamorado toda mi vida.—Pero Chris, pensé….—Solo quiero ayudarte, porque me siento culpable de que estés pasando por todo eso por yo no casarme contigo. No pienso divorciarme de Isabella y mucho menos abandonar a mis dos hijos, quiero que por el momento te quede esto bien claro.— Está bien Chris, lo entiendo. Dijo mientras se alejaba con cara de tristeza y se hacía la que estaba limpiándose las lágrimas, mientras se dejaba caer en la cama mirando el techo. Christian se quedó un momento observándola, para luego salir y encontrarse con su padre que lo miró interrogativamente.—¿Qué significa esto, Christian? — le preguntó muy serio—, ¿quién es esa mujer que has metido en la hab