Christian llevaba días sintiendo un enorme dolor de cabeza y en ocasiones siente que pierde la vista, y hasta ha estado a punto de chocar cuando manejaba del trabajo a la casa. Sin embargo, no le ha dicho nada a nadie. Ahora mismo está empeñado en terminar de acomodar toda la empresa de su familia, que ya se ha mudado para la ciudad donde ellos viven. Su hermana será la que lo dirija, mientras él sigue ocupándose de su empresa, aunque ahora últimamente está empeñado en enseñar a Isabella y Marta, que sean ellas las que tomen las decisiones sobre los nuevos proyectos.—¡No es así Isabella! —Le grita furioso nuevamente, se desespera de ver que ella se le olvidan algunos detalles, que él considera muy importantes. —¿Cuántas veces tengo que enseñarte? ¡No voy a estar siempre a tu lado para que lo hagas!—¿Qué te pasa por qué estás tan malhumorado últimamente que todo te molesta? —pregunta Isabella realmente queriendo saber qué le pasa. —¿Y qué es eso que dijiste que no vas a estar
—¡Estamos aquí, papá estamos aquí! — responden las dos emocionadas y corren a abrazarse de él, que las aprieta fuertemente.—¡Qué bueno que están bien, qué bueno que están bien, no se dejaron engañar! —Repite una y otra vez, mientras la abraza muy fuerte.—Si lo hicimos papá, si no llega a ser por el tío, nos hubiesen atrapado —dice Isabella sin soltarlo.—Gracias hermano, por eso mismo te puse a cuidar de ellas. Sé que en tus manos están muy bien cuidadas. Y ustedes dos, si no es con él, no van a irse con nadie más. ¿De acuerdo? Vamos ahora, no se pueden quedar aquí, ¿dónde está Christian?—Salió creo que a la empresa de su padre para terminar de ayudar a su hermana a resolver todo —contesta Marta recogiendo lo que estaba regado en la mesa que es en lo que ella estaban trabajando— vamos a llevarnos todo para la casa Isabella y lo terminamos allá. Porque mañana no podemos faltar a esa demostración en la conferencia que tenemos.—¿Papá, cómo te enteraste de lo que estaba pasando?
Christie mira a su hermano sin poder creer en lo que le acaba de decir. Lo abraza por un rato. En lo que Christian recuesta su cabeza en su hombro.—Todo va a salir bien mi hermano, tú vas a ver que no va a ser nada de eso de te imaginas. A lo mejor es cansancio por todo lo que hemos estado pasando estos últimos tiempos. Tienes que dejármelo todo a mí y lo haré yo sola, tú descansa en la casa.—No quiero que nadie más se entere mi hermana, es por eso que viene a decírtelo, ahora necesito de tu ayuda.—¡No puedes ocultar una cosa como esa a tu esposa, Chris! ¡Si se entera después la vas a perder si no se lo dices!—Creo que es mejor que eso pase, no quiero que se quede atada a mí, sí por fin me quedo ciego.—¿Qué quieres decir con ciego?—Llevo días que dejo de ver, todo se vuelve negro.—¿Por qué no me lo dijiste antes Cris? ¿Es que acaso ya no confías en mí? ¡Estuviste conduciendo todos estos días, estás loco! —Grita asustada Christie.—Por favor mi hermana, no le digas nada Isabe
Por otro lado en el apartamento de Eva, estaban reunidos aparte de Oswaldo, otros dos hombres qué acababan de llegar.—¡Eso es imposible, todo estaba muy bien planeado! ¿Cómo no pudieron coger a esas dos estúpidas? — gritaba Eva caminando de un lado a otro furiosa.—Señora Eva, ya se lo expliqué, cuando iban saliendo detrás de mí, apareció el guardaespaldas que siempre ha cuidado a su hija, y no dejó que salieran. Y no solo eso, se dio cuenta enseguida que no éramos de los guardaespaldas que trabajan con ellos. No sé lo que hizo, pero no las vimos salir del edificio, teníamos todas las salidas cerradas y ellas no salieron del edificio. Otros entraron disfrazados de bomberos y no las encontraron por ninguna parte de la empresa, tuvimos que irnos rápido porque llegó su esposo con todos sus hombres.—¿Cómo va a llegar así tan rápido en diez minutos? ¡La naviera queda a media hora del centro!Uno de los hombres, un individuo corpulento con una cicatriz en la mejilla, se encoge de ho
Al despertar mira hacia el lado y ve a su hermana dormida en la silla, y a David al otro lado, aliviado al comprobar que ha recuperado su visión, y se da cuenta que tiene un suero enganchado en su brazo. Al moverse en la cama, enseguida su hermana se despierta.—Chris, ¿cómo te sientes?—Mejor mi hermana, el dolor de cabeza se fue, y puedo ver perfectamente.—Me alegra mucho saberlo.—¿Qué es lo que tengo, pudieron averiguarlo?—Sí, es un virus que te inflama el cerebro y por eso te estaba pasando todo eso que tienes ahora, pero el doctor dice que estarás bien, qué en tres días con ese tratamiento de antibióticos todo pasará.—¿No puedo ponerme estos sueros en la casa?—Chris es serio lo que tienes, tienes que quedarte ingresado aquí en el hospital esos tres días. Así que ve pensando cómo decírselo a Isabella, llámala ahora mismo, ella no se ha cansado de llamarte, es un virus lo que tienes, nada malo.—¿Estás segura?—¿Cuándo te he engañado Chris? Es un virus que te inflamó el
Cuelga y ve a su padre que está mirándola fijamente, da la espalda y no le dice nada, se aleja para que ella tome la decisión que quiera. Isabella se quedó mirando la puerta sin saber qué hacer, en ese momento escucha a Christian que le dice.—¿En serio vas a creer todo lo que te dijo tu mamá? Mándale el dinero, pero también quiero que mandes a seguirla a tu guardia personal, para que veas en que emplea ese dinero que le vas a mandar. Quiero que tú sola te convenzas de lo que decimos todos a tu alrededor.—¿Chris…?—Isabella, la única manera que vas a entender, que nosotros lo que te decimos es verdad, es investigando tú misma, sin estar nosotros en el medio. Toma a cualquier detective y manda a investigar a tu madre sin que nosotros sepamos quién es, y verás que tenemos razón. Y si no me quieres creer, sin que tu padre y tu abuelo se den cuenta, entra al despacho y busca en la tercera gaveta de la derecha. Vas a encontrar un informe que hicieron los detectives que andaban
Luis lleva días vigilando a Eva después de enterarse que anda con su padre para arriba y para abajo, por lo que han desistido de llamarla, para que no lo encuentre su papá. También ha averiguado que el prometido de Adele, la anda buscando por todas partes y no han podido ir a la casa de ella a buscar nada. Siguen viviendo en las afueras de la ciudad. Vivian y su madre con el niño, ya están muy bien ubicadas. Cuando recibe una llamada.—Luis, es mamá.—Hola mamá, ¿cómo estás?—Muy bien, ¿ya encontraste a Adele?—Sí, pero ahora no tenemos dinero.—Para eso mismo te llamo, Santiago me compró todas las acciones de la empresa que tu padre que no las había transferido a su nombre y me acaba de mandar el dinero.—¿Qué? ¿Y por qué no me lo dijiste mamá? Yo las hubiera vendido a buen precio, de seguro te dio una miseria.—No hijo, me pagó lo que valen, así que dime dónde te mando el dinero para que vengan. No tienes que hacer nada Luisito, Santiago me advirtió que lo hacía porque quiere v
Al salir del baño, mete todas las cosas como puede en la maleta que siempre trae para viajar, y baja hasta el parqueo, se monta en el auto de Oswaldo y se aleja rumbo a lo desconocido. Deberá planear todo bien, el golpe que le dará a la familia de Isabella y Santiago, para poderse hacer de todo el dinero que necesita para seguir sus vicios, y la vida a la que está acostumbrada. Por su parte, Isabella se siente furiosa, porque una vez más su madre la ha engañado, a pesar de que todo el mundo le advertía de lo que iba a suceder. Le pasó lo mismo que cuando se iba a casar con Luis, que todo el mundo le decía que no lo hiciera, pero ella se empeñó en hacerlo porque creía que estaba salvando a su padre al cual, nunca le preguntó si en verdad necesitaba que lo salvara. Creyó ciegamente en todo lo que le decía Eva. Se dirige a la oficina de su padre que la mira entrar sin decir nada. Ella llega y se abraza por un largo tiempo de su padre, al separarse se sienta frente al buró y le