Ha pasado más de una semana desde el secuestro de Christian. Me he incorporado al trabajo, junto a Christie y Marta, realizamos todas las tareas. Los niños preguntan mucho por su papá, le he dicho que está de viaje. Todos los días, cuando oscurece, papá viene por mí. El doctor David, que nadie conoce la ciudad, lo cuida. Christian sigue sin despertar, no sabemos el motivo. Mis suegros regresaron al hotel. Cosa que me alegró mucho, ya que mi suegro sigue mirándome extraño. Aunque lo disimulaba bastante, frente a mi abuelo, que no me ha dejado sola momento con él.Papá tuvo que regresar a su casa porque mamá viró. Dice que se está haciendo la mejor ama de casa. Arreglando el jardín y ordenando todo lo demás. Sin embargo, papá no confía en ella ni yo tampoco. Me ha llamado dos veces por teléfono para preguntarme si apareció Christian, También me ha pedido disculpas por todo lo que pasó ese día en casa de mis abuelos. Me ha invitado a almorzar con ella en la casa y le he dicho que no, q
Me despierto y abro los ojos sin saber donde me encuentro. Un joven que me parece conocido viene a mi encuentro y es cuando me percato que tengo un suero puesto. ¿Qué rayos? Me duele terriblemente la cabeza y me siento confuso y adormilado. A mi mente llegan imágenes de lo último que hice. ¿Me estaba besando con Adele? ¡Eso no puede ser verdad! ¡Papá me hizo una trampa!—Christian, Christian —me llama el doctor. —Vamos a sentarte para que termines de despertarte, llevas mucho dormido. Tu esposa está muy asustada y ni hablar de tu hermana. Y mientras habla me ayuda a sentarme, lo cual me provoca un mareo muy grande. Me sujeta hasta que se me pasa. Me ayuda a caminar hasta la sala y me sienta en un sillón. Observo todo a mi alrededor sin reconocer nada, en eso veo a mi linda esposa que llega y me abraza feliz, por algún motivo no puedo reaccionar. ¿Qué fue lo que me pasó que me siento tan mal?—¡Chris, al fin despertaste! Me dice llenándome de besos, se separa al sentir que no la ab
Por otro lado, Luis ha ido a ver a Adele al salir de su trabajo, y como ella le dijera encuentra la puerta abierta, entra todavía dudando de si está bien lo que va a hacer. Adele está vestida muy provocativamente.—Pensé que ya no ibas a venir. Dice adelantándose para darle un beso en la mejilla muy cerca de la comisura de los labios. Luis con un movimiento rápido la atrapa de la cintura, y la besó salvajemente. Al separarse ella sonríe.—Vaya, sí que sabes besar. Pero no te invité a venir para eso.—¿No? ¿Y para qué?—Tenemos que hacer otro plan para conseguir dinero, tú tenías razón. Fue una estupidez eso que hice y me costó el apoyo de mis suegros.—Te lo dije, no sabes hacer las cosas —responde mientras se sienta en un sillón, Adele le sirve una copa de vino.—Creo que tú y yo, podemos hacer grandes negocios juntos.—Puede ser. Responde bebiendo el vino suavemente mientras la observa. Realmente no puede borrar el cuerpo de ella desnudo el día antes de su mente.—¿Te gusta lo que
Lo peor que le puede pasar a una madre, es saber que sus hijos corren peligro. A partir de ese momento, tu corazón siempre late apresuradamente. Tienes que convencerte por ti misma, que tus hijos están bien. Pierdes la confianza en todas las personas a su alrededor. Te vuelves obsesiva. Te crees, que la única persona que los cuida bien, eres tú. Si hasta ese momento, ellos ocupaban el noventa y nueve por ciento de tus pensamientos diarios. A partir de ahí, ocupan todo tu tiempo. Tus pensamientos. Tu respiración. Dejas de ser tú, para convertirte en la sombra de ellos. Eso es lo que estoy pasando yo en estos momentos. Y aunque, veo a todos cuidando de ellos. Solo cuando los tengo bajo mi mirada, es que me siento realmente tranquila.Retrospectiva.Los niños están muy felices porque van a empezar la escuela. Los hemos puesto en una muy buena particular. Christian les ha puesto guardaespaldas. Porque dice, que sus hijos siempre van a correr peligro por ser quien es él. En un principio,
—No sé abu, estoy aterrada. Tengo pesadillas, de que le cortan las manos a mis hijos cada noche.—Bella, te repito. ¡Eso nunca va a pasar! ¡Tienen que matarnos a todos, para llegar a ellos!—¿Y si me voy para el extranjero, a un lugar que nadie me conozca?—¡No vas a hacer eso! ¡Correrían más peligro! ¡No los podría proteger, como lo hago aquí!—Pero abu, ¡si lo hacemos bien!—Bella, ¿vas a estar escapando y huyendo la vida entera? ¿Esa es la vida que quieres para tus hijos? ¿Qué crezcan temerosos y asustados? Porque, ¡ellos sentirán y se darán cuenta de lo que está pasando! ¡Y ese miedo que sientes tú, pasará a clavárseles en el corazón de ellos!—¡No, no quiero que ellos sientan esto que estoy sintiendo Abu!—Pero es lo que ya está pasando. ¡Míralos, no quieren ir a jugar fuera de la casa! Solamente te miran a ti, preocupados y asustados. Saben que algo está pasando. ¡Los niños pueden sentirlo!Miro a mis hijos, que están tirados en el piso, no muy lejos de mí jugando, pero tranquil
Después de pasarse toda la mañana en el juzgado con el abogado, y luego de muchos trámites. Logran terminar de inscribir a los niños a nombre de Christian, que no se tranquilizó hasta que logró hacerle todos los papeles, y cambiarlos en el sistema nacional a sus apellidos. Y no bastándole eso, fue con el abogado y frente a un notario, los hizo sus herederos universales. Isabella protestaba diciendo que no tenían necesidad de hacer todo en un día, pero él no quería dejar de pasar la oportunidad. Le hizo prometer a su esposa que esperarían que los niños fueran adultos para decirles que no era su verdadero padre biológico.—¡Al fin Bella, no lo puedo creer, que mis hijos son realmente ahora míos! ¡Gracias Bella, muchas gracias! Decía Christian con las identidades de sus hijos y demás papeles en sus manos y no se cansaba de llamar a todos los lugares que, según él, debían de conocer que tenía dos hijos. Isabella lo había dejado por imposible, y ahora, al ver la honesta y sincera alegrí
—¿Estás seguro Chris? ¿Qué era yo esa chica? —pregunta entusiasmada Isabella, ya su suegro lo había dicho, aunque honestamente no lo creyó. Pero que lo recuerde, Christian es otra cosa. —¿No te engañas amor? ¿De veras recuerdas?—¡Sí, Bella, soñaba contigo! ¡Con verte cada domingo, en tu casa del árbol! ¡Lo recuerdo Bella muy claro! ¡Siempre, con aquellos vestidos llenos de vuelos y tu pelo con el lazo rosa en el lado derecho que yo te lo cambiaba para el izquierdo! ¿Lo recuerdas lo furiosa que te ponías por ello?—¡Es verdad Chris, te acuerdas de mí! —Es ahora Isabella quien grita entusiasmada, al recordar ella también ese hecho que él describe. —¡Siempre traía ese lazo, me encantaba! ¡Oh, Dios Chris, te acuerdas de mí de verdad, ya no es una mentira, realmente me recuerdas! ¡Felicidades, amor! ¿Te acuerdas de algo más? Y le salta arriba sin importar que están en medio del parqueo, rodeados de guardias, y personas que los observan curiosos, llenándolo de besos. Por su parte, Christi
Cuando tenía dieciocho años, sus padres cayeron en la bancarrota. No eran millonarios, pero tenían una buena vida. Ella tenía todo lo que quería, y no era fea, pero tampoco era la más bella de la escuela, ese puesto lo ocupaba un encantadora chica que trataba a todos por igual y creía que todos a su alrededor eran buenas personas y la trataban con honestidad por ser quien era, no por su dinero ni por su belleza. Su hermosura era tal que tenía a todos los chicos de la escuela detrás de ella, pero en su vida solo existía amor para el chico más guapo y malo de la institución, Santiago Sardino, y para rematar, era el que tenía más dinero y lo botaba a manos llenas. Nadie comprendía cómo era que ella, la reina de la belleza en todos los fines de año, la chica más educada y fina. Era la novia del chico malo, que no la pensaba dos veces para enredarse a golpes con quien fuera, que tenía fama de estar enredado con la mafia, y que para sorpresa de todos, le era fiel. Susan Rivera, desde que