Eva regresa feliz a la casa que tiene alquilada, se desmonta del taxi y se asombra de ver a Santiago parado en la entrada. Maldijo para sus adentros.—¿Qué haces aquí? Te dije que no volveré contigo hasta que me pidas perdón —dice y le pasa por el lado. Santiago no dice nada, sencillamente se monta en su auto y se retira. Eva se asombra y está intrigada también. ¿Cómo se enteró donde estaba y a qué había ido? Creyó que una vez más le pediría perdón de rodillas y le rogaría que regresara. Pero no fue así, en cambio, ni la palabra le dirigió y se había ido. ¿Qué rayos estaba pasando con él? Al entrar a la casa ve un sobre en la mesa. Lo toma presurosa, y se tiene que sentar para no caer.En el mismo están todas las cuentas y deudas que tiene, a su nombre. Con otra carta donde se le informa que si no las paga irá a parar a la cárcel. ¡Se enfurece!—¿Quién se ha creído que es para tratarme así?Grita mientras tira todo lo que encuentra a su paso, hasta que un hombre hace su aparición y l
De niña, escondida debajo de mi cama, con una linterna alumbrando mis libros. Siempre me imaginaba, siendo una princesa encerrada en un castillo, esperando porque mi príncipe encantado, viniera a rescatarme. Con los años, la vida me enseñó, ¡que no existen príncipes encantados, que vienen a salvarte! ¡Tienes que hacerlo tú misma!¡Sí, tú!Porque es algo que tiene que nacer desde tu profundo ser. Es ahora, que me doy cuenta de ello. Creía que estaba lista para la vida, que era lo suficiente fuerte, para enfrentar todo lo que se me presentara. he pasado por cosas muy malas que me han hecho crecer y fortalecerme con la ayuda de mis abuelos. Lo que nunca nadie me preparó para el amor. Lo poco que sé es lo que he leído en las novelas de romances idílicos. Donde siempre el caballero enamora a la dama de una manera que ella se siente ilusionada y segura de todo a su lado.Aquí estoy, temblando, ante este gran amor que se ha despertado en mí. Siento que estoy amando a Christian con cada fibra
Al grito de la madre de Christian, este se pone rojo avergonzado. Su padre, tira de la madre y la mira recriminándola. Yo le paso la mano por la espalda y casi puedo decir que escucho su corazón al sentir todas las miradas puestas en él, le sonrío viendo como toma aire y dice con la voz muy firme.—¡Mamá, lo sé! ¡Pero estos, los hice antes del accidente! Para ser más exactos el día antes de que aquel auto me arrollara. Lo dice todavía con su rostro rojo de la vergüenza que su madre le ha hecho pasar. Ella trata de hablar, pero las palabras no le salen de la boca, solo mueve sus labios visiblemente confundida, como si no supiera cómo comportarse ante este hecho. A su lado, Adele observa a mis hijos incrédula también. Solo el señor Thompson medio les sonríe.—Mamá, papá, les presento a los abuelos de Isabella, los señores Sardino.Interviene Christie, tratando de cambiar el ambiente y de ayudar a su hermano, que está visiblemente molesto y abochornado. Yo sigo pasando mi mano por su e
Se ha hecho un gran silencio ante esa revelación. La madre de Christian lo mira con los ojos llenos de lágrimas con una mezcla de felicidad, y desilusión al mismo tiempo. Estoy segura que en estos momentos ella no sabe qué hacer. Se ve que lo quiere mucho. Quizás en verdad lo que dice Christie, que ella se empeña en traer a Adele, porque está convencida que es el amor de la vida de su hijo.—Mamá, perdóname por favor.Le pide Christian abrazándola, al ver como le ruedan las lágrimas que ella no trata de disimular por su rostro. Y comienzo a sentir algo de culpa, ante el engaño. El padre de Christian lo mira interrogante.—¿Es cierto eso, hijo? —pregunta con una expresión de incredulidad y alegría al mismo tiempo.—¡Sí, papá, yo solo recuerdo lo que viví con Bella! —contesta Christian y agrega. —¡Recuerdo claramente el pastel de manzanas, que comía todos los domingos, que me hacía la señora Tania cuando mi abuelo me llevaba a su casa!Me doy cuenta, que al decir eso, él no está mintien
Al fin todo ha terminado, esa cena con mis padres fue lo más estresante que pasé hace mucho tiempo. Estoy tan emocionado por todo, que no he podido dormirme. Hoy Bella estaba tan bella, tan sexi, que ahora mismo lo único que quiero es hacerle el amor. Pero al parecer la excitación fue tanta, que se ha dormido profundamente. Me hace también feliz saber que ella es de la que estuve enamorado toda mi vida. Al menos, eso fue lo que se le escapó a papá. Y encaja a la perfección con la historia que me cuenta mi hermana de que la casaron obligada. ¡Ojalá y recobre mi memoria pronto! ¡Cómo me gustaría recordar ese amor que dicen le tenía!Estoy seguro de que papá no quiso decirlo, lo vi en su mirada y en cómo torció la boca en cuanto se le escapó. Algo pasa entre él y el padre de Bella, pude notar las miradas como puñales que se dirigieron, ¿será verdad lo que escuché a mamá aquella vez conversar con la cocinera? Qué papá era el que había hecho después que murió mi abuelo, que me mandaran lej
Unas risitas me despiertan, abro los ojos y no puedo creer lo que veo, a Christian, qué se ríe feliz con los dos niños encima de él.—Hola niños, ¿saben que no pueden entrar, en la habitación de mamá y papá, sin tocar la puerta?—¿Por qué? —preguntan inocentes.—Pues porque papá y mamá, puede que estén sin ropa.Les explica Christian mirándome insinuante y veo cómo se fija en la abertura de mi bata que deja casi al descubierto mis sueltos pechos. Me la cierro poniéndome colorada y observando a Chris como disfruta de verme así, al tiempo que se pasa su lengua por los labios y se limpia la garganta, también medio nervioso y colorado, y eso me hace reír. Pero la voz de Lucy hace que dejemos de mirarnos para prestarles atención a ellos.—Nosotros vemos a mamá sin ropa, ¿no podemos verte a ti, papá?—pregunta—No mi amor, tú puedes ver a mamá y Lucas puede verme a mí.Explica con mucha paciencia y yo no dejo de asombrarme la habilidad que tiene para tratarlos como si hubiese estado con ello
Dice Adele, entrando por la puerta de la cocina, vestida con ropa de montar. Lo hace pavoneándose, como si fuera la dueña de todo. Lleva su cabello rubio al aire y se ha maquillado sutilmente, pero se le nota. No puedo negar que es realmente bella y que por ello enamoró a mi Christian. Tampoco, que siento un salto en mi estómago cuando la veo, tengo miedo que me lo robe. Aunque no le daré el gusto de verme celosa, si Chris la quisiera, no estaría conmigo. Porque ella es el motivo por el que aceptó casarse. Eso me da la seguridad y confianza de saber que no es rival para mí.—Buenos días, Adele.La saludo secamente, mirándola fijamente, sin una gota de nerviosismo, sigo comiendo mi tostada como si no existiera. Ella avanza con la fusta de golpear a los caballos, chocando contra sus altas botas de montar. Y tratando al parecer de intimidarme. Al ver que no causa el efecto deseado, dice algo molesta, aunque trata de reprimirlo.—¡Los estábamos esperando para ir a montar!—Lo siento mucho
—¡No, hijo, no pienses así! ¡Cálmate, si te ve así, se va a poner muy mal! Mi abuelo me mira suplicante. Entiendo lo que quiere. Me acerco, lo abrazo y lo beso. Él, me devuelve el abrazo y me susurra—¡Perdón Bella, perdón por todo!—¡Te quiero papá! ¡Te quiero mucho! —Lo abrazo fuertemente Por fin se calma. Nos sentamos uno al lado del otro. Mi padre no me suelta la mano y a cada rato la besa. Lo dejo hacer, porque sé que es lo que necesita ahora para que se tranquilice. Al fin, mi abuela sale sonriente, mi padre es el primero que la abraza y la besa, sale con ella así. Nos dirigimos a la casa. Al llegar, todos nos estaban esperando. Se ponen felices de saber que está mejor. Pero, la alegría se nos opaca, cuando escuchamos a la madre de Christian.—Hijo, hemos decidido quedarnos aquí en tú casa, para pasar más tiempo con ustedes. Vemos el estado de salud de la abuela y creo que estar con toda la familia, le haría bien. Todos nos miramos, Christian sonríe y me mira suplicante. No