Estaba fatigada.No sé cuánto tiempo habíamos estado caminando.Es obvio que mi familia se ha mudado de aldea a una mucho más lejos que la de los lobos.Por un lado era bueno ya que nos garantizaba más seguridad.Pero también era agotador tener que caminar tanto.—Estamos por llegar cariño.No te preocupes.Yo asentí con la cabeza hacia mamá pero no volví a decir ni una palabras.Hasta que finalmente llegamos.—Tu padre y yo arreglamos una habitación para ti.Ven conmigo.Asentí en silencio.Lo cierto es que no había hablado mucho con todos.Le di una última mirada a Leif antes de subir con mi madre.—¿Te gusta? Es de tu gusto.Di un paneo rápido por la habitación pero ni siquiera la miré demasiado.Estaba muy preocupada como para eso.—¿Cómo harán que Aidan no nos encuentre mamá? Estoy preocupada.—Lo sé.Pero tienes que confiar en nosotros.Quizás deberíamos descansar todos pero no es tiempo para hacerlo.Siéntate por favor, hija.Ella se sentó en la cama y yo a su lado en silencio.
—Te dejaré para que descanses.Mañana será un gran día mi amor, por fin has vuelto —me dijo mi madre antes de levantarse sonriendo y darme un beso en la mejilla.Durante toda la noche no pude dormir.Sentía que me estaba volviendo loca.Que todo a mi alrededor no era mi casa ni las personas que estaban cerca de mí eran mis amigos y familia.Lo más extraño de todo es que extrañaba la manada.—Estoy loca.Definitivamente lo estoy.Dios mío.Apreté mis labios con fuerza y cuando menos lo esperé ya era de día.Me aseé para bajar la escaleras pero sin querer me asomé por la ventana y vi algo que no creí ver.Ahí estaba Adriana.Mi mejor amiga.Ella no había venido con nosotros así que me sorprendía verla en el campamento sin embargo no fue eso lo que detuvo mi corazón.—¿De verdad?Ellos que decían odiarse.Ella ni siquiera toleraba a Leif y estaban besándose.Pero lo más extraño fue que esto a mí no me dolió sino que me dejó desconcertada.—Es obvio esto.Ya Leif no me importa.Aidan es qu
Sus ojos estaban ardiendo de rabia y su cuerpo estaba tan tenso.Su toque me hizo saltar pero a pesar de que intenté huir no pude hacerlo porque él no me dejó.Su agarre era firme.Casi invasivo.—¿Qué haces aquí? ¿Cómo me has encontrado? —susurré con un hilo de voz.—Nunca te he perdido, pequeña.Esto solo es una prueba de que nunca podrás estar demasiado tiempo lejos de mí.¿Te divertiste besando a ese maldito?—Aidan...—Solo que no sabían que ese será su último beso —su tono fue mortífero.Yo no dudaba de su amenaza.—Si no vienes conmigo, voy a matarlo.No solo a él.Sino también a tu familia.Estoy harto de todos —rugió Aidan y yo no podía creer lo que estaba escuchando.—¡No te atrevas!Mis lágrimas corrieron por mis mejillas sin poder detenerlas.Él me miraba severo pero aún así podía ver el dolor claro en sus orbes.Como si yo le hubiera causado un daño a él.Daño del que no tenía idea.—Estoy harto de estar lejos de ti, tu decides pequeña.—¡¿Cómo te atreves?!Que estúpida f
La casa a la que Aidan nos había traído era tan grande como la de la manada en Noruega.Yo ni siquiera hice preguntas.Aila y Aidan hablaban sin parar hasta que él le mostró su habitación a la niña.Y luego se giró hasta mí con seriedad.—Vamos —demandó en tono autoritario.—Yo voy a quedarme con Aila...—Dije que vinieras, ahora.Ante su tono no pude negarme y ni siquiera yo sé el porqué.Aidan jamás me había hablado así.Podía sentir su enojo hacia mí.Pero poco me importaba.O eso me decía a mí misma.Vi pasar a varias personas por el pasillo pero ninguna de ellas se giró a mirarnos en ningún momento.—Está es la habitación.Yo asentí a su lado mirando toda la habitación.Esta era grande e iluminada.De hecho desde aquí podía ver el mar y casi oler la sal de este.La vista es sumamente hermosa.De ensueño.Por un instante me olvidé de que Aidan estaba aquí hasta que caminó al otro lado de la habitación y tomó una bebida del minibar de esta.—Puedes acomodarte.Pronto te traerán tus
—Y bien ¿Qué quieres?La chica se quedó por un momento en silencio mirándome fijamente incomodándome.Pero lo más extraño de todo es que no entiendo la afinidad que siento por ella.Sí.Estaba celosa por Aidan pero al mismo tiempo hay algo sobre ella que no puedo ignorar.—Necesito que todo lo que te diga lo escuches con atención.—¿Por qué?—Así lo entenderás aún más.—Entonces habla.Ella asintió tomando un poco de aire antes de comenzar a hablar por fin.—Ok.Tengo que comenzar por el principio para que puedas entenderlo todo.Hace muchos siglos en la isla de Eea vivía una poderosa hechicera llamada Circe, hija del dios Helios.Circe era una tentadora y seductora mujer.Solía vengarse de sus adversarios seduciéndolos para engañarlos dándoles una poción que los dejaba atontados.En ese tiempo vio a un guerrero luchar frente al otro con férreo dominio y control hasta que este hombre terminó por matarlo.Circe terminó enamorada del vencedor y quiso yacer con él sin embargo el hombre l
Pronto me sentí mareada por la confirmación de Genevieve.—Pero... ¿Cuántos años tiene Aidan?—Muchos más de los que crees.—Esto es imposible —balbuceé con incredulidad sin mirar a la chica frente a mí quien me miraba con compasión.-Sé que es duro para ti escuchar todo esto y que no lo entiendes pero ni siquiera he terminado con mi relato.—Prosigue.Por favor.—A medida que el tiempo pasaba los lobos comenzaron a adquirir conductas salvajes no propias de los humanos que eran antes de la maldición.Y no solo eso...La manera de amar era distinta.Profunda.Intensa.Cálida.Y lo más importante.Para siempre.Los lobos empezaron a describir todas las conductas románticas.La atracción hacia el aroma de sus parejas.Su necesidad inquebrantable de estar con esta persona.Además de que solo podían concebir con esta persona.Más tarde una bruja apareció y les contó sobre las llamas gemelas, no son almas gemelas realmente. Como los humanos suelen decir.Las llamas gemelas de los lobos son
Al despertar a la mañana siguiente la puerta ya estaba colocada donde debía y Aidan no estaba dentro de la habitación.Estaba completamente sola.Pero aún así podía captar el aroma de su perfume.—Acaba de irse —susurré.Me puse de pie para asearme y luego salí de la habitación.Quería desayunar, estaba muriéndome de hambre.Después de que lo hice intenté ir en busca de Abelone, aunque nadie me lo ha dicho estoy segura de que la bruja también vino a Grecia.Quería olvidar todo lo que Genevieve me había dicho pero no era cosa fácil.—Buenos días, Luna.La voz burlona de Kiara llegó a mis oídos y casi bufé por lo bajo.—Buenos días.Intenté seguir mi camino pero ella volvió a hablarme.—¿Cómo te fue con tu familia, Luna?Había malicia en el tono que estaba usando.Una malicia que despertaba sospechas en mí.—Es una lástima que no se hayan dado tus planes —me dijo con sorna al ver que no le respondía.—Tú, fuiste tú quien puso a Aidan en sobreaviso ¿No es así?Lo entendí todo.La rabia c
Mi corazón estaba latiendo acelerado bajo mi pecho con una rapidez sorprendente.Estaba tan asustada.Aterrada frente a ese lobo.Si bien es cierto que he visto a varios de ellos convertidos cerca de mí, este se veía diferente.Me veía con rabia.Sus colmillos se mostraban para mí mientras que sus ojos ámbar penetraban los míos casi con rencor.—¿Qué... qué haces? Soy yo, Selene. La compañera de Aidan.Tú Luna.Las palabras salieron de forma tan natural de mi boca.Pero no estaba mintiendo.Yo soy la compañera de Aidan.El lobo gruñó esta vez más fuerte y pude ver más de sus colmillos.—Por favor, no me hagas daño... —susurré dando pasos hacia atrás pero él no me escuchó.Me seguía lentamente como si estuviera cazándome.Amando el proceso de asustarme.—Por favor... Detente.Al no ver que se detenía yo me eché a correr a toda prisa aún sabiendo que esta sería una batalla perdida.Nunca voy a correr más rápido que un lobo.Grité cuando sentí que él corría detrás de mí.Estoy muerta.Es