La luz comenzó a molestarme en los párpados así que lentamente comencé a abrir mis ojos.Mi garganta se sentía seca.Quería tomar agua.Sin embargo olvidé eso cuando comencé a escuchar las voces a mi alrededor.Siempre eran esas cuatro personas cerca de mí.Aidan.Isakar.Aleix.Y...Genevieve.Sentí una opresión en mi pecho al ver la preocupación marcada en la cara de todos los presentes y mi corazón comenzó a latir con más rápidez al momento en que Aidan tomó mi mano apretándola con suavidad.—Selene ¿Cómo te sientes?Los demás comenzaron a rodearme esperando mi respuesta.Yo aparté mi mirada de ellos cuando Aidan se llevó mi mano a su boca y depositó un beso suave en esta.—Estoy bien —susurré soltándome de su agarre.La habitación se sumergió en un silencio incómodo.—¿Podrían dejarme sola?Ellos se miraron entre sí como si no quisieran hacerlo pero terminaron cediendo.—Vale.—Cualquier cosa que necesites puedes llamarnos.—Está bien —mentí yo porque no quería llamarlos.Lo único
Selene:—¿Cómo demonios terminé aquí? —gruñí molesta siguiendo a Aidan quien era el líder.Un montón de lobos iban con nosotros incluyendo a Aleix.Isakar se había quedado con Verona y Genevieve.Eso había sido lo único bueno de venir, que no tenía que toparme con esa mujer.—No te molestes.El Alfa siempre hace las cosas para mejor.—¿Para mejor? De él mismo será.Estoy cansada Aleix —bufé por lo bajo.No estaba mintiendo.Mis pies me dolían y la cabeza estaba también a punto de estallarme.Tenía mucho calor y necesitaba un buen baño.—Si quieres puedes subir a mi espalda sin ningún problema.—Peso mucho.No quiero ser una molestia.—Para mí no pesas nada.Soy un lobo ¿Recuerdas?Asentí con la cabeza sintiendo que me enrojecía olvidando ese gran detalle.—No te molestes.¿Sabes a dónde nos llevará Aidan?—Sí.No te preocupes.No estamos lejos.Una vez más asentí y seguimos caminando hasta que por suerte llegamos al lugar tal y como Aleix me había dicho.—Montaremos las tiendas de cam
A la mañana siguiente sentí el calor que no pude sentir anoche.Mis párpados se abrieron poco a poco para poder ver lo que tenía frente a mí.El fuego se había apagado pero en la entrada de la cueva podía verse los rayos de un sol radiante lo que indicaba que obviamente había dejado de llover.Quise moverme y fue ahí cuando me di cuenta de lo que verdaderamente me estaba manteniendo cálida.Un cuerpo pegado a mi espalda que me sostenía de la cintura para no dejarme ir.Un cuerpo masculino que yo conocía a la perfección.Mis mejillas se enrojecieron y giré mi cabeza hasta ver a Aidan.Su rostro parecía más relajado que nunca.Su pelo caía por su cara así que lentamente para no despertarlo me di la vuelta aún atrapada entre sus brazos para verlo con mayor interés.Era demasiado guapo y eso era peligroso incluso para mí.Una de mis manos estaba pegada a su pecho y la otra subió poco a poco hasta retirarle el pelo de la cara y colocarlo detrás de su oreja.Su aliento cálido me acariciaba
Ni siquiera me importaba los supuestos problemas que estuvieran a fuera.Sentía una inmensa ola de celos que no podía detener dentro de mi ser.—Imbécil.¿Quién demonios se cree que es?¿Piensa que puede follarme e irse con otra cuando le de la gana? Tomarme y usarme como a un pañuelo, pues no se lo permitiré.Nunca.Gruñí viendo por la ventana que no había nada.Saldría de este lugar a ver a Abelone.Aidan no podía darme órdenes.Logré escapar por la parte de atrás de la casa.Había encontrado una salida desde hace unos días que jamás había visto así que fue fácil de hacer.Por suerte todos parecían lo suficientemente distraídos como para notar mi ausencia.Me fue fácil encontra la cabaña de Abelone ya que ella siempre parecía estarme esperando y después de tocar la puerta no tardó nada en abrirme.—No te esperaba hoy pero sentí tu presencia.Estas... estresada —murmuró ella y pude ver en sus labios una sonrisa burlona que hizo que apretara la mandíbula.Ella también podía sentir mis
Estaba fatigada.No sé cuánto tiempo habíamos estado caminando.Es obvio que mi familia se ha mudado de aldea a una mucho más lejos que la de los lobos.Por un lado era bueno ya que nos garantizaba más seguridad.Pero también era agotador tener que caminar tanto.—Estamos por llegar cariño.No te preocupes.Yo asentí con la cabeza hacia mamá pero no volví a decir ni una palabras.Hasta que finalmente llegamos.—Tu padre y yo arreglamos una habitación para ti.Ven conmigo.Asentí en silencio.Lo cierto es que no había hablado mucho con todos.Le di una última mirada a Leif antes de subir con mi madre.—¿Te gusta? Es de tu gusto.Di un paneo rápido por la habitación pero ni siquiera la miré demasiado.Estaba muy preocupada como para eso.—¿Cómo harán que Aidan no nos encuentre mamá? Estoy preocupada.—Lo sé.Pero tienes que confiar en nosotros.Quizás deberíamos descansar todos pero no es tiempo para hacerlo.Siéntate por favor, hija.Ella se sentó en la cama y yo a su lado en silencio.
—Te dejaré para que descanses.Mañana será un gran día mi amor, por fin has vuelto —me dijo mi madre antes de levantarse sonriendo y darme un beso en la mejilla.Durante toda la noche no pude dormir.Sentía que me estaba volviendo loca.Que todo a mi alrededor no era mi casa ni las personas que estaban cerca de mí eran mis amigos y familia.Lo más extraño de todo es que extrañaba la manada.—Estoy loca.Definitivamente lo estoy.Dios mío.Apreté mis labios con fuerza y cuando menos lo esperé ya era de día.Me aseé para bajar la escaleras pero sin querer me asomé por la ventana y vi algo que no creí ver.Ahí estaba Adriana.Mi mejor amiga.Ella no había venido con nosotros así que me sorprendía verla en el campamento sin embargo no fue eso lo que detuvo mi corazón.—¿De verdad?Ellos que decían odiarse.Ella ni siquiera toleraba a Leif y estaban besándose.Pero lo más extraño fue que esto a mí no me dolió sino que me dejó desconcertada.—Es obvio esto.Ya Leif no me importa.Aidan es qu
Sus ojos estaban ardiendo de rabia y su cuerpo estaba tan tenso.Su toque me hizo saltar pero a pesar de que intenté huir no pude hacerlo porque él no me dejó.Su agarre era firme.Casi invasivo.—¿Qué haces aquí? ¿Cómo me has encontrado? —susurré con un hilo de voz.—Nunca te he perdido, pequeña.Esto solo es una prueba de que nunca podrás estar demasiado tiempo lejos de mí.¿Te divertiste besando a ese maldito?—Aidan...—Solo que no sabían que ese será su último beso —su tono fue mortífero.Yo no dudaba de su amenaza.—Si no vienes conmigo, voy a matarlo.No solo a él.Sino también a tu familia.Estoy harto de todos —rugió Aidan y yo no podía creer lo que estaba escuchando.—¡No te atrevas!Mis lágrimas corrieron por mis mejillas sin poder detenerlas.Él me miraba severo pero aún así podía ver el dolor claro en sus orbes.Como si yo le hubiera causado un daño a él.Daño del que no tenía idea.—Estoy harto de estar lejos de ti, tu decides pequeña.—¡¿Cómo te atreves?!Que estúpida f
La casa a la que Aidan nos había traído era tan grande como la de la manada en Noruega.Yo ni siquiera hice preguntas.Aila y Aidan hablaban sin parar hasta que él le mostró su habitación a la niña.Y luego se giró hasta mí con seriedad.—Vamos —demandó en tono autoritario.—Yo voy a quedarme con Aila...—Dije que vinieras, ahora.Ante su tono no pude negarme y ni siquiera yo sé el porqué.Aidan jamás me había hablado así.Podía sentir su enojo hacia mí.Pero poco me importaba.O eso me decía a mí misma.Vi pasar a varias personas por el pasillo pero ninguna de ellas se giró a mirarnos en ningún momento.—Está es la habitación.Yo asentí a su lado mirando toda la habitación.Esta era grande e iluminada.De hecho desde aquí podía ver el mar y casi oler la sal de este.La vista es sumamente hermosa.De ensueño.Por un instante me olvidé de que Aidan estaba aquí hasta que caminó al otro lado de la habitación y tomó una bebida del minibar de esta.—Puedes acomodarte.Pronto te traerán tus