Luego de la discusión con su padre se marcha a su habitación con los nervios a millón. Por fortuna su padre solo la regaño y no hizo preguntas al respecto de su escapada. Amaranta no se podía imaginar tener que explicarle a su padre que se fue al club más prestigioso de la ciudad; una zona claramente prohibida para ella desde que tiene uso de razón.Amaranta tomó asiento en su cama, intentando bajar los nervios terribles que tenía encima. «No puedo decirle nada de lo que pasó a mi padre, lo mejor será que a partir de ahora yo empiece a fingir que nada de eso pasó; que nunca conocí a Damián, que nunca me escapé con él, que nunca amanecí en el hotel con él, y que nunca estuvimos juntos. Hacer como si nada de eso nunca pasó y quizás solo así este a salvo» pensaba Amaranta mientras miraba por la ventana sentada desde su cama.En eso suena su teléfono, es un mensaje de texto de un número desconocido, Amaranta procede a abrir el mensaje y queda perpleja, sorprendida al ver lo que decía el
Al día siguiente amaranta se levantó muchísimo antes que sonara su alarma de las 7 de la mañana, estaba ansiosa no pudo dormir casi la noche anterior Por estar pensando en su encuentro con Damián en qué le diría Y cómo actuaría frente a él. Se bañó se acomodó desayunó y luego empezó a hacer vigilancia en la oficina de su padre que estaba ahí mismo en la casa. Su padre notó que su hija estaba algo extraña pasando de un lado a otro enfrente de la oficina de él, así que decidió llamarla. —¿Tienes algo que decirme?Amaranta tenso todo su cuerpo pensó que la había descubierto.—¿A qué te refieres papi? —Pareces un tiburón nadando de un lado a otro enfrente de mi oficina. ¿Tienes algo que decirme? Amaranta se calmó un poco ya que simplemente su actitud la que la está delatando. —Ah, no, no nada de eso— tartamudeando— no hay nada que tenga que decirte, simplemente estoy muy aburrida de estar aquí encerrada. —¿Por qué no le dices a Tania que te venga a ver?— manteniendo sus ojos en los
Amaranta desconcertada de que se hayan metido en un baño un poco pequeño, viéndose forzados de estar un poco más cerca de lo normal. Damián la miro fijamente. —¿Qué pasa entre tu familia y la mía? ¿ Por qué no podemos estar juntos? —Ese es el problema, yo no sé qué pasa pero no puedo estar contigo— intenta no hacer contacto visual con Damián.—¿Cómo que no sabes?— insistiendo.El baño es individual, por ende el poco espacio que hay entre ellos cada vez se hace más estrecho.—Mi padre siempre me ha recalcado que no puedo estar en tus hoteles, ni mucho menos cruzarme con la familia Treviño, más nunca me ha dicho el porqué. —Pues que yo sepa yo no conozco ni el apellido de tu familia ni la historia que tenga que ver con tu familia— la tensión comienza a subir.—Damián no hagas esto por favor...—Y si me estás confundiendo a lo mejor no soy ese enemigo de tu padre— le coloco los dedos en la barbilla para que lo viera fijamente. —Es imposible confundirme.— mirándolo fijamente— Si dice
Damián llegó a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Su padre, quien llegó a visitarlo algo molesto por su poca participación en la empresa desde que tomo el puesto de CEO, lo miró con decepción sentado en el sofá.—¿Padre?— extrañado de verlo sentado ahí.—Al menos uno de los dos está feliz— con un tono profundo y serio.—¿A qué te refieres?— confundido.—¿Todavía tienesa osadía de preguntar? — se levanta furioso del sofa.— ¡No has asistido a ninguna conferencia pautada con tus socios, llevas dos días como CEO y pareciera que no te importara nada!Damián comprendió de inmediato a lo que su padre se refería. Había estado tan obsesionado con encontrar a amaranta que se le olvidó por completo su responsabilidades en la empresa. Muy apenado y avergonzado baja la cara y le responde a su padre. —Tienes razón padre, lo lamento, es que he estado haciendo algunas cosas importantes.El señor Santos lo miró con desagrado.—¿Qué puede ser más importante que el legado que te acabo de dejar?
Tania observaba con orgullo y algo de ternura como Amaranta se expresaba de Damián.—En todos los años que te conozco jamás te había escuchado tan enamorada y menos de alguien que conociste solo una noche— admite Tania.—Si, hasta yo me desconozco. ¿Te ha pasado?— le pregunta a Tania, colocando sus manos en su barbilla prestando atención.Tania le iba a comentar pero se quedó pensando en Axel y lo bien que la pasaron esa noche que se conocieron y el día de ayer. Amaranta al ver el rostro iluminado de Tania comenzó a reírse.—¿Estás enamorada ahora? No puede ser.—¡No sé si enamorada sea la palabra correcta!— exclamó.—¿A qué te refieres? Mira como se te iluminan los ojos.—Es que Axel y yo somos tan diferentes que no creo que nos lleguemos a enamorar, solo estoy disfrutando el momento.—¿Cómo que diferentes?—Bueno, él es muy descomplicado, extrovertido y bastante libre... Y yo quiero una relación.Amaranta abrió su boca del asombro.—Tania ¿Ya estás lista para pensar en una relación
Al día siguiente tanto Damián como Amaranta se preparan para un nuevo día, el día en el que se verán por primera vez en este plan.Damián asiste a la empresa, finaliza sus tareas del día lo más rápido posible, ya que debe estar en la universidad a las diez de la mañana.Organiza todo temprano y se marcha rápidamente a la universidad de Amaranta. La cual llega puntual en el auto mientras maneja Santino.Ella se despide de Santino, y se adentra a la universidad, entra los primeros diez minutos a la clase, se presenta con varios alumnos y profesores y luego se escabulle para encontrarse con Damián en la parte de atrás de la universidad; en el estacionamiento.Ambos al verse se besan apasionadamente. Amaranta carga un vestido floral blanco con flores de colores pasteles que le llega a la rodilla, zapatos de tacón bajo color blanco y el cabello suelto.Damián lleva traje, por supuesto, acaba de salir de la empresa.—Te ves muy bien de empresario— murmura Amaranta en medio del abrazo— pero
Amaranta se vistió, mientras que Damián le daba pequeños besos a su rostro y manos.—¿Mañana a la misma hora?— cuestionó.—Por supuesto— se levantó de puntillas para poder besar en los labios a Damián y luego se terminó de poner los tacones.—Te llevaré de vuelta a la universidad.— afirmo Damián.Ambos se marcharon de nuevo al estacionamiento de la parte de atrás de la universidad, para tener un último momento del día a solas.—¿Cuando volveremos a dormir juntos?— pregunta un Damián ansioso.Amaranta observa sus hermosos ojos verdes, su cabello negro, sus cejas gruesas y definidas. Realmente es guapo.—Eso si está muy difícil— con bajos ánimos.Damián le acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja.—Lo resolveremos.Ambos se dan un beso y Amaranta se baja para irse al campus y así fingir que sale de las clases.El chófer Santino ya estaba esperándola en frente de la universidad.Amaranta se subió al auto de Santino y se marchó a casa.Damián se marchó de nuevo a su empresa, ya que
Amaranta se preparaba para cumplir con su nueva rutina favorita; fingir que iba a la universidad solo para encontrarse con Damián en el estacionamiento de atrás y así tener otra cita escondidas. Levantarse temprano todos los días ahora tenía un nuevo significado, estar con su novio prohibido Damián.Al tomar las llaves de su nuevo Mustang su padre la detiene. —¿Qué piensas que estás haciendo caramelito? —Pues...— mirando las llaves— voy a ir a la universidad. —Me refiero a las llaves del auto. —Me lo regalaste padre. —Tú no vas a manejar. —¿Por qué no? ¿Qué tiene? — confundida.Su padre la miró con desconfianza y le arrebató las llaves del auto de la mano mandando a llamar a Santino con un silbido fuerte. —Santino es tu chofer designado, él te traerá y te llevará a la universidad todos los días.Santino llega y el padre de Amaranta le entrega las llaves en la mano indicándole que la lleve a la universidad como de costumbre.—¿Por qué no puedo manejar mi propio auto padre? Pens