LUCA BRANDWOLF—¿Rojo pasión o rojo vivo? —me preguntó Amelie, con esa voz de niña emocionada que me taladraba los oídos.—El que quieras —respondí, sin más entusiasmo que si me pidiera que eligiera entre el cielo y la tierra.—¿Flores blancas o rojas? —insistió, sin darse cuenta de que mi mente estaba en otro lugar.—Las que quieras —dije, con los ojos fijos en mi celular, buscando distraerme de la invasión de preparativos que me rodeaban.—¿Qué te pasa? No me estás prestando atención —su tono se tornó frustrado, como si mis palabras fueran un golpe directo a su paciencia.—¿Por qué debería? —respondí, sin mirarla siquiera.—Porque uno, soy tu prometida, y dos, estos son los preparativos para nuestra boda —dijo, haciendo énfasis en la palabra "nuestra", como si eso pudiera obligarme a sonreír o sentir algo por ella.—Como quieras… —dejé escapar, con un suspiro largo, como si cada palabra fuera un peso más sobre mis hombros.—¡Agh! ¡Eres imposible! —gritó, frustrada, mientras se frota
Han pasado dos semanas desde aquel beso robado por Nicolas, y entre él y yo las cosas han cambiado. Un silencio incómodo nos rodea, y las conversaciones se limitan a lo estrictamente necesario. Él está distraído, como perdido en sus propios pensamientos, y Alan está preocupado. Me ha pedido que hable con Nicolas, pero... ¿cómo? Algo dentro de mí se retuerce cada vez que lo intento. Tengo miedo. Miedo de enfrentar lo que siento, miedo de que la distancia que ahora existe entre nosotros sea más que temporal.No puedo seguir así. Necesito hablar con él. Necesito que me diga qué está pasando, por qué actúa de esta manera. Al fin y al cabo, si no aclaramos lo que hay entre nosotros, no podré seguir adelante.—Alan, ¿has visto a Nicolas? —le pregunté, intentando parecer casual, aunque mi voz traicionaba la ansiedad que sentía.—¡Oh, hola Alan! ¿cómo estás? Muy bien, gracias por preguntar, ¿y tú? —respondió, imitando mi tono de forma exagerada, con la típica ironía que me hacía sonreír en ti
LUCA BRANDWOLF¡Hoy era el maldito día! Así es, me casaría hoy con una psicópata obsesionada. ¡Aplausos!Ella estaba en la planta baja y yo en la segunda. "Ver a la novia antes de la boda es de mala suerte", me dijo la rubia. Como si ya no tuviera suficiente mala suerte al tener que casarme con ella. ¡En fin! Me puse el traje negro mate que eligió la misma modista Beth, alisé mi cabello, y listo, estaba listo para arruinar mi eternidad.—¿Está lista ya la loca? —le pregunté a Valentín.—¿Aquí cóndor 1 me escucha cóndor 2? —dijo Valentín, aplicando el lenguaje de seguridad por medio de los radios.—¡Copiado! ¿Qué sucede? —respondió por el radio.—¿Está lista la señorita? —preguntó de nuevo.—Afirmativo.—¡Es hora, mi señor! —me dijo Valentín.Respiré profundo dos veces y decidí bajar. La boda sería en el jardín trasero de la mansión. Caminé hasta el altar improvisado, donde estaba el sacerdote. Me hizo señas para que esperara en el lado izquierdo. La orquesta que ella contrató comenzó
Hoy celebramos dos cosas importantes: mi segundo mesianiversario con Nicolás… y, además, ¡es su cumpleaños! Hoy, 30 de mayo, el guapísimo brujito cumple 20 años. ¡Y le preparé una sorpresa, pero no cualquier sorpresa! ¡La sorpresa! Aunque seguimos viviendo en el jardín de hechiceros, esperando terminar mi entrenamiento, la verdad es que aún me falta mucho por aprender, y soy un completo desastre. No he avanzado mucho últimamente, y me consume la frustración.Con el corazón acelerado, entré en la cabaña y terminé de ultimar los últimos detalles. En la habitación de Nico, colgué algunos adornos que decían "Happy Birthday and Anniversary", junto a montones de globos flotando del techo, y algunas fotos nuestras decoraban las paredes. En su cama, coloqué una caja decorada con mucho esmero, dentro de la cual había un álbum con nuestros momentos más especiales y, por supuesto, chocolates.—Todo listo —pensé, mientras mi estómago hacía mariposas.Salí a buscar a Nicolás. Estaba desayunando co
LUCA BRANDWOLFHan pasado dos meses desde que me casé con la rubia. La recepción terminó mucho más tranquila de lo que esperaba. Alan con Mar, Nicolás con Celesty, y yo con… ella. No es que me queje, no fue tan catastrófica como imaginaba, aunque admito que al principio temí lo peor. Bailamos, saludamos a los invitados, recibimos felicitaciones y obsequios. Al final de la noche, cuando ya nos despedíamos de todos, la rubia me susurró al oído: "Mañana es nuestra luna de miel." Y, sin mentir, mi cuerpo se tensó al instante.Al día siguiente, muy temprano, tomamos un avión rumbo a California. Iba a ser un mes entero en el hotel más paradisíaco de la zona. Así es, un mes de luna de miel. Y a pesar de lo que uno podría imaginar, fue un mes extraño, casi nostálgico. No podía dejar de pensar en Celesty, por más cínico que pareciera. Lo sé, lo sé… casado y pensando en otra, pero es que era inevitable. Ese mes fue el más tenso de toda mi vida. Quizás Amelie no se dio cuenta, pero me costó horr
Salí de la fría cabaña a tomar algo de sol e ir a visitar a Alan, por suerte llegó a tiempo Nicolas y me ayudó a llevar a Alan con los originales, ellos lo atendieron rápidamente y está en proceso de recuperación, aún no saben exactamente que tiene o porque está perdiendo su lado Ángel, pero sé que están trabajando en eso, inclusive Nicolas y yo también lo hacemos, pasamos largas tardes o a veces todo el día buscando en la biblioteca.—¿Cómo sigue?—pregunté entrando a la habitación.—¡Sigue sin despertar! pero sigue respirando—respondió Nialla.—¿Va a despertar?—pregunté con temor.—¡LO ENCONTRÉ!—grito entrando Jame junto a Niall.—¿Que encontraron?—preguntamos al unísono Nia y yo.—¡Sabemos que tiene Alan!—respondió esta vez Niall.—¿QUE ESPERAS PARA HABLAR IDIOTA?—respondió gritando Nia.—¡Cálmate!—dijimos al unísono Niall y yo.—Bueno el punto es que, el cuerpo de Alan ha sido poseído por un Demonio—comenzó a explicar Nicolas—. Por ello es que está perdiendo su lado ángel, ya que e
Me desperté en medio de una maraña de pensamientos. El eco de las palabras de Niall seguía rondando en mi mente: Alec, el rey lobo, te está buscando porque ya sabe quién eres. Lo peor era que no tenía ni la más mínima idea de cómo iba a enfrentar todo lo que se venía. Sabía que la batalla se acercaba, y con cada paso que daba, todo parecía volverse más confuso y peligroso.Recuerdo cómo los días pasaban mientras mi cuerpo se recuperaba lentamente. Estuve fuera durante dos semanas, mi mente atrapada en una niebla profunda debido al relajante que Nialla me había administrado. Pero ahora ya estaba mejor. Mis energías estaban completamente renovadas, aunque la tensión seguía presente.Hoy era uno de esos días en los que sabía que no podía esperar más. El tiempo ya no era un lujo que pudiera permitirme. Los lobos, los ángeles, Alec… todo se estaba entrelazando, y no podía quedarme atrás. Necesitaba reunir a todos los ángeles rápidamente y ponerme al día con mi entrenamiento de hechicera. N
Tras concluir los detalles del plan con los chicos, necesitaba un respiro. Mi cabeza estaba tan llena de estrategias y preocupaciones que sentí que podría estallar si no me tomaba un descanso. Había sido un día largo y tenso, y ahora solo quería comer algo. Cuando entré al comedor, no vi a ninguno de los chicos. Estaba agradecida por eso; necesitaba estar sola por un momento, para procesar todo lo que se venía.Me dirigí rápidamente a la barra, recogí mi bandeja de comida y me senté en una mesa vacía, apartada de todo. No quería hablar con nadie. Estaba demasiado agotada emocionalmente para mantener una conversación. La comida era la distracción perfecta. Mi estómago rugió, y aunque no tenía mucha hambre, me senté a devorarla con una rapidez ansiosa. Cada bocado era como si estuviera tratando de llenar el vacío que sentía dentro, como si fuera la única manera de calmar mi mente llena de dudas y miedos.Cuando terminé, apenas pude contenerme. Tomé la bandeja y me levanté de la mesa, li